Por: Camilo Crespo.
(Los videos de este micro se pueden ver en Twitter, hashtag #MAL8_550, gracias a Marta Plumilla)
”Oremos”. Esta crónica, hecha con retraso por el follón que hay montado
por el coronavirus, lo afronto con varios sentimientos. Por un lado cierta pena
por el tiempo que comienza, molesto para unos, duro para otros y durísimo para
otro montón de gente. En este caso concreto, pienso en Julián y la gente de los
bares, que viven del día a día; también en los cantautores que viven de los
bolos principalmente. Para todos ellos mi apoyo. Por otro lado tengo el
sentimiento de que esto va a pasar, que vamos a volver con más ganas y que,
mientras, vamos a apoyarnos unos a otros, con nuestras canciones, los memes y
chistes y también, claro, con el sano debate y la conversación. Ya algunos
estamos haciendo conciertos online y hay más iniciativas en marcha. No quiero
desvelar nada, pero hay cosas preparándose para que esto no decaiga. También
sería bueno el poder hacer conciertos para apoyar a los artistas que viven
exclusivamente de esto, haciendo conciertos de bajo coste, pero de amplia
asistencia, de modo que pudieran hacer algo de taquilla.
Bueno, como esto no está escrito sólo para el ahora, sino para los
estudiosos de dentro de dos siglos, paso a resumir el micro abierto del pasado
martes, día 10. Antes del ¡estado de alerta!
Segundo día de “corona”. Hay un micro que resiste… No. Mejor
comencemos seriamente. Andrés Sudón y unos cuantos cantautores, poetas y otras
gentes de mal vivir, siguen en la brecha, resistiendo al virus. Hoy se seguirán
las normas que se establecieron ayer, o sea, lavado de manos, almohadilla para
el micro…
El primero en salir al escenario es René, que interpreta su canción del taller “Ciudad”. Comenta antes
de empezar que cuando la compuso no pensaba en el contexto actual, pero viene
al pelo. Canción con una música que genera cierta atmósfera de miedo y que
habla de las dificultades para andar por ella.
“Ciudad fría e inhóspita”. Empezamos bien.
A continuación sube un reciente descubrimiento: Elena Cormán, a la que acompaña a la
guitarra Raquel Morato. No dice que
van a cantar, pero atacan una versión de 'Los días raros' de Vetusta Morla.
Tienen una conjunción de voces muy buena. (Son dos buenas voces, al fin al cabo). “El futuro se vistió con el traje nuevo
del emperador. Quién iba a decir que sin carbón, no hay reyes magos”.
Ahora sale La princesa del
metro, acompañada de Osvaldo Lindner
a la guitarra. Es gracioso ver el follón que se monta para poder seguir el
protocolo. La princesa limpia el micro también, aparte de sus manos y coloca la
almohadilla. Osvaldo le acompaña a ritmo de blues sobre el que ella improvisa
“Ahora ve y dile a todos lo que nunca veras. Soy esa princesa que un día
encerraste en el mar. Soy esa voz que no dejaras de oír jamás”.
La ultima en salir es Mayumi,
que interpreta al piano “Can you hear me?” (¿Puedes oírme?) Una canción que
habla de la necesidad de encontrar a esa persona. No sé por qué me recuerda a
Jesucristo Superstar. En fin.
Andrés anuncia los conciertos de Marzo, todos dedicados a
cantautoras. De hecho mañana miércoles canta Karma Olivié (ese concierto se
canceló y al final se hizo por Facebook e Instagram). Sobrevuela el micro el
fantasma de los cierres de salas debido al coronavirus. De momento, Andrés
anuncia a los siguientes participantes.
El primero es Edu Moras,
que se estrenó ayer. Está estos días aquí a hacer la ruta de los micros y está
muy contento del resultado. Hoy hace una canción con aires de rumba y con un
buen arpegiado. Tú llegaste a mí. Tus ojos, como dos soles, bajo la luna me
hablan de amores”. Bien interpretado, con firmeza y soltura.
Ahora sube Raquel Morato,
que interpreta “Rezar”. También con ritmo de rumba, bueno, más bien, rumbita.
Trata sobre la decadencia del ser humano. “Solo me queda rezar, rezar… Me salva
el día, verte gozar”, acompañada por las palmitas correspondientes.
