lunes, 31 de octubre de 2022

Crónica de Micro Abierto Libertad 8 (786) 25/10/2022. Concierto “Rosa”

Por: Camilo Crespo. 

El video en directo se puede ver en el Canal deYouTube de Libertad8 :

O directamente: https://www.youtube.com/watch?v=_XBoHgi_R8M

Antes de nada quería dar las gracias a todos aquellos que han compartido sus versos, de modo que los he podido incluir en la crónica. AL resto... ¡¡rayos y centellas!!. ;-) 

“Oremos”. Buenas tardes. Hoy es día de concierto de MAL8. Los nervios a flor de piel, lo que se nota en el rumor, o más bien fragor, de la sala, antes de empezar. Andrés saluda a los presentes y explica que esto es muy importante porque aquí se hace algo alejado de los algoritmos que ponen música en las redes y en radios y televisiones habituales. Hoy escucharemos unas 24 canciones y poemas titulados “Rosa”. Y promete ser una pasada. Pero promocionarlo sería brutal, añade Andrés, y nos sugiere, nos ruega, nos implora, nos obliga (risas) a que compartamos el video de transmisión por el canal de YouTube de Libertad8. Pide a los artistas que, cuando suban a cantar, no cuenten cómo han creado la canción o el poema y que ya sabemos que va con pinzas, que no lo repitan, para ahorrar tiempo. Y al público le pide una escucha atenta y silenciosa, precisamente porque los artistas hoy estrenan su pieza y están nerviosos, muy nerviosos algunos. Repasa las normas del micro, el sorteo final, las crónicas, el uso del piano y de su guitarra, con mucho cariño y nuestro cazador de palabras, el siempre atento Ernesto. Ahora repasa la lista y presenta a la primera tanda, que abrirá él mismo a fin de entregarse después plenamente a su labor, dura por demás, de organizar, presentar, poner micros, controlar el sonido y más cosas. Y allá vamos.

 

Andrés Sudón respira profundamente y comienza con la intro de su canción. Valiente como siempre, y en la letra como siempre su mensaje. “Yo no soy un arroz. Yo soy un rosal. No me hagáis un funeral cuando marchiten mis flores. Sé que pueden brotar más. Yo soy un rosal agarrado a la tierra, subiendo hasta el cielo, convirtiendo la en savia. Suelen libarme abejas que siempre se marchan…”.Esta vez he sentido mas complejidad aún en la creación, con distintos ambientes, quizá pensando en llevar detrás una batería y un buen bajo... Me ha gustado mucho.

 

José Viera saluda y, con sus poquitos nervios, ataca su canción con buen dominio de la melodía y el acorde y con una letra bien trabajada. “Vestigio solar. Ribete de lo conversado. Mejillas que con color saben hogar. Queda el azar, cuento de lo transitado. Hojas de calendario puede atizar. Vuelan palabras de lo que hay que rehacer. Rojo de un abracadabra. Pálido y tierno ha de rehacer…”. transmite una calma serena.

 

Leonor Acevedo dice que hace unas semanas le tocó el anillo que dejó Daniel Romero para el sorteo y cuando se fue a casa, y ya estaba apuntada al concierto, se dijo que le tendría que servir de inspiración. Y parece que así fue. Hoy nos da un tema que a veces roza el blues. Muy pegadizo y con una letra que habla de un mundo totalmente rosa. “Hoy le pedí prestadas a un Pegaso sus alas. Me las tatúe en una pierna y me llevaron a otra realidad. Donde era todo rosa. Los árboles, los peces. Las casas y los puentes. Hasta las viejas amasando el pan...”.  El dulce estribillo me ha encantado.

 

Me quiere Sonar (Diana) dice que le ha costado mucho. Que hablando con Juanlu, éste le ha dicho que “sonar” lleva “rosa” y ella le ha contestado que también la “n” de “no”. De “no hay manera de que salga, ¿no?”, ha dicho él. Y ella: “exactamente”. Diana asemeja en su poema la vida a un rosal, con sus espinas y su aroma, el dolor y la felicidad. “…Ahora entiendo a Edith Piaf cantando La Vie en Rose. La vida en rosa, que no de rosa. Que no es rosa por el color. La vida en rosa porque es una rosa. Porque es bella y pincha como la flor”. Corta y muy certera poesía.

 

Pablo Acevedo se quedó con ganas del concierto “Azul”. Así que hoy es su primera participación en un concierto del MAL8. Trabajando su guitarra con mucho brillo, acompaña su letra con una hermosa armonía. “Cuando digo que la vida tiene pocas alegrías que conviene recordar, sin buscar más alegatos puedo hacer como los gatos, que de techo en techo van. Voy buscando melodías, escapando de ironías que no me dejan cantar…”. Pablo nos ha transmitido una muy buena energía.

