Por: Camilo Crespo.
(Pincha
aquí para ver el vídeo de la emisión en directo)
Canal de YouTube de Libertad8:
www.youtube.com/channel/UCWTVbuYiRiobV2vUfpvJzUg
”Oremos”. Buenas tardes. Andrés Sudón, nuestro presentador aparece inmerso en un mar de pompas tornasoladas sobre fondo azul para recitar “Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano”. Estos versos, nos explica, que tantas veces recitó José María Gómez Valentín, más conocido por Valentín Nueda, el Vampiro de Madrid, entre los habituales de los micros abiertos de Madrid. Andrés comenta que el pasado miércoles 21, Valentín nos dejó, a los ochenta años de edad, pleno de juventud, porque era de esas personas que saben que la juventud es un estado del alma. El rapsoda de los micros abiertos, un personaje controvertido pero queridísimo. Enamorado del arte y de los escenarios, siempre intentando mejorar. Un hombre que se postulaba firmemente de derechas, pero que no dejaba de recitar a Miguel Hernández y a García Lorca. Que iba a los micros abiertos, nidos de rojos, a juntarse con toda esa gente. Le encantaba crear polémica, continua Andrés. Le encantaba que cuando actuaba en Calvario, hubiera gente que se saliera para no verle. Una vez, una de sus fotografías, esas que siempre daba para el sorteo, fue quemada a la salida de Libertad Ocho. Y él fue corriendo a contárselo a Andrés, emocionado e incluso como contento. Andrés termina este pequeño homenaje, diciendo que aún no se lo acaba de creer y que está un poco desolado por su desaparición. En el cementerio de la Almudena, en el monolito número ocho hay una placa con su nombre y sus cenizas han sido esparcidas en el parque de los sueños, según expreso deseo de nuestro querido rapsoda. A Andrés le apetecería organizar algo el día 21 de Mayo allí. Débora, la persona que cuidaba a Valentín, le dio unas tarjetas que se dan en los funerales como recordatorio y Andrés las guarda para aquel día.
Pero como esto es un micro
abierto, estamos aquí para lanzar nuestras canciones y poemas a los aires
cibernéticos, por lo que Andrés nos da la bienvenida de nuevo, al modo habitual
y lanza la primera tanda. Nos pide que pongamos comentarios en las actuaciones,
porque es un gusto después contestarlos. Y que despleguemos lo que tenía
Valentín: todo nuestro amor respeto por
la escena y sobre todo, como decía él, duende.
Y el primer es Camilo Crespo (yo). Con ciertas
dificultades técnicas, consigue arrancar a la segunda. Como preámbulo, comenta
que Valentín y él eran de bandos “guerracivilenses” distintos y, como tales, de
vez en cuando se bloqueaban. Pero se respetaban y había cariño. Camilo le apreciaba
porque era una persona seria, formal. Se tomaba la vida enserio, a la gente en
serio y a su profesión en serio. Y, aunque no le conocía muy profundamente, le
parecía que era una persona excelente. Valentín se negó a quedarse encerrado en
casa. Iba a los micros y tenía cuidado. Añade que la vuelta a Libertad será
algo dura. Como homenaje va a cantar “Desacompasado”, dedicada a las salas
de los micros abiertos, en la que
indirectamente se le menciona. “Mi ciudad tiene un corazón grande y potente...
Pero también tiene un corazón pequeño, que late bien desacompasado,
imperfecto... Porque mi ciudad palpita cada vez que pisa algún artista este
escenario. Ya sea poeta o cantautor, rapsoda, músico o loco Improvisando. Que
nunca falte su latido para que mi corazón siga andando. Que nunca falte su
latido Desacompasado”. Canción con “ritmo ajustado al estado de ánimo en el que
estamos”, comenta Javier Gijón. Y “nunca faltará su latido”, añade Goiko.
El siguiente, Javier Gijón, se une a este homenaje a
Valentín, sumido como todos en la tristeza. Pensaba Javier que Valentín saldría
adelante, pero no ha sido así. Y, aunque había diferencias de criterios con él,
Javier lo define claramente: Valentín era uno de nosotros. Más claro el agua.
Muy bellamente expresado. Dicho esto, Javier quiere abordar la canción que dejó
aparcada el martes pasado. “Un sueño” habla de los “sintecho”, de las personas
de las colas del hambre. Se la dedica a esas personas que hablan de ellos con
total falta de respeto. Y es que Javier se siente muy indignado por esa falta
de humanidad de “esas” ciertas personas. “Un camino sin fin, arrastrando los
pies. No era solo su edad. Y era su voluntad. Busca en la oscuridad techo donde
dormir. Comparte su amistad entre un poco de hollín. Disfrazó su valor entre
vino y sudor. Olvido. Ya no quiso luchar. Un camino que no pudo andar. Todos
pasan de él. Nadie quiere saber. Si esta su soledad se refleja en su faz.
