Por: Camilo Crespo.
Fotos: Marta Plumilla
(Los videos de este
micro se pueden ver en Twitter, hashtag #MAL8_542)
”Oremos”. Antes de nada, quisiera comentar algo que viene ocurriendo últimamente. La gente joven suele ser revoltosa, pero bastante respetuosa. Lo malo es ese ya no tan joven que añora los años de instituto y se comporta como un adolescente, sin ser consciente (claro) de lo patético que resulta y, de paso, molesto para los demás. Andrés intenta solventar el tema con buenas palabras, pero que la gente demuestre esa falta de respeto por quien está actuando y, además buscando el fondo de la sala, como si ahí nadie pudiera oírle, me parece merecedor de todo nuestro repudio. Creo que no hay que seguir el juego a esa actitud. En fin…
Una vez solventada la ausencia de nuestro
maestro de ceremonias oficial, Andrés Sudón, el micro ha comenzado hoy de modo
más relajado. La prueba de sonido ha sido mediante el Blowing in the Wind, de
Mr.Bob Dylan, ampliamente coreado. Ya sé que está muy manido, pero ando algo
liado. Perdón. El caso es que Andrés ha vuelto a maldecir este falso buen
tiempo que nos acompaña y ha comentado
la devastación de la luna llena. “A pesar de todo ello”, ha dicho, “seguimos
aquí, curándonos el alma”. Tras las instrucciones acostumbradas (4 minutos por
actuación, púa no, sorteo, Twitter, crónica, qué majo es Camilo, etc… hemos
comenzado lo que nos atrae cada lunes y cada martes a este famoso bar.
Ha comenzado el micro quien lo terminó ayer: Marco Vacío, que dio, a mi parecer, un
conciertazo anoche. Espero que no se le suba a la cabeza y siga
sorprendiéndonos como lo hace habitualmente. Ha tocado un tema que hacía
-comenta- mucho que no cantaba. Es un tema oscuro, que habla de lo interior, del
vacío, de algo que nace ahí. Me apetece decir que no es bueno dejarse subyugar
por el Lado Oscuro de la Fuerza, vamos, que hablar de luz trae luz al alma. La
canción es tan buena como suele y la interpreta –por supuesto- muy bién. “En el
cofre vacío nace un nuevo ser; su pasado vacío ahora es…” “Si tiene que salir, que
salga”. Empezamos con nivel.
Después sale Elena Cormán. Me gustan sus cambios de ritmo. Empieza suave, pero
te corta el rollo y arranca de nuevo con fuerza… Le dá una dinámica muy buena a
la canción. Esos mismos cambios se reflejan en la letra. “Con tus nanas, con
tus nanas… destruyes… Me aburres… Tu ombligo es tu universo…”. Intuyo que no es
una canción de amor.
Ahora sube “”La
princesa del metro”. Nos comenta que hoy iba a usar una base pregrabada,
pero le parece algo ridículo, así que canta “a capella”. La canción habla de lo
que hacer a diario. Esas rutinas que son imprescindibles pero que no aportan
nada. “Me pregunto: mi vida cuándo va a comenzar”. Su actuación esta cargada de
emotividad.
Acaba la tanda Javi, este buen guitarrista, pero que no acaba de darse cuenta del
potencial que tiene. Me parece que toca como entretenimiento, pero ahí hay algo
más. Si algún dia se decide a tomarse en serio esa capacidad, puede ser un
músico muy bueno. Pero está en su mano el hacerlo. Pero es que hablar en clase
y atender son cosas incompatibles… Hoy ha tocado el “Siempre quise ir a L.A.”
Andrés sube y comenta que
mientras en las radios nos ponen siempre las mismas, mismas, mismas, mismas,
mismas… canciones, aquí se están creando verdaderas maravillas. Si lo supieran…
Y ¿cómo surgen? Pues a través de los talleres. El próximo, a partir del lunes
17, el taller "Canciones con Química”. Solo tienes que
escribir a microabiertol8@gmail.com,
indicando varios elementos, por orden de preferencia, por si alguno ya está
escogido y el dia que quieres cantarla (lunes o martes). Te dirán cuál te ha
tocado. Y ese será el título de tu canción y la estrenarás aquí el lunes o el
martes, u otro día, si no da tiempo.
Pues hablando de talleres, el primero de la
siguiente tanda, Juan Carlos Aguilera,
nos canta su canción del taller “Kilómetros”. Bueno, el incauto nos confiesa
que la ha renombrado como “Kilómetros impares”. Y, claro, se lleva el abucheo
(moderado, eso sí) general. ¡No se puede cambiar el título!, ¡hombre!, ¡ya!.