 

Andrés está satisfecho de cómo hemos empezado. ¿Os imagináis -dice- que algo como esto estuviera en una televisión? De momento lo disfrutamos tanto el público de Libertad 8 como los que desde sus casas lo están viendo. Y continuamos.

 

Wayo  explica que compuso su tema imaginando el camino que se hace por Gran Vía yendo a Libertad. Y está dedicado a todos los cantautores. Se apoya en una guitarra de escalas de bajos punteados con mucha energía y nos habla de la búsqueda de libertad. “Tanto ruido en la ciudad. Tanta gente y soledad. Van perdidos al andar. Nadie se mira al pasar. Tú vas sembrando una ilusión. La mano abierta el corazón. Quieres buscar justicia y libertad…”. Creo que se lleva a su tierra una bella creación. Tira del público para apoyarle con sus palmas.

 

Sofía Idoia pensaba escribir sobre otro tema pero se atascó y éste en cambio salió rodado y se quedó con él. “Se dejó llevar demasiado y ahora es una rosa sin jardín, en una pecera de cristal. En la espina de su tallo ha comenzado a brotar una escama de sirena que canta gritando socorro, mientras a sus pétalos sordos les mustia la pena. La mano que la cortó, prometió protegerla y la encerró a cal y canto. Y  cantó y cantó la sirena. Nadie la oyó”. Sofía nos ha regalado una poesía muy corta y bellamente triste.

 

Juanlu Mora explica que es el taller que más le ha costado y que ha sido de tal modo que ha sintonizado con otras musas no habituales y ha salido algo distinto de lo que suele. Yo creo más bien que Juanlu está pisando nuevos caminos creativos. “Tener la esperanza en una losa. Mirarle a los ojos al dolor. Volar entre luz y mariposas y no saber nada del amor. Sentir la nostalgia caprichosa. Pintar tu pasado con ese color. Y obviar del olor de cada cosa la fragancia obstinada de la flor…”. Ha creado una orquestación con su guitarra que arropa perfectamente a su poesía profunda y consigue atraernos a un agujero rosa con su profunda voz. Tremendo.

 

Sonia del Campo deja ante todo para el sorteo un vale por un soneto personalizado. Dice que como sus poemas son cortitos, se va a permitir invitar a los presentes a un evento que está organizando mañana con su amigo Stefano Carbone en el bar “Tapas y fotos” de poetas y muertos. Es un evento pre-Halloween,  en el cual se hará un poco de homenaje al Romanticismo de terror, leyendo algún fragmento de autores clásicos y luego habrá un micro abierto. Una vez terminada la promo, explica que ha abordado el concepto rosa desde dos puntos de vista. El primer soneto habla del color y del romanticismo. Después nos lee dos sonetos que hablan de la vida. No entiendo de poesía, pero me parecen muy buenos.

 

Jara Armenta pide un aplauso para Andrés porque siempre está atento a poner el micro para cada artista según lo precise. Es verdad. Parece una tontería pero es otra labor extra. Gracias, Andrés. Jara arranca con sus típicos aires flamencos y energía potente. Iba a cantar de pie, pero al ver como le tiemblan las piernas, prefiere sentarse. “Veremos los dedos”, añade. Deja para el sorteo un bolígrafo “Pilot” y ya canta. “Ven. Sácame los colores. Besa mi garganta y desnúdame la voz. Hoy quiero acompasarme con tu latido y mecerme lentamente con tu respiración. Ay, rózame con tu canción. Sácame los colores y rózame con tu canción…”. Jara juega con el roce (pronunciado rose) y la rosa ("Rósame con tu canción”). Arrastra las palmas del público porque es imposible quedarse quieto escuchándola.

 

Andrés está feliz de la alegría que hay en el ambiente, porque "toda la mierda que hay fuera aquí se convierte en belleza". Además, buenas noticias, hay viendo el directo 2º personas, con lo que hemos batido nuestro récord (suenan aplausos). se pone la gorra de policía que suele estar sobre el escenario para dirigirse a Sonia. Y es que ha hecho dos piezas dedicadas al “Rosa”, cuando sólo debe hacerse uno. Y seguimos con esta gozada, como dice Andrés.

 

Andreas Kalk Badan comenta que qué maravilla, que todavía hay esperanza. “Bueno, no -se rectifica-. No, la verdad es que no es esperanza; es pura acción. Esto demuestra que todavía le queda guerra a la belleza”. Y antes de leer su poema nos lee un aforismo de Juanlu. "Tiré de un extremo del horizonte y se descosió el mundo". Y después nos hace un repaso de la belleza que tiene que ver con la poesía de Diana, porque la belleza es dolor y esperanza a la vez. Otro hermoso e imprescindible poema de nuestro querido Andreas.