Piensa en lo que fue. Y en lo que pudo ser. No dejó adivinar este oscuro
final”. Javier nos deja otra canción
comprometida, con ritmo incisivo. Bravo.
A
continuación entra Una, que nos deja
en su video una introducción, que reproduzco. “Lleva siendo hasta el día de hoy una semana triste desde que me enteré
de la muerte de Valentín. Pensé que estaba mal, pero creía que se recuperaría
de esta y volvería a los locales de micro abierto con su socarronería y
elegancia habituales. Su silla preferida en el Libertad 8 (cuando lo abran)
quedará ahora vacía. Un hueco de la ausencia de Valentín, alguien que, te
cayera mal o no, no dejaba indiferente”. Sagrario Aos apunta en comentarios
que “la esencia de las personas que no podemos ver sigue viva en nuestros
corazones”. Este micro está siendo de y para Valentín. No podía ser de otra
forma. Y Una nos canta su “Hueco de ausencias”, con una letra muy positivista y
luchadora. “Para cambiar este estado de cosas tendrás que sufrir, tendrás que
lidiar con el desencanto, con la oscuridad... Para aplacar esta ira de enfados
tendrás que cantar, pasar a la acción. Dejar que se aburra la desilusión. Para
alcanzar esta horda de anhelos, tendrás que escribir, sacar la emoción. Dejar
de asustarte por tu corazón. Mas sé que estas penas también pasarán. Yo sé que
estas penas también pasarán”. Una acaba deseando que ojala Valentín se reúna
por fin con su mujer. Bello deseo. Gracias.
El siguiente homenaje, que de eso se trata, corre a cargo de Juan Antonio Ordóñez, que comenta que la muerte de Valentín le ha dejado profundamente triste. Por lo inesperada. Porque Valentín no era una persona que te dejara indiferente. Daba su opinión sincera sin ningún reparo. Iba de frente. Aunque de vez en cuando no coincidían en ideas, nunca ha sido éste para Juan Antonio un motivo suficiente para alejarse de alguien. Además le conmovía mucho su soledad y además le parecía un artistazo. Va a cantar su “Pintaré”, basada en el taller “Negro”, canción que le gustaba especialmente a Valentín. “Voy con mi maleta a cuestas. Prometí que en primavera volvería a por ti. Voy con mi guitarra libre. Ya pagué los platos rotos y, borrando antiguas fotos, me dirijo al porvenir. Ya se bien que ahí afuera todavía alzan banderas. Adivino una quimera. Voy con mi guitarra limpia, presto a repartir caricias. Vuelo libre hoy al fin. No viajo con lo puesto. Voy cargado con los versos que escribí. Pintaré este negro mundo con el blanco de otro rumbo. Libre al fin”. Una letra preciosa que los comentarios han alabado especialmente. Todo un himno de Juan Antonio Ordoñez. Gracias, Juan.
Andrés
da las gracias a los primeros cuatro participantes. A Camilo por su tema sobre
el “underground” de nuestras salas, a Javier por hablar de los “sintecho”, a Una por su preciosa canción, a Juan Antonio
por esa energía que ha puesto y por echarnos de menos, y, aparte, a Ernesto por
resaltar en comentarios las frases que le llaman la atención de las canciones.
Y añade que nos estamos alargando con el homenaje a Valentín, de modo que hemos
hecho cuatro actuaciones en cuarenta minutos. No sabe si es precisamente porque
Valentín tenia una forma particular de medir el tiempo en el escenario. Je je. Y
como Andrés ha quedado a las siete de la mañana... Y presenta al siguiente grupo de artistas.
Los primeros son Las dos en punto, hoy al completo. Primero
nos dice unas palabras Rafa, que habitualmente no habla, para comentar que
aunque él no tenía un trato especial con Valentín, ya que ambos eran poco
“simpáticos”, lo cierto es que también lo sienten. A Valentín le gustaban los
micros y por eso debemos, termina, hacer así el homenaje que se merece,
haciéndolo o mejor posible. Y así nos cantan “Nunca más”, corte siete de su álbum
“Tarde de nubes”, una joyita. “Sin reparar si quiera en la ley de la gravedad,
te llegará el momento de saltar. Lanzarte hacia el vacío sin nada que perder.