Andrés Sudón se anuncia a sí mismo (tan mal andamos
de personal) y sale a contar que el ya nunca se enferma. Desde que le dijo un
médico que las enfermedades autoinmunes se las produce uno mismo, decidió que
nunca más. Pero le afectan las cosas de otros. Así la canción que cantará se la
dedicó a un amigo que lo estaba pasando fatal. “Canción triste y de amor”. Yo se
la oí en el concierto de despedida de “Andrés Sudón Vive”. Dice que mejor no
leamos a Emile Cioran. (Mirad sus frases. No tienen desperdicio. Qué
destructivo!) Sobre la ejecución de Andrés, qué queréis que os diga. Enorme. Me
he dado cuenta de que a mi me gusta esa energía que tienen ciertos cantautores.
Se ve que se creen lo que hacen.
Sube Javi, al que le
deja la almohadilla la Princesa del Metro ataca otra vez el “All along the
watchtower”, versión de Jimi Hendrix. Con guitarra española. En fin.
Andrés dice que no pararemos mientras nos lo permitan, aunque sea como
“Walking dead”. Le interrumpen unas voces
Andrés les llama la atención. “Te aprecio, pero si tengo que echarte… te
echo.. Sin acritud, eh!” Y anuncia al único #nuevoparticipante.
Finito es el único nuevo, que, al no querer
esponjilla, debe cantar a pelo, con la guitarra desenchufada. Va a atacar una
canción. (una metacanción) sobre que no sabía qué escribir. Muy original. “Si no
encuentro las palabras siempre me quedara el mar, que es también una palabra
que he elegido al azar! Llena de versos originales y lucha contra la
creatividad, se lleva un gran aplauso. Es otro ser especial. Esperemos que
vuelva. Además ha interpretado la canción a pelo, oyendo y contestando a las
interrupciones del grupo armafollones. Y los ha ganado con su calidad.
Ahora Andrés vuelve a regañar a los alborotadores antes de dar
paso a los siguientes. Les pide respeto para los que ahora vienen. La primera
en salir es Marta Plumilla, que nos
canta su “Trampas para zorras”. “Hoy nos vi. en una peli americana de terror y
tú me gritabas ‘por ahí no’. Rubia muerta en la pantalla. Mal papel el que
escogí”. Una canción de terror, claro. Una letra muy buena.
Ahora viene Valentin Nueda,
que viene con mascarilla. Anuncia un estreno mundial: el monólogo de Hamlet con
mascarilla. Je je. No comienza hasta que el grupo de folloneros se calla. Lo
consigue, claro.
Osvaldo Lindner sube y suelta dos toses que hacen callar
a todo el mundo. Anuncia su concierto del domingo siguiente (que no se hará al
final) junto con su hermano. Y canta una zamba preciosa de Eduardo Falú: “A qué
volver”, versión de Los Chalchaleros. Canta con las tripas. Queda muy bien.
El siguiente es Alvaro
Atlante. Sigue el protocolo, como todos, de desinfectarse las manos y poner
la almohadilla al micro. Es la tercera vez que viene al micro. Toca la guitarra
bajito, pero con unas disonancias originales y con rupturas en el verso del
mismo aire. “Hoy me siento oscuro… o no. Simpático y artificial y escaparé,
escaparé del mundo. Muy buena interpretación” “Nacemos sabiéndolo todo, ¡qué
loco! Qué pronto empezamos a olvidar!”. Dice que tiene algunas cosas en
“spotify”
Andrés anuncia la última tanda, que comienza Juan Carlos Aguilera, que canta su “Bolero del desamor”,que
comienza como bolero pero cambia rápidamente a guajira. “De nada sirve tu amor
si siempre me opaca el sol; pude plantar un quizás y tal vez morir después… Si
el olvido mata lo que llevo adentro, te recuerdo niña en mis pensamientos”.
Shak es el siguiente, que canta en inglés.
Dice que a fin de mes se va a Ibiza. Un tema propio. “Si estuviera para morir, qué
me gustaría haber hecho, acaso me arrepentiría, acaso diría mis secretos..
cuánto me gustaría volver a la ciudad. Acaso habría vivido del modo deseado o
habría vivido la vida de los demás, habría tenido un sueño o habría pasado de
largo, me habría comprometido o no”. Canta con mucho gusto, con una guitarra
sencilla y agradable. (Tiene un video por ahí que está muy bien).
Y llega el turno del último participante del micro: Mi Antonio, que comienza a cantar a
capella: “La vida es una enfermedad mortal. A Perogrullo le salía del alma: te
mueres cuando se acaba la vida, cuando te mueres es cuando la palmas…La vida es
una enfermedad mortal, ve despidiéndote de los amigos, al otro lado no se está
tan mal, yo soy la muerte…”.
Y hoy sí da tiempo a efectuar el sorteo y a despedir este micro un
tanto especial por tantas cosas.
“Podéis ir en paz”.
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