Un chaval de veinticinco años
que casi acaba de acabar con su vida durmiéndose al volante
jadea su renacer sentado al borde
de una pequeña carretera
allá donde el Navia comienza su profunda incisión.
Una niebla de resina de caucho y hojas de roble
envuelve la inminencia rosicler de la aurora
que se estrena en la mirada viva
de aquel joven poeta,
de aquel joven poeta…
.
Y mírate ahora, a lomos de tu arrogante micromónada
masturbándote en tu habitación de pánico
hasta eyacular sobre los tabiques estancos de tu existencia.
Levanta la mirada de tu ombligo, compañero.
Todo el puto día hablando de ti en tus poemas;
que si ya basta de tanta queja,
que si hay que empezar por uno mismo,
que si somos jodidos robots, que si tal, que si cual…
Pero no valen los versos deshonestos
que no predicas con tu ejemplo;
es cierto que podrías ser honesto en tu deshonestidad
pero no es el caso de estos versos
que son la pura delicia para publicarse
en la sección motivacional
junto a las melosas recetas del Pronto.
.
No te enfades conmigo…,
somos compañeros de cuerpo
y tenemos que llevarnos bien.
No digo que no tengas poesía dentro de ti,
lo que digo es que debes levantar la mirada de tu centro
y compartir esa belleza cruda que envejece en tu costado.
Solo te pido que no apagues la luz de nuestro cuerpo,
y es que ya sabes, compañero, que nunca
fui capaz de soportar
la oscuridad.​
.
Ayer, antes de dormir, me maravilló la secuencia
que brillaba en tu hemisferio…
.
Un sueco recién jubilado con su corona de flores malvas
sentado sobre una lengua de granito
contempla en la madrugada de su soledad
el vuelo rasante, preciso y silencioso
de una bandada de patos
abanicando el celaje de una noche de San Juan.
.
Una niña juega a lanzarse con su lámina de madera
por una cuesta adoquinada de un barrio de Estambul
mientras su madre, sin perderla de vista,
cuelga una colada rosa frente a un pequeño ventanal.
Un niño madrileño de unos cinco años
con sus mejillas de amaranto
sale acompañado de la residencia de menores
y camino del colegio se acerca al padre de un amigo suyo,
lo agarra de la mano, lo mira, y lo llama «papá».
.
Un chaval Senegalés de catorce años
que acaba de cruzar a nado el Bidasoa
corre ladera arriba hasta llegar a una senda
cubierta por el manto coral del otoño.
El chico se detiene ante una pareja —«Bonjour messieurs»
y antes de desaparecer como un corzo entre los castaños
alza feliz la mano en señal de victoria
adentrándose en el oscuro coto de caza
de este inmundo primer mundo que no conoce la veda.
.
¡Esta simple pureza es lo que yo quiero de ti!
¡La belleza nos habla por sí sola!,
y eso, un poeta, ¡qué digo un poeta!,
el ser humano, lo debería saber.
El misterio nos atraviesa
y en el cedazo de nuestro tejido sensitivo
queda reverberando el parpadeo
de una belleza casi descifrada y tangible.
Y a pesar de ese brillo que nos une
nos estamos matando como nunca.
Y es que los 7,9 billones de personas
que existimos en este frenético gerundio
somos potenciales receptores poéticos
a la par de potenciales hijos de puta.
Esa potencialidad poética debe convertirse en acto
o nuestro aparato digestivo insaciable y caníbal
terminará por devorarlo absolutamente todo.
.
¿Qué tiene en común la humanidad
si no es esa capacidad por estremecerse
ante el poder incontestable de la belleza?
La poesía es la raíz inmutable del alma.
.
Y aquellos que han renunciado a ella te dirán,
mientras colocan al trasluz su copa de certezas
y entornan la mirada altiva al santo grial,
que los poetas somos los más peligrosos
por manifestar esa gilipollez ingenua de que la belleza
es un arma de construcción masiva.
Y tras finalizar su refinada reflexión visual,
y mientras agitan circularme la copa de sus dogmas,
se dirigirán a ti como si fueras un imbécil funcional y te dirán
que un buen poema (?) de tiernas mariposas seguro que hace frente
a la piñata que afila sus colmillos en el vientre de una ojiva nuclear.
Y finalmente hundirán sus narices
en los vapores atómicos del licor verdadero
mientras aprietan sus labios en un gesto de aprobación,
dando por terminada su clase magistral
acerca del devenir de la humanidad.
.
Pero todos ellos, quieran o no,
fueron, son y serán potenciales poetas,
porque no solo de la hijoputez
vive la condición humana.
Tienen al poeta arrinconado, sí, pero lo tienen.
.
Hablo, por ejemplo, de ese hombre de mirada triste
que carga con su hija sobre los hombros
y que discute por el móvil sobre quién se quedará con la casa
mientras la niña ríe y se agarra a la exigua melena de su padre
como si fuera un poni.
.
O como ese chico trajeado que camina
con la decisión de un orangután en celo
con su deslumbrante cartera negra
mientras grita por su ipods
que le han nombrado subceo del subdepartamento
hípercreativo del futuro metaverso.
.
Todos ellos, todos, a pesar de su renuncia,
son atravesados por la poesía
que enhebra el mundo.
Así que vuelve, querido, al verso que te vio renacer
en aquella carretera asturiana...
Hace falta la «inutilidad» de la belleza
en este mundo consagrado a la utilidad de lo matérico.
Hace falta, aunque ya sea tarde,
hace falta.
.
.
Decía aquel griego que el rosa de una rosa
proviene tanto de la rosa como
de la paleta de dios.
Pues lo mismo sucede con la belleza.
Allá en las profundidades de la caverna del humano
brilla, paciente, la llama del asombro…
La poesía nos une, ¡maldita sea!,
¡nos une!, aunque no nos demos cuenta,
¡nos une!, aunque seamos incapaces
de obrar
el milagro.​
.
.
No, ya no habrá milagro,
y la rosa ya no será rosa…, ¿para qué?
.
Solo te pido que cuides de la llama
que sostiene nuestro cuerpo
y es que ya sabes, compañero, que nunca
.
fui capaz de soportar
.
la oscuridad.​