Sobre un trapecio frágil y sin red. Conducirás tu nave por mares de verbena
hasta encontrar la llave que abra tus cadenas y todos tus temores se quedaran atrás.
No vas a tener miedo nunca más”. Dos voces, Mila e Inés, que cuadran
perfectamente, sostenidas por el buen hacer (y componer) de Rafa, nos han
brindado otra preciosidad de tema.
Y por fin Ernesto y con él “¡la energía del micro
abierto llegó!”, apunta José Manuel Irala. “Una tromba; ¡cómo arrancó!, se suma
Germán. Y remata otra vez José Manuel con un “ponle un distorsionador”. Este
hombre no sabe lo peligroso que puede ser un distorsionador en manos de este
auarpamú. Lo cierto es que hoy Ernesto nos quiere cantar sobre la votación, al
tiempo que prueba nuevas cosas sobre el cantar. “Voto en una urna. Voy botando
por la calle ¡Parece que importo! ¡Ojala cambie todo a mejor! Haciéndolo elijo
consenso elijo. Pongo mi voto de colores en la urna porque me da la gana y
tengo ganas. Voy a votar el
A continuación entra Andrés Sudón, que nos comenta la buena
acogida que tuvo su experiencia del domingo pasado, repasando las canciones de
su disco “Dudas Pop” y que este próximo repetirá, esta vez tratando su tema de
hoy: “¿Cómo?”. (“Están estupendos esos vídeos, me encantó el del pasado domingo”,
apunta Javier Gijón). Andrés quiere decirle a Valentín que vive más la persona
que muere por salir a la calle que la que se queda en casa para no morir. (Lizi
añade en comentarios: “Gracias por su música y recuerdo con ustedes a Valentín
Nueda”) Y nos canta Andrés “Cómo cuidar de mí, si siempre me pongo en peligro.
Como aquel lago que al sol voló quedando vacío. Como todo lo que quiero. Fumo
todo lo que bebo (¡cof!). Cómo cuidar de mi. Como cantó Luis Eduardo (Ahora
cómo lo entiendo). Estoy pasando un bache, un revés, un agujero. Si hubiera
dejado el alcohol alguna vez, ahora tendría que volver...”.
Serio, formal, Goiko hoy cambia su papel para hacer un recitado, como homenaje a Valentín. Valentín tenía una personalidad fuerte y algún desencuentro hubo a nivel teatral, pero siempre dentro del respeto mutuo. No tenía mucho trato con él, pero han sido muchos micros escuchándole y será muy difícil volver a Libertad sin su presencia. “La cogida la muerte”, del “Llanto por Ignacio Sánchez Megías”, de Lorca, fue lo último que le oyó recitar y son esos versos los que nos trae hoy. Lógicamente, Goiko se lleva los mejores comentarios de la tarde. Un precioso homenaje el suyo.
A las cinco
de la tarde.Eran las
cinco en punto de la tarde.Un niño
trajo la blanca sábana a las cinco de la tarde.Una
espuerta de cal ya prevenida a las cinco de la tarde.Lo demás
era muerte y sólo muerte a las cinco de la tarde. El viento se
llevó los algodones a las cinco de la tarde.Y el óxido
sembró cristal y níquel a las cinco de la tarde.Ya luchan
la paloma y el leopardo a las cinco de la tarde.Y un muslo
con un asta desolada a las cinco de la tarde.Comenzaron
los sones del bordón a las cinco de la tarde.Las
campanas de arsénico y el humo a las cinco de la tarde.En las
esquinas grupos de silencio a las cinco de la tarde.¡Y el toro
solo corazón arriba! a las cinco de la tarde.Cuando el
sudor de nieve fue llegando a las cinco de la tarde,cuando la
plaza se cubrió de yodo a las cinco de la tarde,la muerte
puso huevos en la herida a las cinco de la tarde.A las cinco
de la tarde.A las cinco
en punto de la tarde. Un ataúd
con ruedas es la cama a las cinco de la tarde.Huesos y
flautas suenan en su oído a las cinco de la tarde.El toro ya
mugía por su frente a las cinco de la tarde.El cuarto
se irisaba de agonía a las cinco de la tarde.A lo lejos
ya viene la gangrena a las cinco de la tarde. Trompa de
lirio por las verdes ingles a las cinco de la tarde.Las heridas
quemaban como soles a las cinco de la tarde,y el gentío
rompía las ventanas a las cinco de la tarde.A las cinco
de la tarde.¡Ay qué
terribles cinco de la tarde!¡Eran las
cinco en todos los relojes!¡Eran las
cinco en sombra de la tarde!