Bueno, cada uno luego hace lo que le parece… pero mal, muy mal. Je je. Bueno…
Nos explica que su “Kilómetros” habla de los que le separan de su patria,
Venezuela. Es una bella canción, con un bello estribillo y un bello adorno
vocal. “No; no llores más, que ya vendrá el bien y la oscuridad se irá…
kilómetros de oscuridad…”
Ahora sale otro que ha cruzado el charco, aunque
ya es tan español como yo. Osvaldo
Lindner nos canta un bello tema, en ritmo de chamamé, de su tierra,
Argentina: “Volver en guitarra”, de Roberto Galarza. ·Que se transforme en un
árbol mi alma entera... y cuando troce mi madera un carpintero; que en vez de
muebles se dedique a hacer guitarras” Muy
bien interpretado, por cierto. Siempre gusta, Osvaldo.
Ahora llega un español que gusta de hacer
canciones sobre la selva amazónica y sobre sus tribus. Pikaflor hoy no tendrá problemas con el cable. Lo hemos
cambiado. Su canción, como era de
esperar, se llama “El bosque será tribal”. Parece referirse a ese dia en que el
bosque recupere su terreno y ocupe las ciudades y vuelva a ser un paraíso. Con
su estilo genuino, ya plenamente reconocible, con esa voz que me recuerda al
primer Dylan -de alguna manera sólo- nos canta “Luna llena omnipotente, trae el
amor… tribus llenas de felicidad…” Una utopía. Quizá sí o quizá no.
Ahora para cerrar más ese amor por la
naturaleza, nuestra verdadera madre, llega Mayumi.
Ha hecho un esfuerzo bastante grande al traducir al castellano su tema “En
medio del camino”. Habla del viaje de la vida. “Sigamos caminando mientras
tengamos Navidad “. Bella pieza.
Antes de la siguiente tanda, Andrés habla de que no hay escuela de
cantautores, ni Premio Nacional de Canción, pero que hay esfuerzos particulares
por crear una canción de calidad. Por ejemplo, el “Encuentro de Canción de
Autor de Castilla-La Mancha”, que mañana miércoles 12, tiene un evento especial
en Libertad8. Se van a juntar varios jóvenes y otros no tan jóvenes (como el
gran Manu Clavijo o el no menos grande Andrés Sudón, profesores en esos
encuentros) para, a base de duetos, presentar un trabajo precioso y muy “Inti”.
También nos recuerda que el siguiente miércoles 19, habrá otro evento especial
con sus alumnos de la TAI.
Y llega la siguiente ronda. El primero es Camilo Crespo (yo mismo), que deja dos
entradas dobles para el sorteo, para su (mi) concierto del dia 18, aquí, en
Libertad, tras el micro y pide (pido) que se “pete” (petar: llenar, abarrotar)
el Libertad. (perdón por la auto-promo). Luego interpreta magistralmente (¡pero
ya vale!) su tema “Llueve”, aunque se le vá el último acorde, (cosa sin
importancia, dado que al gran Cat Stevens se le fue un acorde ante unas 11.000
personas y no pasó nada!).
Después sube Andrés Sudón, para interpretar su “Consciencia”, una p… maravilla.
Nos habla del origen de esta canción, de su adolescencia problemática, pero “El
problema no es el adolescente, sino el mundo alrededor”. Sus letras están
llenas de figuras, juegos de palabras, se deben masticar con cuidado,
degustándolas. “Fui un amante con celo, un animal sentimental…Y ahora vengo
aquí a buscar consciencia”.
Ahora le llega el turno a Julio Trak. Hay que decir que Andrés luego tuvo una conversación
con él para darle un par de buenos consejos. Los consejos si son gratis y desde
el respeto, siempre se agradecen. Y Julio los agradeció. Julio, como a todos
nos ha pasado alguna vez, se dejó llevar por el ansia de mostrarnos la belleza
de “Alfonsina y el mar”, pero aún no estaba fina. Así que ha prometido hacer
los deberes para el próximo día. Se lo agradeceremos, porque con su bella voz va
a quedar preciosa. Seguro. Pero es que, como siempre decimos, el que no se
arriesga y se equivoca, no crece. Hay quien prefiere quedarse pequeñito. Julio,
no. Bien.
Para cerrar la ronda suben al escenario Andrés Iwasaky y Ángela Vázquez. Qué decir… Que lo que han hecho ha sido
espectacular, precioso, dos voces preciosas con unas armonías inusuales.
Cualquiera puede hacer una tercera (voz), pero lo bello son dos melodías
dispares conjuntándose, bailando en el aire. Una verdadera maravilla, de una
delicadeza total. La canción se llama “Tonada de luna llena”, una canción del
venezolano Simón Diaz. Uf. No digo más.