 

Alberto Beni, guitarra y armónica, nos va dando puntadas musicales, blues y flamenco, fusión preciosa que genera uno de los momentos mas inspiradores del taller. “Un Horizonte brillante se agita, voluminoso. Alimenta la esencia del artista. La inspiración le desea, quedándose hora tras hora, dejando su rutina en cada viaje, buscando lo que nos une. No siento las culpas de haber nacido rosa…”. Hay que agradecer al técnico de sonido (Andrés Sudón) la parte que ha tenido en esta maravilla.

 

Mi Antonio deja para el sorteo “La niña del columpio” y “La puerta floreada”.  Dice que ha tenido un gran problema con esta composición. Porque él, al tener que  seguir unas directrices, pues en vez de su habitual estilo, pues le ha salido una tragedia. Y así su tema también habla de libertad y de vida, como el de Wayo. “Libre como el aire. Libre como las aguas del mar. Libre. Nació libre. Y creció en libertad. Como todos en la vida, su día a día fue luchar para mantenerse vivo y ganar su libertad. Quizás soñó, si soñaba, su vida en otro lugar…”. Pero hasta el final no adivinamos a quién se refiere este dramón, según sus propias palabras, que yo no desvelaré aquí.

 

Ernesto Arango viene hoy un tanto afónico. “Hola. Soy el de la voz rosa”, saluda. Y explica que se dijo “Rosa, rosa, donde el amor se posa”. Y se acordó de ella. Con mucho humor nos habla de un encuentro en rosa. Con mucho humor y con mucho arte.

La Rosa; 
no se llamaba Rosa;
decía: 
Rosa donde el amor se posa,
señalándose las bragas rosas;
y yo me posaba 
las apartaba y penetraba;
entraba, salía;  entraba,  salía;
y me reía y se reía 
y nos reíamos los dos
haciendo el amor,
era mi amor,
nos amábamos los dos.
No se llamaba Rosa;
ella decía Rosa donde el amor se posa, 
señalándose las bragas rosas;
y yo me posaba 
y hacíamos amor,  nos amábamos
y ella no se llamaba Rosa
y si yo no me llamara Ernesto 
¿dejaría de estar tras de todo esto?
ya lo decía Sheakespeare en Romeo y Julieta:
acaso una Rosa cambiaría si se llamara diferente
nosotros nos amábamos
yo y "la del amor se posa"
con las bragas rosas.
Que no se llamaba Rosa.



Ángela Caballero dice que le está pareciendo precioso el concierto. Que es una idea muy bonita y además le ha ayudado a tener una canción más en su repertorio. Su canción se la quiere dedicar a su amiga, su compañera, su amante, que hoy está entre el público y, añade, con ella florece cada día. “Ha quemado mis muros con destellos, soltando mis barreras, sonriéndole a mis miedos. Ha empapado mis días con su olor, lamiendo mis lágrimas, cosiendo lo que un día fue dolor. Tiene mi centro y mi núcleo mi pensamiento y respiración…”. Ángela nos ha cantado  con desparpajo y genio una canción llena de fuerza. Y de matices en la voz muy interesantes.