Andrés de nuevo entra para dar las gracias a los artistas de esta segunda tanda. A Las dos en punto, por ese comentario de Rafa, del que dice que no le parece antipático en absoluto, y por su bella canción y bella retransmisión. A Ernesto le felicita por haber hecho caso de su consejo del otro día haber metido dinámica a su actuación, variando el tempo y la intensidad. A sí mismo también se felicita y por supuesto a Goiko, ya que ese poema se lo hemos oído muchas veces a Valentín. Sí. Valentín estaría encantado con este micro, con más gente de lo habitual, ya que hay personas que se han querido unir a este homenaje. Andrés da paso a la siguiente tanda, la tercera.
El primero es Germán Risemberg, que no conoció a
Valentín, pero se une al sentimiento común. Por su lado, tiene un amigo música,
Ricardo Vilaseca, ingresado en Rosario, por el que muchos músicos, alguno tan
conocido como Fito Páez, piden por su pronta mejoría. Por otro lado está detrás
de poder hacer pronto otra performance con su amigo Mauricio Ortiz. (Ernesto
comenta: “Ricardo Vilaseca ¡energía!” Y Una añade: “A ver si mejora, ánimo, ese
Ricardo. Y a ver si vuelve Mauri”). El tema que Germán nos trae hoy se llama
“Lleva tu nombre”, un tema de amor. “Dejé otra vez tu plato en el mantel. Por si
regresas. Cuando el reloj dio las doce, mi fe naufragó sobre la mesa. Y sin
embargo lo volveré a hacerlo hasta que vuelvas. Y este vacío en el alma
desaparezca. Es que te quiero. Lo voy a decir. Y es que te espero, como el
invierno al sol. Es que te extraño. Lo voy a gritar. Es que te sueño en mis
desvelos de largas noches. Cada palabra que escucho lleva tu nombre”. Precioso
tema, Germán. Muchas gracias.
¡Hala! Otra agradable
sorpresa. José Manuel Irala hoy trae
como acompañamiento un banjo, además de la armónica, para interpretar “Un
girasol en la luna”. Conoció un poco a Valentín porque se lo encontró una vez
entre el público en un concierto y tuvieron después contacto por Facebook. Le
dedica esta canción. “No recuerda cuánto tiempo lleva aquí. Quizá porque no
nació. Ya no queda nadie como él, en peligro de extinción. El amor no lo mide
con besos, no. Con tiempo mide el amor. Quiso plantar en la luna un girasol y un Giraluna en el Sol. Vive inmerso en un
sueño de color del que nunca despertó. Un capítulo de un libro que escribió y
que nunca publicó. El amor no lo mide con besos. No. Con tiempo mide el amor. Quiso
plantar en la luna un girasol y un Giraluna en el Sol”. Sorpresa general en
comentarios por el banjo. Es que mola.
Bravo.
Marta Plumilla nos trae hoy “Días felices” con su eléctrica. Esta canción cierra su
disco “Álbum”. Cada vez suena mejor su propia interpretación, sin banda. (A
ver, que no digo yo que despida a sus dos acompañantes habituales –que no lo
hará-. Pero me gusta ver cómo la canción tiene vida perfecta en sus manos. Es
una manía de músico auto-ejecutante). “Pienso en los días felices, capturados
en este álbum. Niño y la vaca del chiste. Papá jugando al tute con un
gato. Aunque yo no salga, sé que estuve
allí. No te asustes. No estoy llorando. Es tan frágil el amor. Fui feliz y no
me avisaron. Todo culpa del rocanrol. Esas fotos lo demuestran. La nostalgia es
un cajón. Está escrito en las estrellas. Amarillento corazón. Pienso en los días
felices, capturados en este álbum. En mis ojos hoy posa un tigre para la foto
de este año. Aunque yo no salga, se que
estoy aquí”. Bravo Marta, que se despide con “Un beso para Valentín y disfrutad
del presente”.
Andrés agradece a los tres
artistas anteriores su participación. A Germán por su canción tan bonita. Eso
de poner el plato en la mesa aunque no esté le recuerda lo que ha dicho Una de
dejar vacía la silla de Valentín cuando volvamos a Libertad... A José Manuel le
da las gracias por mostrarnos su banjo. Mola un montón. A Marta le agradece sus
“días felices” y también los de ahora. Y sí, apostilla, hay que vivir el
presente. Que nadie se guarde la felicidad para luego. Lizi Scott iba a emitir,
pero no ha podido ser por problemas técnicos. Y Andrés da paso a la última
tanda.
