Por: Camilo Crespo.
El
video en directo se puede ver en el Nuevo canal de YouTube de MAL8 :
O directamente: https://www.youtube.com/watch?v=ox8cK_B6uns
Hoy también cantamos el Cumpleaños Feliz y ponemos toda la “CARNE” en el asador. Tenemos carne fileteada, carne amada, carne deseada, carne pagada, carne abusada, pseudo carne y carne de cañón para el ¡Chat gi-pi-ti de la IA!
“Oremos". Buenas tardes. Andrés da la bienvenida
a presentes y onlainers para esta sesión especial. Los nervios andan sueltos y
no hay muchas conversaciones. Hoy se estrenarán un montón de canciones y poemas
titulados “Carne”. Ante todo pasa lista, quizá más bien para que se sepa la
hermosura que nos espera. Este cronista está sentado junto a la entrada de la
sala, según costumbre. Lo bueno de venir, aparte de cantar, es saludar a las
personas que vemos en streaming pero con las que no tenemos contacto. Y algunas
también que están, pero no salen en la emisión, como Vicente y Feli. Hoy hay
buen ambiente en la sala, hasta el punto de que Andrés se tiene que poner un
poquito serio a fin de acallar algunas conversaciones. Y vamos allá.
Camilo Crespo (yo), por cuestiones especiales, abre el micro. Saluda y por supuesto
también a los onlainers. Da las gracias a Javier Gijón, pues le ha dejado su
preciosa guitarra acústica, aunque como no tiene bandolera, le hace cantar
sentado contra su costumbre. Esta vez no se ha complicado con el ritmo y ha
optado por uno como de cueca, aunque
algo más lento.
Porque ahora me pregunto si no me habré equivocado,
Si no habré vendido mi alma al miedo.
Vivo lejos de la carne, por no atarme,
Por no ausentarme de mi propio ser.
Vivir es luchar en carne viva
Y así en el amor
Y refugiarse sin percatarse en otra carne
Para acabar arrinconado aunque a salvo
De esas miradas que viven esquivando el dolor
Vivir es luchar en carne viva
Dame mi parte, vida, de carne, los besos restantes
Entrame y salme, vérsame y cántame, vida
Y la carne abrasa pero la carne arropa, pero la carne calma
Vivir es luchar en carne viva
Dame mi parte, vida, de carne, los besos restantes
Entrame y salme, vérsame y cántame, vida
Y así en el amor
Sofía Idoia,
ante la pregunta del presentador, le dice que ella nunca ha recitado sentada. Y
nos lee su aportación de “Carne”: un bello soneto.
y el peso canta en mí su geografía.
La carne no es presión, es la porfía
de abrir el alma. a un umbral de sedimento.
al vapor que me nombra y me vacía;
alumbra con las leguas de su beso
la gangrena que en mí se cobra vida.
y yo, el temblor que canta en su bisagra.
El cuerpo es donde empieza la mentira.
Y ahí, en el centro donde tiro la toalla,
soy presa por sorpresa y más canalla.
Andrés Sudón,
solía comenzar, pero, ante mi necesidad, se relega generosamente al tercer
puesto. Deja para el sorteo un ejemplar de su “Acomodado en la rebeldía”. Y
farda de cuaderno MAL8. Sí, de los que está dejando Mi Antonio para el sorteo.
Ha oído, comenta, que los grandes depredadores, cuando prueban la carne humana,
ya no quieren otra. Y él lo comprende. Pero tiene que volver a pedir silencio a
algún grupo. Supongo que su ritmo, que me recuerda al de su tema “Animal”, no
es casual. “…Te ha manipulado y buscas resetearte. Date un respiro y sal a por
más carne… Religiones ordenan, gobiernos legislan, familias conspiran contra
encontrar más carne…”. Nos ha presentado un tema muy bien construido, tanto
letra como música.
Mi Antonio
deja un nuevo cuaderno MAL8 para el sorteo y anuncia que trae una cosa muy
sencillita, muy directa y muy clara. “Te quiero carne, carne. Carne para amar.
No me compliques la existencia con tus razones, ni tu experiencia, ni con tus
ansias, ni tus anhelos. Solo tu carne es lo que quiero. Yo no te compro las
ilusiones, ni me impresionan tus devociones…”. Efectivamente, no deja resquicio
para elucubraciones, pero muy bien. Bravo.