Andrés dice que hemos llegado a 22 personas viendo el directo a la vez. Todo un record. Así que pide que se siga compartiendo. Pide a los onlainers que digan desde dónde están viendo el directo. Y propone que alguien se lleve en un pincho el video de esta transmisión y que tras partir las canciones y tratar el sonido, suba los audios a Spotify como un disco. Y continuamos con la penúltima tanda.

 

Alfonso Blanco es la última adquisición poética de mi cerebro. Su verso es inquieto, salta de un lado a otro, encendiendo las luces para que podamos ver la realidad. Dice que el rosa puede referirse a muchas cosas y simbolizar otras tantas. Ayer leyó algo sobre su infancia. Y hoy, cuando pueda, nos leerá un texto, porque le cuesta encontrarlo en su móvil. Y es que ha cambiado de red, pues está hasta los mismos de Google, que nos estará escuchando, así que aprovecha para decirles que está hasta los mismos de Google… Por fin nos lee su texto, que trata de la “caspa” que sometió a la mujer durante cuarenta años y que ahora se desmorona a base de empujones, aunque nos llevemos alguno de más.

 

Rosas. Los pechos de mi madre.
Rosa. La piel que me envolvía.
Mi ropa no fue de ese color. Mis padres querían una niña, aún más con mi hermano menor, el tercero, pero chocaban con el tabú.
Aún ahora puede serlo mezclar algo supuestamente asignado a un género con personas consideradas de otro.
Madre: por el rosa, por tan evidente sinrazón no pudiste dedicarte a bailar o a cantar:
“¿Tú has oído?” “¡Que la niña quiere ser artista…!”
Artista. Sinónimo de puta en muchos tiempos y lugares.
Los abuelos ni siquiera le dieron una oportunidad al piano, más casto,
mejor visto. Prevaleció el qué dirán.
Terminaste estudiando secretariado, y salías con carabina.
Que no tiene que ver con comer carabineros, a no ser casada con uno, que, entonces, bueno, aunque más bien con reparos.
Madre: recuerdo tus aspavientos relatando el día en que llegaste a la casa
de tus padres a las diez y cinco de la noche. ¡A las diez y cinco!
Aún se escuchan los ecos.
En el cine ponían sesión continua y te despistaste junto a una amiga
viendo películas. Ya tarde, caísteis en la cuenta, mirasteis el reloj a
oscuras...
Corre ¡Por tu vida!
Tu amiga estuvo de suerte: vivía más cerca y llegó a tiempo.
A las diez de la noche cerraban los portales en Madrid.
A partir de esa hora había que gritar, dar palmas, esperar al sereno, que
traía los manojos de llaves y abría.
“Solo me pasó esa vez”, te disculpabas. Una pecadora arrepentida y sin
causa.
Los vecinos asomados. El abuelo y la abuela defensores de la honra. Los
tíos gritaban tanto como ellos
Daban por sentado que todo estaba perdido
“Si no ha llegado a pasar nada…” mascullaste.
La honra.
La honra debía de ser rosa. Como los cántaros de leche de tus pechos,
como la piel que me protegía, cuyo tacto sentía en la cuna de tus brazos,
la que protege, la del placer de las caricias.
El rosa fue, es, el color de lo femenino. Pero no el morado contestatario,
reivindicativo, respondón, sino el rosa delicado e impuesto, tan impuesto
que una cuchilla de afeitar del color de la cara… es más cara, ¡Qué cara
más dura…!
Fuimos, se-gui-mos -- sien-do -- es-te-reo-ti-pos y máscaras. Defendemos a
gritos, golpeamos rabiosos, irracionales, sin explicación, frontales,
incontestables.
Incontestable es el corte a machete de la palabra en la boca, detenida por
rugidos, mediante tortazos en la mesa, en la cara, chispas y fogonazos,
miedo, violencia y terror.
La amenaza desde lo oscuro, junto a la cuna, siempre de este lado de la
frontera.
Porque “somos campeones bueno y qué”, canta a coro el que se hace
fuerte frente al enemigo necesario.
El malo, el ogro, el monstruo, el dragón, el hombre del saco, comieron
niños siempre, como papá, como Saturno.
Los centinelas guardando los requisitos viven en paraísos a la venta. Los
otros, siempre los otros, los desclasados, viven el extrarradio, en los
suburbios. ¿Qué quieres ser de mayor?
Entonces, los centinelas. Luego está la honra.
La honra seguro que es rosa, rojo pasión desvaído por el blanco de la
pureza.
Guardada en el sagrario de un vértice, entre dos piernas bajo el vientre de
una mujer. La honra se mide en grados sexagesimales de cero hasta 180.
Incluso más de 180. ¿De verdad? Cuenta, cuenta…
Se guardaba bajo llave, en casa, con cinturón de hierro.
Escribo todo esto, madre, con urgencia. Dirás: para qué a estas alturas.
Para que las cosas cambien, porque quiero vivir otra realidad, sanar mi
mente, quitarme las cadenas que pueda, verte a ti. Pero a ti, no los
estereotipos que llevo prendidos con alfileres.
Quiero revisar las papillas con que me alimentaron, con embudo o con
cucharón, y darle vuelta a las piedras, mirar tras de los escudos, sacudir las
esposas de hierro, el hierro de las desposadas.
No estoy domesticado: he sido amaestrado. Si veo un aro de fuego, salto
por en medio. Y no quiero. Es que no quiero.
Bueno, pues de acuerdo.
Abre:
Abre:
… esta por mamá… por papá, esta por tus hermanitos… por los abuelos,
por el policía azulado, por el cura de negra sotana.
Por la bata del médico. Otra por el presidente alto que nos gobierna…
Tengo una muñeca vestida de azul con su camisita y su canesú, la saqué a
paseo. Se me constipó. La tengo en la cama con mucho dolor.

