sábado, 4 de julio de 2020

Crónica de Micro Abierto Libertad 8 (582). 03/07/2020

(Pincha aquí para ver el vídeo de la emisión en directo).


Por Andrés Sudón

Parece que últimamente estamos haciendo cosas que hacía mucho que no hacíamos, cosas que hacíamos con rutinaria destreza, como celebrar MAL8 (Micro abierto Libertad ocho) en Libertad Ocho o escribir crónicas de las sesiones. Esta es la primera crónica que escribo desde 2016 (sin contar con la crónica de la concentración MAL8 en 2018), y va a ser la crónica del primer MAL8 en Libertad Ocho desde principio de marzo de 2020. Veremos si la crónica se me da mejor que la sesión de ayer, viernes 3 de julio de 2020... Camilo Crespo está de vacaciones y también le hemos dado vacaciones en MAL8, lo cual supone para mí una oportunidad para volver a escribir estas crónicas, que abandoné para recuperar mi visión más crítica y exigente. Aunque la realidad es que echo mucho de menos contar lo sucedido en nuestras extraordinarias sesiones de micro abierto. ¡Vamos allá!

El pasado miércoles dieron la noticia, ¡abrimos el viernes!, así comenzó la cuenta atrás. Había muchas cosas que hacer: Libertad Ocho estaba manga por hombro cuando el mismo miércoles tuvimos una reunión allí para tomar decisiones y echar una mano con la limpieza profunda. El jueves gasté varios botes de limpiamuebles en la maravillosas vigas centenarias de la sala. Y cuando llegué ayer a la sala una hora antes de la reapertura, todavía nos quedaba mucho por hacer. Ya estaba allí todo el personal de Libertad trabajando duro para la vuelta a la realidad física. En la puerta ya estaban, cuando llegamos Marta y yo, Ernesto, Osvaldo Lindner y Juan Carlos Aguilera. Una hora y media después de mi llegada, abrimos las puertas para que entrasen público y participantes. Sonaba el primer disco de Leonard Cohen acompasado por los latidos de los corazones de los que estábamos allí a punto de vivir un momento histórico.

Todo estaba preparado para comenzar: el móvil para hacer la emisión en directo, el gel hidroalcohólico en el escenario, la prueba de sonido… Todo estaba preparado menos yo. Una vez en el escenario me di cuenta de que no recordaba cómo se presenta un micro abierto presencial. Echaba de menos mi máscara virtual con gafas de empollón y pajarita roja. A ver si consigo un atuendo similar para la sesión de esta noche… Me quedé un poco en blanco, pero al menos puede explicar el protocolo para actuar. Cada participante tiene que lavarse con gel las manos y poner film de plástico sobre la esponjilla del micrófono. Pero lo importante era que comenzaran las actuaciones.



Me pareció deseable que en la primera tanda estuvieran personas a las que llevo viendo meses tras una pantalla. Abrió la edición n.º 582 nuestro queridísimo Javier Gijón, que comenzó su intervención saludando cariñosamente a las personas que han estado en toda nuestra etapa online y que ahora no pueden asistir a las sesiones presenciales. También alabó el trabajo del personal de la sala para poder abrir y por su buen servicio. Nos cantó su canción Ahora, del taller que hicimos durante el confinamiento. Para mí fue muy emocionante escuchar a Javier en directo y en persona. ¡Por fin volvíamos oficialmente a la realidad física!



Mientras escribo esto me doy cuanta de lo desentrenado que estoy escribiendo crónicas, tan desentrenado como emocionado haciéndolas. Y no soy el único, Ernesto también parecía un poco perdido al subir al escenario. No sabía si mirar al móvil que estaba emitiendo la sesión, a los focos, al público… Pero enseguida se recompuso y nos dio aquello que adoramos de Ernesto, eso que nos sedujo desde la primera vez que le vimos: su energía escénica sin igual. Esa primera vez que le vi, supe que por fin había conocido a una persona de dibujos animados. Armado con su guitarra nos hizo “el resumen de la semana” y puso la energía de la sala al nivel que todos queríamos.



El siguiente fue Nacho el cuentasueños, que abandonó las sesiones online porque le parecía raro actuar sin la respuesta del público. Por fin volvía a nuestro escenario para contarnos varios sueños tan reales como disparatados. Yo le vi especialmente inspirado, y el público respondió a sus originales aventuras oníricas. Estamos volviendo a acostumbrarnos a actuar delante de personas de carne y hueso, así como a asistir a espectáculos en vivo y en directo. Pronto público y artistas estaremos al cien por cien.



La primera tanda terminó con Sergio Sanz, quien también aseguró que no era muy amigo de actuar online. Salió a escena con su juguete favorito, este teclado maravilloso que le hace secuencias sobre las que nos canta sus magias. Me habría encantado que sergio se sentara al piano, pero una de las nuevas normas es que cada participante ha de llevar su propio instrumento para evitar contagios. En todo caso, nos contagió muchas cosas Sergio Sanz con su enérgica actuación.

Ya más calmado, salí a presentar a los próximos cuatro participantes. En la primera presentación me dejé muchas cosas por decir. Hice un repaso de nuestra historia, incluyendo los últimos acontecimientos, para ver si así me ubicaba y concentrada en el aquí y el ahora. A pesar de los nervios y la torpeza, en mí había un gran gozo por estar por fin en Libertad Ocho.