El hijo de la Pepi ladea un poco el micro para que le vea todo el mundo. Esta vez ha traído
un tema con la letra muy trabajada y, por supuesto, con una puesta en escena
perfecta. Así que no me queda otro remedio que poner toda letra. Estupendo
tema.
Carne para rayar. Carne asada, aislada, engañada.
Carne para alimentar tus patrañas con mis entrañas.
Chap GPT de la IA, esperando mi muerte.
Chap GPT de la IA, para ser pescado
y nadar en su mar de la inmortalidad.
de aquí y de ahí. Chat gi-pi-ti, de la ai-ei.
Y yo sin dejar de echar carne al asador,
hablando, hablando, hablando todo el rato
para el chat GPT de la IA sin saberlo.
Soy carne de cañón del chat GPT...
Chat GPT, chat GPT de la IA...
con forma de sonido
transformado en palabras
con santidad y sin sensibilidad
y las graban del directo.
Chat gi-p-ti, chat gi-pi-ti, de la ai-ei
según quien escuche. Soy carne para tu mente,
proteína para tu acción.
Chat GPT, chat GPT de la IA...
Por aquí, por allí. Cha GPT de la IA.
dando forma la palabra que se ordena
de forma independiente. Carne para la mini pimer
Chat GPT, chat GPT de la IA...
Carne para el chapit sin derechos de autor.
No copyright, no copyright.
Chat GPT, chat GPT de la IA...
Chat gi-p-ti, chat gi-pi-ti, de la ai-ei
Ha terminado la primera tanda, que ha resultado muy
especial y, sobre todo, diversa. Un cantante folky, una poeta, nuestro maestro
incalificable, esa voz a capella y el cantactor y auarpamú genial. Pero esto no
ha hecho más que empezar. Andrés vuelve a hacer hincapié en que al micro
venimos a disfrutar de la escucha o de actuar. Que no necesitamos llenar el
micro y que si alguien no se siente a gusto aquí, que no se sienta obligado a
quedarse. Añade que desde que puso el título al concierto, ve carne por todas
partes (normal, es lo que tiene el buen tiempo).
Debbie Ann Díaz no suele prodigarse y es un placer tenerla aquí. Dice que está un poco
nerviosa porque su madre está aquí y el público la apoya con un aplauso. Se
hace un poco con la guitarra del escenario y comienza a ritmo de bossa nova. “Suben
y bajan emociones y los relojes marcan diez, diez de la noche. Sensaciones. Me
sienta bien. Y sobre el ritmo de su boca, mi carne rota hacia el suelo. Frío de
hielo, se me antoja su calor…”.
Daniel Romero le produce a Andrés mucha alegría por unirse a estas fiestas de los
conciertos. Deja su acostumbrado poema secreto para el sorteo, así como una
pulsera y un libro: “El mercader de Venecia”, de Shakespeare. Y pregunta si
alguien sabe qué tienen que ver esa obra y la palabra “carne”. Explica que el prestamista
judío exige en prenda una libra de carne. Y nos lee su poema, que podéis ver,
más otros muchos, en su blog:
https://danielromeropoeta.blogspot.com/2025/04/carne.html
Marta Plumilla, cumpleañera, según explica Andrés y para él una maravilla porque
existe, recibe ante todo el imprescindible “cumpleaños feliz” a coro. Da las
gracias y dice que siente no corresponder con una canción más feliz. “Pienso en,
si fuera una res cualquiera, con mi crin dorada al viento, si me echarían de
menos las praderas, cuando me llevas al matadero, ¿cuál sería la parte más
codiciada en las carnicerías de Sarriá?…”. Las letras de Marta siempre
empáticas con los animales. Cómo no.
Tomas de la Casa dice que como sus acordes se le han complicado un poco se va a sentar
y, como Debbie, se acomoda u poco a la guitarra antes de comenzar. “…Hoy he
vuelto a morder la manzana. Mi apetito no tiene frontera. Desato al diablo de
mis entrañas, tentaciones del cuerpo y
del alma. Has venido a buscarme. Convierte mi verbo en carne…”. Tomás nos
brinda un bello tema.