 

Javier Cuenca por fin ha vuelto a los talleres. Un lujo. Dice que la imagen que se le vino cuando pensó en la canción fue la de Pink Floyd, que significa “fluido rosa”. Sus imágenes sonoras hablan en esta ocasión de aquella música que nos inundaba en los años primeros 80, ensuciando de luz el gris que nos adornaba. Otro gran tema con sus últimamente usuales aires pop, y que remarca la vuelta de Javier al micro abierto.  Y consigue arrastrar al público con su genial propuesta. 

Fluido rosa
Por la cara oculta de la luna.
Si estuvieras aquí
Volvería a poner la cara B.
David y Roger,
Escalando un muro con botas de cuero,
Sueñan sinfonías
Enclave animal
Para orquestas imposibles.
Fluido rosa
Por las venas de la madrugada.
Si no fuera tan gris
Brillaría igual que un diamante en flor.

Mudas e insomnes,
Las guitarras de los viejos roqueros
Buscan a tientas
Un riff especial
En el ojo ciego y turbio
Del huracán.
Aprendiendo a volar sin alas,
Recorriendo la espiral.
Divagando entre las amapolas,
Esperando una señal.
La vida en rosa,
Cantaba Edith Piaf en la radio del taxi.
Te gustaba más
La versión distópica de Grace Jones.

Me lo dijiste
Y no daba crédito a tus palabras,
Aquella noche
En que dejamos de disimular,
Entre sorbos de tequila
E irrealidad.
Aprendiendo a volar sin alas,
Recorriendo la espiral.
Divagando entre las amapolas,
Esperando una señal.

Aprendiendo a volar sin alas,
Recorriendo la espiral.
Divagando entre las amapolas,
Con los ojos muy abiertos,
Esperando atento una señal.

 

Sergio Ituero se sienta y nos dispara a boca de jarro sus palabras como apareciendo en medio de una conversación, para relatarnos esos consejos de cuñao que abundan por las barras de los bares. Otra maravilla de lugares comunes que nos pone al día a los que estamos mas pasaos que Manolete. “A ti lo que te falta es magnesio e ir a Cabo Verde a que te dé un buen viaje un negro de esos de ojos azules. ¿Que a ti lo que te gustan son las mujeres? eso es lo de menos, batracio. Te falta la abundancia de bienes y cosas preciosas…”. El público ha tenido que sacar los pañuelos para secarse las lágrimas de la risa. Y es que Sergio, como D.José María Rodero, es capaz de hacerte un Calígula igual que un Don Mendo. Qué grande.

 

Victoria Loarte le da las gracias a Sergio, porque se ha reído todo y más. Parece que su guitarra tiene problemas. Quizá la pila. Toma la de Andrés. Y con aires del "Vacaciones en el mar", nos regala una maravilla de canción ligera que saca la sonrisa al público y le hace dar palmas para seguir el ritmo. “Soy la tempestad removiendo tu coraza intelectual. La que desordena tus prejuicios y los convierte en una bendición. La que espera con ansiedad a que vuelvas para lamer todos tus laberintos. La que te deja ser salvaje y creativa. Infantil…”. Una Victoria desatada, como hacia mucho que no la oía, a lo Marilyn Monroe o a lo Edith Piaf (lógicamente tan mencionada hoy). Estupenda interpretación.