El primero de la segunda tanda fue Osvaldo Lindner, otro que tampoco es muy amigo de cantar para el teléfono móvil. Vino a resarcirse de tantas semanas sin cantarnos, y a saciarnos de disfrutar de su maestría veterana interpretando canciones tradicionales de su tierra y composiciones propias siempre con ese aire ancestral. “una alegría inmensa, todavía no me lo puedo creer, estar aquí arriba” fue lo primero que dijo tras realizar el protocolo parta subir al escenario. Nos cantó una canción propia titulada Encerrado en el bulín escrita durante el largo confinamiento. Un gusto escucharle de nuevo.



El siguiente participante fue nada más y nada menos que Juan Fernández Fernández, excelentísimo y admirado cantautor, queridísimo amigo mío. Sin mediar palabra nos cantó una maravillosa canción cuya letra es de un poema de Óscar Aguado. Una maravilla la música, la voz, su presencia en el escenario de Libertad Ocho. Yo ya empezaba a estar más que emocionado. Por cierto el día 17 de julio estaremos Marta Plumilla, él y yo en este mismo escenario celebrando el aniversario de Malvadas Ardillas con un espectáculo titulado “Laboratorio sonoro”, más información y anticipadas aquí.




A continuación salió a escena Juan Carlos Aguilera. “Qué bonito volver a casa, ¿verdad?” fueron sus primera palabras antes cantarnos una de sus canciones más conocidas, Kilómetros, con ese coro que reconocemos y cantamos. Al final de la canción todos estábamos cantando como si no hubiera pasado nada. Juan Carlos tampoco participó de nuestra etapa online, verle allí fue una verdadera vuelta a la normalidad.



A continuación llegó el turno de Maiumy, cantautora japonesa que también estuvo asuente durante el confinamiento y que regresó ayer como síntoma de normalidad. Ella toca el piano, y Sergio Sanz le prestó su maravilloso juguete para que pudiera cantarnos una canción japonesa titulada, creo, Sombra. Un gusto volver a verla después de tanto tiempo.

Como era nuestro primer día de micro abierto presencial, solamente actuaron once personas, para hoy sábado hay mucha más gente. También fue entrando un público estupendo que creó un ambiente que todos necesitábamos. En la última tanda actuamos tres personas que todavía no habíamos cantado y comenzamos a repetir con el primero que actuó.




En primer lugar escuchamos por fin a Marta Plumilla, a la que se le notaban las ganas de escenario. Saló a escena con una luz que deslumbraba a los focos. “Pensé que por fin estaba sucediendo el apocalipsis ese del que siempre nos hablan, lento y doloroso, lo que no imaginaba es fuera con lejía (…), ¡estoy muy feliz de estar aquí!, de hecho es la primera vez que puedo hacer bromas con esto”, dijo antes de cantarnos su canción Feliz. ¿Os he comentado que estaremos Marta Plumilla, Juan Fernández Fernández y yo el 17 de julio en Libertad haciendo un espectáculo tutlado “Laboratorio sonoro de Malvadas Ardillas? Sé que sí, pero insisto.




Ya no voy a insistir más, al menos en esta crónica. El siguiente en actuar fui yo mismo, Andrés Sudón. Os podréis imaginar que este fue para mí un momento muy especial. Justo ayer hacía dos años que compuse la canción Perdidos allí mismo, en Libertad Ocho, en un glorioso Canciomatón. No imaginaba cuando la compuse, que sería la canción más importante, el motor del #proyectoperdidos, que por razones obvias se paró y pronto volverá. Cuánto me gusta cantar en un escenario delante de público. Ya lo sabía, pero ayer recordé por qué hago todo lo que hago: para subir a escena y entrar en comunión con el público mediante las canciones que hago en la intimidad para el mundo entero… Aish.

La última actuación que voy a contar en esta crónica es la de Juan Matute, excelente cantautor, actor y personaje estupendo donde los haya. Encontrarme con él en Libertad fue otra de las cosas maravillosas que me está dando la nueva anormalidad (sí, perdón, anormalidad). Matute subió a escena recitando un extracto de “Poeta en Nueva york” de Lorca, como introducción a una jota zamorana con la que nos deleitó. Lo hizo a pelo, sin guitarra y algunas percusiones al estilo tradicional le acompañaron creando un momento festivo.

Y esto es lo último que cuento de la edición n.º 582 de MAL8, celebrada ayer viernes 3 de julio de 2020. después comenzamos una segunda vuelta que quedará en la memoria de los asistentes. Y después la tertulia, los abrazos, las risas los brindis. Y esto sigue. He escrito realmente rápido esta crónica, a ver si me da tiempo a publicarla antes de salir corriendo a Libertad Ocho para celebrar la edición n.º 583, que espero contaros mañana. Camilo, vuelve pronto, porque si no le voy a volver a coger el gusto a escribir estas crónicas que tú haces con tanta destreza y carino.

¡¡Gracias a todas por leer, comentar y compartir!!

2 comentarios:

  1. Gracias por continuar con esta labor y por tu generosidad aportando positividad.
    También me encanta que se desconecte y disfrute de vacaciones Camilo. ¡Aunque sé que mos está observando!
    Sigo pensando que este concierto tendría que ser conocido y visitado por las 'gentes' que se dedican al 'mainstream' porque yo veo "monstruos y monstruas" de buenos.

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  2. Muchas gracias, Andrés. Que gusto leer las cronicas desde el otro lado. Deseo volver pronto a disfrutar de todo y de todos. Esto ya no sera igual. Hemos internacionalzado el micro y vuestra transmision es otro paso en una bella dirección. A gozar!!! Gracias tambien a los que habéis ido a inaugurar esta nueva época. Gracias!!!

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