Río Viré
se sienta con un tres venezolano. Dice que este ejercicio del concierto lo
deberían hacer muchos artistas. Se apuntó la semana pasada y enseguida se
arrepintió. Pero se basa en la frase “carne de mi carne”, que le gusta mucho. Y
a medias con su compañera Julia, le salió una especie de nana oscura. “Entre tu
carne y mi sangre ocurre todo. Y entre mi boca y tu nombre nacen las flores. Búscame
una y otra vez. Ven y aúllame como un lobo. Cúrame, ven y ayúdame. Muéstrame
que no estoy…”. Dice que entre que no suele tocar el tres y que no sabe tocar
la chacarera, sólo le ha faltado hacerla en latín. Pues le ha quedado un tema
precioso.
Pasada la segunda tanda, Andrés dice que esto que
hacemos aquí es lo que debería salir en televisión y no lo que sale. Pero,
claro, antes tendría que verla un productor que confirmara que no se mete con
las empresas que pagan el espectáculo... Y directamente manda a tomar por culo
a esa industria. Añade que está deseando ver el “cadáver exquisito” que creará
Ernesto Arango para el final. Comunica que ayer lunes no hubo micro a causa de
las vacaciones de Semana Santa. Así que, en su lugar, mañana habrá una sesión
especial con toda la tarde a nuestra disposición. Y ahora vamos a escuchar las
seis “carnes” que faltan.
Victoria Loarte le pide a Andrés que baje un poco el volumen de la guitarra porque le
va a dar caña. Dice que le han preguntado si su tema sería picante. Dice que no
sabe por qué le preguntan eso (yo sí) y que hay tantas especias para echar a la
carne. “…Soy salvaje y tengo sed de civilización. Qué desastre; no sé
explicarte a dónde voy. Un animal, un artista, un intento de ser yo. De ser tu
carne y convertirnos en esa luz…”. No podía faltar hoy la energía de Victoria.
Marijuana la Villana tampoco ha querido perderse esta fiesta. Deja para
el sorteo tres coronas de laurel. Las personas afortunadas deben implantárselas
a otras en nombre de los premios “malochis”. Pide perdón si algún día ha
hablado y molestado a los demás. Su tema viene dividido en tres partes,
mezclando castellano, con italiano, catalán y gallego. Ah, y el wini-wini de
Ernesto. “…Carne mía, en abrazo comunitario somos nubes de suspiros, esferitas.
Un fenómeno dinámico. Personas animales de carne hueso. Y algo más que una aceituna. A veces como
humanos imbéciles, mirando de frente a un lobo...”. Marijuana parece un
electrón, por su energía y actividad.
Javier Gijón
ante todo y según suele, da las gracias a Andrés por estos ejercicios de
composición que “alientan nuestra inspiración”. Dice a modo de presentación,
que no soporta a las personas prepotentes que hablan con la verdad absoluta y
nos la impone, porque, al final, somos lo que somos. Comienza con uno de sus
arpegiados de acordes tan hermosos.
talento y presencia, estaba entre los mejores...
Era todo un crack.
La verdad suprema siempre le avalaba.
Era la benevolencia y la incomprensión...
que le acompañaban.
respiramos, miedo y lloramos por igual.
Solo somos carne y piel que marchitará.
Vamos con la misma pena, al mismo lugar
Presumía de su mente, pero sus certezas eran
muros de cristal.
Fue dueño de su nada gritaba tengo razón
y al final cuando caiga el telón será cenizas
bajo el mismo sol.
Andreas Kalk Badan agradece que Javier se quede en el escenario para acompañarle. Y nos
regala otra de sus creaciones, que nos enmudecen sin remedio. Bravo.
propina una patada al cuerpo de una mujer musulmana
que agoniza sobre una acera en la ciudad de Bijeljina (Bosnia).
Y lo hace mientras sostiene, con soberbia elegancia,
un cigarrillo en su mano izquierda.
Una niña de nombre Kim Phúc
huye despavorida y desnuda por una carretera
con su piel abrasada por un ataque de napalm
que acaba de lanzar el ejército estadounidense
sobre la aldea de Trang Bàng (Vietnam).
.
Fotografías, fotografías y más fotografías a carne muerta.