 

Beatriz Sancho sube admirada del ritmo y la marcha de Victoria. Dice que le ha encantado la frase de “No necesito del mundo su bendición”. Que le ha llegado al alma. Y Beatriz nos recita sus versos para su hijo, recién nacido y después crecido. “Rosa naciste de mis labios abiertos. Cubierto de sangre y en mi regazo abrazado, como si aún te tuviera dentro. Fui lamiendo tu frente rosa para limpiarte como una fiera a su cría recién parida, en plena dicha…”. Versos muy viscerales, puro estilo Beatriz.

 

Y llegamos a la última tanda. Andrés antes de presentarla, quiere comentar que durante el mes de Noviembre, los sábados por la mañana, va a impartir un curso titulado “Entrenamiento Canción de Autor Nivel 1”, de 12 a 14 en el teatro “La Madrilera”, en Malasaña. Además, como respuesta a la pregunta en la anterior presentación de dónde estaban los onlainers de hoy, le han llegado respuestas de Madrid, Cañada, Coslada, los años 80 en la movida de Madrid (¡desde el pasado!), Puerto Rico, Elche y, desde La Playita de Chueca, Sandra. Y para la última tanda hay cuatro personas. Y después escucharemos a alguien que se despide de España.

 

José Manuel Irala saluda, se enchufa, se coloca la armónica y comienza a arpegiar. De repente para y pregunta “¿Y la letra?” (risas). “Esto no estaba preparado. ¿Ves? Esto pasa por ponerme en al final”. Alberto y Ernesto acuden en su ayuda y por fin puede arrancar. Una bella balada, acompañada por su armónica.

No, no sé como empezar
La tarea que este tema bien a darme
Nunca, nunca pude cantar con tu nombre en una letra, me negué 
Pero ahora ya es distinto
Ya te puedo recordar
Con tu risa y con tu aspecto
No me cuesta pronunciar
Tu nombre Rosa
El mes de octubre viniste a mi
Un mes de julio yo te perdí
Hace mil años no estás aquí
Pero yo se que donde estés cuidas de mi.

Quédate muy tranquila
Pues yo sigo hacía adelante aunque sin ti
En una vida nueva 
Que hace ya 22 años construí
Te he llorado hasta secarme
Y casi perder la voz,
 pero el eco de la vida
Rebotó en tu corazón y
Tu nombre Rosa
El mes de octubre viniste a mi
Un mes de julio yo te perdí
Hace mil años no estás aquí
Pero yo se que donde estés cuidas de mi.
Ahora quiero comentarte
Solo ya para acabar
Dos estrellas me dejaste,
No dejaron de brillar
El mes de octubre viniste a mi
Un mes de julio yo te perdí
Hace mil años no estás aquí
Pero yo se que donde estés cuidas de mi.
Y donde quiera que tú estés,
Cuidas de mi.


 

Sergio Sanz manda un saludo a Una, que hoy no está aquí, cosa rara. Dice que está poco seguro porque solo la ha ensayado un poco en casa, así que, para implicar al público, crea un ritmo punteado por las notas del piano y pidiendo al respetable que toque pitos con los dedos y le haga coros. 

Llevo muchos años esperando aunque yo sigo remando
A que llegues y me cantes melodías amorosas
Que me suban la glucosa y me cambien la carita
De manera sugerente pa acabar con esta tez
Tan umbrosa y ojerosa con tendencia tan acuosa
Aunque es impertinente un discurso irreverente
Me resulta muy cansado escribir mi sana prosa y contar hasta los diez
He comprado algunos libros de poesía sudorosa, vaporosa
Que hacen que convierta los rumores en verdades clamorosas,
E intento, intento, intento suavemente
Relucir mis blancos dientes y engañar mi grata mente
Que parece temerosa (digo yo que es muy curioso)
Y es que este juego tan ruidoso modifica biomasa
Tiene razones de peso y mueve las colas del pez
Mientras voy a la ventana y miro atento a ver que pasa
Y pongo en la herida dolorosa con cariño alguna desinfectada gasa
Que así el desangramiento se retrasa
Y hace buen invento el cese que convierte y no es tramposa
Una seductora brasa de viles viles viles pamplinas,
Una loca escabechina una loca escabechina
Que sugiere lo que tengo que hacer a mis neuroendocrinas
(me pierdo en el vuelo de las golondrinas)
Si me siento en la mesa se muy bien serán vencejos
Y así yo veo de lejos como llega atenea
Le daré algún poema
Pa´ que ella me lo lea
Y después llego a mi casa
Y me quito los zapatos,
Voy descalzando mis pieses
Y conquisto las sabánas desde el piano a la pared
Después llego hasta la cama y me miras como si no me conocieses
Pero son cosas que pasan,
(la vida que pesa)
No es el primer caso que se marchita
Y seca gloriosa
En algun librito de la estantería alguna de mis delicadas rosas
(aunque en la calle haga un soleado día.)
Tendría que tener más cuidado con los casos sopechosos
Cosas de mi cuerpo bondadoso y amoroso
Aunque cada vez, espejo, soy más peludo y canoso
Como en la mítica historia del hipotético oso
Y es que tu lo tu lo sabes, yo resulto muy ansioso
Y pretendo una pasión de textura cremosa
No hay mejor receta que la que se hace sin prisa
(deli deli deli delicioso será no apartar la grasa grasa grasa)
Pero atento, me digo a mi mismo
Sabes tú muy bien cuántos pasos quedan para llegar al abismo,
Una piedra filosa,
Cuidado con el foso,
Pero si saltas sin miedo ha de ser gustoso.
Y me repito, rerrepito, intenta no ser mentiroso
Con esta vida que quieres bailar de manera meticulosa
Soy un ser mimoso, mira mi mamá su pecho como está bien orgullosa
Así que imploro, sin ningún afán religioso
Deja que mis brazos sean aguas revoltosas,
Con monte y con cielo, aunque a veces me desvelo
Creo que podré dormir de una manera bien sabrosa
Que siempre la linea se engrosa
Ya, me repito, si no abres las alas este guiso va a quedar muy soso,
Sería vergonzoso si mi boca yace sigilosa,
Habría que fundar una corriente lujosa
Banquetes hermosos de placeres gustosos
Sería fabuloso, mi alma dichosa
Aunque en ese libro se esconda silenciosa
Alguna despistada y marchita rosa