El primero es Antonio Espinosa que, a propósito de
Valentín comenta que qué decir que no se haya dicho nada. Que ha sido una
semana muy triste. Que está impactado. Que había coincidido mucho con Valentín
y que le tenía mucho aprecio. Y que no podemos hacer nada más que echarle de
menos y dedicarle esta tarde a él. Comenta el tema de las elecciones de Madrid
y va a cantar “España todos a una” porque en su opinión le parece vergonzoso
que se tiren los trastos a la cabeza. “Últimamente solo vemos demasiado enfrentamiento
entre todos los que formamos este bonito
gran pueblo y no me gusta para nada la pinta que tiene esto. Yo tengo la
sensación de que se repite el cuento. No me gustan los insultos, por portar
ciertas banderas, ni tampoco que se juzgue por tener ciertas ideas. España, país
de tanta riqueza y diversidad, cultura y gastronomía, de gran interés mundial.
Por qué no intentamos entre todos entendernos y dejamos las trincheras que solo
llevan al odio”.
Y acabamos con Vacuo (para nosotros Marco vacío). Pide
disculpas por haber llegado tarde pero tenia ensayo con la banda, porque “Dolce
far niente”, su banda que hace rock
alternativo, grunge... “ruidoso, vamos” (je je), tocan mañana en la sala
Rockville. También está hoy aquí por participar en el homenaje a Valentín. De
hecho lo de Vacuo es en honor a él, que le decía siempre que debería llamarse
así. Y la canción que va a cantar,”La
última canción”, cuando la interpretó en el MAL8, al bajarse del escenario,
Valentín le miró todo serio, frunció los labios y le hizo el gesto del pulgar hacia
arriba. “Y me crecí un poco”, añade Marco con una sonrisa. Porque Valentín era
muy exigente y para él ese gesto le valió mucho. Y nos regala su tema “La
última canción”. Con esa letra apocalíptica. Con sus acordes especialmente
disonantes, evocadores, transgresores y una melodía muy preparada, Marco nos
transporta a otro lugar. Así ¡quien necesita drogas! Los comentarios reflejan
lo que nos ha parecido. Una Isa López: “Preciosa canción con maravilloso
arpegio y acordes ídem”. María Gemma Gamo Araque: “Uff, los pelos de punta, muy
buena”. Kalk Badan: “¡Maravilloso, Vacuo! Una canción brutal. Un abrazo enorme,
compa”. Nada que añadir. Yo siempre pienso cuando veo estas genialidades que
quizá me he perdido algo. ¿De dónde salen? ¿Cómo es posible? Tendré que asumir
que estoy asistiendo a ciertas maravillas. Aunque, a estas alturas, ya no me
extraña. Marco, como Marta y Andrés y otros muchos, cantan como quien respira.
Luego estamos los que bebemos, digerimos, damos lo mucho o poco que tenemos,
pero sobre todo no queremos perdernos estas explosiones siderales que otros,
pobres desgraciados, se están perdiendo. Los ojos como platos se me quedan.
Supongo que todos, hasta ellos, tenemos esta sensación. ”Disculpen las
molestias. Tengo algo que decirme subido aquí... Hay hueco en este silencio
para una última canción... para la última canción, antes de partir hacia el
recuerdo, viento en calma al fin. La guerra terminó. Un público en silencio.
Toda la humanidad a punto de ser huesos, de ser tierra nada más. El último ser
humano incapaz de estar en pie. El último tirano cantando una canción. El último
ser humano de camino a la extinción. Y qué puedo decir. Adiós. Y gracias por
venir. Adiós”.
Y Andrés aparece en directo
para hacer la despedida. Da las gracias a los dos últimos participantes. A
Antonio por ese deseo de que vayamos todos a una. Para que no hubiera
problemas, añade, bastaría con ser honestos; eso es lo único importante en
política. Y es lo único que no pasa nunca, remacha, pero es lo que hay y hay
que lidiar con ello, mientras no te afecte a la vida personal. Y a Marco le
agradece esa “última canción” del micro y del mundo, con ese paisaje que ha
creado desierto y vacío, vacuo; una canción impresionante. Recordándonos que va
a intentar que se pueda llevar a cabo ese homenaje el día 21 de Mayo, en el
Parque de los Sueños, en La Almudena. Homenaje al que asistirá la señora que le
cuidaba y su hija, únicas personas que estuvieron en su entierro. Están muy
tristes y sería bonito que vieran el cariño que le teníamos. Porque Andrés,
confiesa, quería a Valentín. Y quiere que ellas lo sepan. Y tras este bonito y
emotivo micro, nos despide con “Podéis ir en paz o, como diría Valentín,
¡estáis todos despedidos!”.
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