¡No hay límite en el álbum del horror!
.
Y pienso —y siento— que nuestra carne
es el finisterre del cuerpo.
Los expertos de la ciencia afirman que la carne
es el puerto al que llegan las naves de un mundo exterior
que aseguran conocer y controlar
con la escrupulosa precisión de un dios.
Pero, curiosamente, nuestro querido «yo» (y sus naves)
no aparecen, si quiera, en los créditos de su infalible relato;
¡que falta de respeto a su ciencia…
ficción!
.
Quizá se deba a que la supuesta cartografía de fuera
no sea ni más ni menos que la conciencia misma.
Yo solo sé, que nuestra carne es el finisterre del cuerpo,
y, de algún modo, también delimita
la frontera definitiva del mundo.
Y lo de afuera… pues qué sé yo;
supongo que algo habrá más allá del confín de nuestra piel,
o tal vez no, y, sencillamente, se trate de una fatamorgana
que vislumbran las naves fantasiosas de la mente
en las costas brumosas de la carne.
.
Lo que está claro es que nuestras naves parten
de los cerúleos atolones polinésicos
que salpican el iris de nuestra mirada anhelante,
y se adentran en el proteico océano humano
para surcar sinápticamente
los vívidos pezones de la existencia.
.
¡Es tan fascinante y asombrosa la vida!;
estar aquí escribiendo estos versos de madrugada
sin saber muy bien por qué,
sin saber nada de nada,
pero sintiéndolo todo
de todo.
.
¡El ser humano debería hacerse poeta!
para así poder especular sin límites
y compartir este tránsito maravilloso
con los demás.
.
Pero ciertos humanos han resuelto de facto disponer
sus grandiosos cojones de uranio sobre la mesa de juego
para hacerlos estallar ante la humanidad entera: ¡¡Boom!!
.
¡La carne debería ser inviolable!
¡La carne debería ser sagrada!
¡Es lo único soberano que existe! Una soberanía
que ni si quiera la muerte será capaz de arrebatar.
Pero a ellos —a los criminales—
les vale con el honrado silencio que guardan las fosas.
.
Y por ello gritaron, gritan y gritarán, bien alto, aquello de:
«¡que viva muerte
y que muera la inteligencia!».
Y no tardará el cuerpo militar de estos miserables
en declarar culpables de alta traición
a toda aquella carne viva que no comulgue
con los mandatos del «nuevo mundo».
.
Y los asesinarán. Pero ignoran
que la carne es infinita, y que sus ondas
lo abarcan absolutamente todo.
Se darán cuenta los asesinos,
tarde, pero se darán cuenta, de que el infinito
es pura carne sin frontera.
Y quedarán sus conciencias heridas de muerte
plegándose una esquinita
de este origami grotesco
que no cesa.
.
El criminal se dará cuenta, tarde,
pero se dará cuenta, cuando su nieto
le sostenga con ternura su mano anciana
y, mirándolo fijamente, le pida que le cuente
sus aventuras más bellas, y el homicida perciba,
entonces, inserto,
en el brillo nuclear de su querido joven,
la infinita tristeza de aquel niño del gueto de Varsovia.
.
O tal vez se vea sorprendido
por la infinita sangre morena de Lorca
al hendir su azada en el huerto de su juventud;
o bien resulte golpeado —una tibia tarde de primavera—
por el ruego infinito de aquellas flores
que fueron colocadas en las bocas de los fusiles…
.
El humano fratricida, se dará cuenta, tarde,
pero se dará cuenta,
cuando bese la mejilla de su madre
y sienta cómo la carne infinita que le dio la vida
se enfría por momentos en sus labios.
En ese temblor, en ese «dios mío»,
quizá repose la esperanza
de que en el rincón más cerrado de su vientre
amanezca el infinito de una cala blanca
y comprenda, al fin, —aunque sea tarde—
que la madre de su carne
fue también la madre
de la sangre
.
derramada.
Dinara Trondina ha llegado por los pelos, pero está aquí para ofrecernos su tema.
Comenta que decidió escribir una canción sobre la carne femenina. “¿Sabéis que
en España hay tantos o más pisos de prostitución como tiendas de Inditex?”.
Añade que una buena comparación, porque en ambos casos se trata de consumo. Se
consume carne humana. Más claro el agua. “Érase una vez una habitación oscura.