Y llega el momento más importante del micro,
para lo que nació (palabras de Andrés), la hora de los #nuevosparticipantes. El
primero es Mario Carva. Chileno
afincado en Rosas (Gerona), y que pasa unos días con su mujer en Madrid, nos
canta una bella canción, llamada “Los abuelos”, en la que nos habla de los años
finales de la pareja, cuando ya solo queda “esperar”, con el apoyo mutuo… “De
la cama a la ventana, de la ventana a la cama, pasan los días”. Este veterano cantautor, nos muestra su buen
hacer. Gracias, Mario.
El siguiente, Alfonso Collantes, interpreta un tema de los delincuentes. Noto que
últimamente hay muchas versiones y muchas de ellas no tienen nada que ver con
la canción de autor. Ahí lo dejo. Este participante ataca la guitarra como si
quisiera transmitir la percusión, la batería, la eléctrica solista, la de
acompañamiento, los coros y la orquesta sinfónica detrás, todo a la vez. Nos
chirrían los huesos de ver la guitarra del pedazo cantautor que es Andrés
Sudón, tan bello, tan pulcro, con ese amor por la guitarra, nos chirrían los
huesos, digo, viendo ese maltrato, digno de denuncia. Pero el joven no se ira
de rositas. Andrés le indica que el próximo día traiga su guitarra. (Después,
tras el micro, le dedica un poco de atención para explicarle por qué no se
pueden maltratar las guitarras de los demás, por mucho ímpetu que tengas. El
hace propósito de enmienda). Al final de su actuación alguien grita: “mátala”,
“quémala”. Por lo menos, antes de bajarse del escenario, tiene la vergüenza
torera de dar las gracias por “este espacio donde podemos cantar en libertad
los que empezamos”. Solo por eso se ha salvado de un linchamiento general (Es
broma. Aquí no matamos a nadie… o no se ha encontrado ningún cadaver).
Octavio
Sastre
pone paz en el ambiente, mediante el método de acariciar las teclas del piano,
volviendo la energía de la sala a su frecuencia normal. Es una canción
inacabada, pero necesita enseñarla. (¡Sí señor!) Por ahora se titula “El
tiempo”. Habla de una tarde con una chica, bares, lugares que recorren… “Nos
besamos, para el tiempo... Nos besamos como humanos, como tortugas… Al tiempo
no lo puedes parar, así que bésala y déjalo” Mu bonita, pero ¡zas!. Nos deja a
medias. A ver si la trae otro día completa. Bienvenido también.
Esto se acaba. Andrés lanza la última tanda. Esto cada vez se hace más corto. El
tiempo vuela. Y sale Marta Plumilla,
nuestra Marianne Faithfull, según comenta Julio Trak (creo) luego en la puerta,
durante el post-micro. Canta una canción casi nueva que aún no tiene título,
pero que acaba siempre con “Mal papel el que escogí”. Ella dice que no, pero a
mí me parece inquietante. Así, estilo “REC”. De hecho dice en cierto momento
“Hoy nos ví, en una película americana de terror”. Muy buena. Esta mujer va
para arriba.
Y tras ella, claro, Valentín Nueda, “el Vampiro de Madrid”. Antes de empezar avisa que
recitará tres poemas (dos cortos otro
normal) sobre el amor: “El amor es una gripe sexual, lo demás es el cariño”.
Nos tememos que se pase de hora un montón, pero con sus tablas, enlaza
perfectamente los tres poemas y los recita “en tiempo y forma”. Muy bien también.
Deja foto nueva para el sorteo (aviso).
Y acabamos con Raquel Calviño que sí que se pasa de hora (casi 6 minutos). Andrés suda
un poquito porque Julián está muy rácano con nuestra hora, aunque los
conciertos luego acaban ante de las 10 y media, hora a la que empezaban
antiguamente. Es que todo se va perdiendo. Movida Light para no engordar… En
fín. Hay que añadir que la canción de Raquel “Lo etereo resbala” es preciosa.
Canta esta composición recientemente escrita con fuerza y dolor. “Si al mirar
no ves nada, mira otra vez”. “Es que todo a veces se me cae; una y cien mil
veces te levantaré””. Canción algo lisérgica, etérea, parece flotar por la
sala. Y su voz también. Buen final de micro.
Y acabamos con el sorteo, habiendo dejado fuera
(maldita sea) a Juan Matute, Ernesto, David Barkley que como era nuevo, no sabía que había que decir que
había llegado, que no bastaba con escribir,
y Adrián Murciano, que había
venido desde Asturias. Ha sido un micro intenso y genial. ¡Y la semana que
viene taller!
“Podéis ir en paz”.
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