 

Espenuma a capella también se apoya en el ritmo facilitado por el público. Se la ve muy animada. “Rosa eres igual que la vida. del dolor te defiendes con espinas. Cuando feliz estás, se te sube el rubor. Tu rojo intenso se abre al amor. Rosa,  eres igual que la vida.  Lacios pétalos, tristeza temida, se caen como lagrimas…”. Acaba feliz de ver la respuesta del público a su propuesta.

 

Marta Plumilla cierra el taller diciendo que hace unos días que entendió un poco qué significa eso de que el Universo se expande y no nos lo recomienda, aunque ahora no puede pensar en otra cosa. Con un tres por cuatro suave nos canta. “Mira qué cielo tan rosa, digno de cualquier aurora. Son nuestros cuerpos ruborizados, ardiendo tenue se van saliendo y se expande. El universo se expande y nuestro rosa se expande. Mmmm. Ah ah…”. Como siempre, no se puede escuchar su letra sin pararse a pensar en las imágenes que despierta en nuestras mentes.

 

Wayo se marcha a su tierra, así que, como despedida, va a cantar su ultima canción en el micro (de momento y hasta que vuelva por aquí). Dice que todo es música y poesía, que es lo que al final queda. Deja para el sorteo un juego de cuerdas para guitarra de su tierra e información de su libro, recién editado en España y una púa personalizada. Deja rastro de una semana llena de citas. Pide apoyo con coros al público para cantar su canción. “Dime ahora qué sucede. Por qué esa mirada tan triste. No te guardes nada. Sólo son palabras. Dime ahora qué sucede. Cuéntalo todo sin temor. Llora un poco ese dolor. Sólo hablando estarás bien. Necesitas renacer…”.  Un potente final para el micro.

 

Bueno, final no. Que nos falta escuchar las palabras cazadas por Ernesto, que las suelta hoy con voz algo afónica. Y ahora sí. Andrés lee la lista de artistas de este maravilloso concierto y tras despedir a los onlainers, realiza el sorteo final y cierra el micro hasta la semana que viene. Ha sido algo muy especial lo de hoy.

"Podéis ir en paz".

  

P.D. Como postre tengo aquí mi propia reseña, la de Camilo Crespo, puesto que yo también he subido una canción titulada “Rosa”. Con ritmo de vals muy picado, esta pieza trata de esa sensación de que nuestro cuerpo funciona mejor cuando le hacemos caso a lo que nos dice. El enlace para oírlo es el siguiente: https://youtu.be/dgeEn_bdfRc

Mi cuerpo es mucho mas sabio que yo 
Intento estar atento a escuchar su voz 
No es fácil lo de quedarse quieto 
Y atender a lo que mi cuerpo me esta diciendo 

El cerebro es mas rápido más seguro en su certeza 
Sabe antes que yo cual es la respuesta 
Sabe donde poner el dedo y apretar 
Solo hay que actuar a veces sin pensar  

Debajo subyace la verdad 
Porque todo da igual 
Ganar o perder no importa 
Y no es tan difícil la cosa 
Aunque no siempre será 
Todo de color de rosa 

La vida se rige por preceptos simples y contados 
Somos nosotros los que la complicamos 
Solo hay que esperar que no nos parta un rayo 
Lo demás es amar y esperar ser amado.

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