Intenso olor a fresa. Las sábanas de papel. Érase una vez una mujer que no
podía hablar. Y la única voz que se oía era la voz de él: Ey, madame, ponme dos kilos de esta muchacha tan fresca y un costillar
de mulata, que tiene buen precio…”. Una melodía sencilla es imprescindible
cuando el mensaje es tan contundente.
Acabado el concierto, aún queda una tanda de micro
normal. Andrés comenta que Daniel es el único que se ha atrevido a abordar el
tema de comer carne y que él lo intentó, pero que acabó cantando al sexo, que
era lo más fácil. Y da las gracias a todos los que se han unido a esta
maravilla. Y como ahora vamos a conocer a dos #nuevosparticipantes, explica un poco la historia del micro. Después
de los nuevos, escucharemos a algunos malochos habituales. Y vamos allá.
Xavi Guevara
nos canta “Cairos”, un tema que nunca ha interpretado en directo. Dice que no
sabe qué significa esa palabra griega, pero que le gusta. (Kairos hace
referencia a un momento concreto y significativo). “Y de qué importa el
porvenir o el que vino hace tiempo. Tan solo importa el momento. Vívelo,
vívelo. Es que no vas a preguntar quién es el loco del espejo. Lo que esconde
ese reflejo. Búscalo, búscalo…”. Hermoso tema sobre el “carpe diem”.
Pandino dice
que está algo nervioso, pero muy feliz de poder participar de lo que pasa aquí.
Viene a presentar “Un día bien, un día mal”, tema que va a lanzar en dos meses,
mas o menos. “Un día bien, un día mal, tratando de encontrar un lugar. Mírame y
contesta. Y dime si te quieres quedar. Olvida las promesas y dime lo que piensas,
porque verte ir no es igual a poder volverte a tocar…”. Canción a medio tempo y
buena dinámica que tira de las palmas del público.
Roger Comas
se sienta al piano y dice que va a cantar “París”, una canción para la que
debía de haber subido el móvil con la letra, pues está recién compuesta. Ante
un ofrecimiento dice que no se lo den, que le gusta el riesgo y trabaja bien
bajo presión. Buen currículum. Además, concluye, si se equivoca nadie se va a
enterar. “Te voy a escribir y a dedicarte quinientos besos fundidos en arte. Te
voy a escribir como cual poeta busca la letra perfecta para mostrar su belleza.
Que no quiero más promesas que no vengan de aquí, ni tampoco quiero luces que
me cieguen de ti…”. Buen tema.
Omar Bolina
dice que según venia al micro se sentía cobarde. Y que según fue transcurriendo
el concierto, se iba sintiendo triste. Y tras la última intervención de Andrés,
se ha sentido aún más triste y más cobarde, ya que no terminó la canción para
el concierto, tras decidirse por fin a participar. Y es que se ha dado cuenta
de que su canción hubiera quedado bien. (Para la próxima, Omar). Su tema,
titulado “Zarzamor amor”, menciona varios suplementos y opciones a la carne. ”
Tus ojos son de miel y manzana para desayunar
desde mi almohada. Sana, sana, gloria, que no pasa nara, nara, naranja. Ven y tómate de mi mano. Oh,
que si no hay plátano me importa si estoy a tu lado…”. Muy simpática letra.
Julio Trak
nos interpreta el famoso tema folk americano “La casa del sol naciente”,
ampliamente versionado, aunque la versión más conocida es la que hicieron The
Animals. Y explica que tiene relación con la carne, porque habla de un
prostíbulo de Nueva Orleans en los años 20 y claro, ahí hay carne. Qué podemos
a añadir mas, sino que hay versiones en tono mayor y en ritmos de 4 / 4.
Y de nuevo llegamos al final de otra estupenda sesión
en la que hemos visto el estreno de muchos temas. Gracias al trabajo de Ernesto
Arango, disfrutamos del compendio de lo que aquí se ha oído, como dice Andrés,
se haya dicho en la sala, en el bar o en la calle. Gracias, gran Ernesto. Tras
él Andrés felicita a todos los participantes, despide la conexión y hace el
sorteo final. Y mañana más.
“Podéis ir en paz”
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