Solamente vamos por la edición 110 de MAL8 (Micro Abierto Libertad
8), pero ya es un fenómeno consolidándose, ya todos saben que los martes
nos reunimos en Libertad Ocho para
renovar la canción de autor. ¿Qué significa esto? El término cantautor ha ido
variando sus connotaciones durante los últimos cincuenta años, en la posguerra
y en la transición significaba “canción protesta”, después, en los ochenta,
significó “canción aburrida y pasada moda” (aunque algunos grandes como Sabina, Serrat o Aute siguieran
en boga, haciendo canciones novedosas que plasmaron la evolución de la mentalidad
general). En los noventa, los cantautores se convirtieron en super ventas, se
puso de moda la canción de autor, y todos los cantantes se empezaron a autodenominar
cantautores; en esa época Libertad Ocho
se convirtió en el centro del universo, aquí Pedro Guerra, Javier Álvarez, Ismael Serrano, Rosana y otros muchos, empezaron a atraer a un público muy
numeroso, y arrasaron en el mercado, poniendo en lo más alto la canción de
autor, incluso la despojaron de ciertos prejuicios. Pero la caída fue tremenda
cuando a principios del siglo XXI llegó la era del pop latino y la música
basura en general. Hoy día, las últimas generaciones que están triunfando en
los escenarios y en Internet (porque el mercado prácticamente ha desparecido)
son, digamos, más de lo de siempre, compositores románticos en busca de lugares
comunes que atraigan al mayor número de público posible. Pero hay un público
huérfano, personas que desean conocer a artistas que nos regalen su verdadera
intimidad, cantautores que se arriesguen a plasmar en su música la inevitable
evolución mental de la sociedad. Puede que haya mucha gente que no escuche
nada, porque nada les convence. Todo el mundo entiende qué es el cine de autor,
el teatro de autor, etcétera; la canción de autor no es más que eso, canciones
que hablan de su autor, canciones de calidad. Ya hemos escuchado demasiadas
canciones acerca de exnovias de unos y otras; a mí no me llegan, yo soy una de
esas personas que ya no escuchaban nada nuevo, porque nada de lo nuevo me
parecía nuevo. Pero ahora, en MAL8,
estoy descubriendo autores (entiéndase el masculino como neutro) que me seducen
y me producen mucha curiosidad. Ya he comentado que lo que tenemos en común los
cantautores del MAL8 es no tener
nada en común, ya que la canción de autor no es un estilo musical, ni una
música fundamentada en la tristeza, como mucha gente cree: la canción de autor
es algo único y esencial, es la base de toda la música, del pop, del rock, ya
en el renacimiento personajes como Juan
Del Encina, expresaban sus sentimientos con piezas muy similares a las
canciones del pop. Un cantautor es un individuo que vive, escribe, compone,
toca un instrumento y actúa en un escenario usando técnicas de interpretación.
Todos los que somos cantautores tenemos que estar orgullosos de hacer algo tan
completo y complejo. Y lo que más aprecio de un cantautor es que me diga su
verdad, ya que eso tiene como consecuencia una inevitable originalidad. Y eso
es lo que encuentro aquí, en el MAL8.
Y, dado el éxito de público que se acerca a vernos, tras un lento pero sólido
proceso, entiendo que estamos poniendo la canción de autor en un lugar que le
hace justicia. No va a ser ni una moda ni un estilo caducado, vamos a por ese
público huérfano que necesita lo que hacemos. Ya los medios de comunicación
empiezan a verlo, por ejemplo Radio
Exterior de Nacional de España ha emitido muchos de nuestros conciertos durante
este verano en el programa A media voz,
dirigido por Enrique Martínez, con
un alto índice de popularidad. Puedes escucharlos pinchando aquí.
Esta parrafada previa la crónica
de MAL8 (110) es una declaración de
intenciones para este curso que empieza, en el que estamos dispuestos a brillar
y a satisfacer a aquellos que anhelan una canción de autor carismática y pura.
Pero ya paso a contaros lo sucedido este pasado martes 27 de Agosto del año 13. El debate acerca de la canción que
comenzó la semana pasada, continuó levemente en esta sesión, en la que además
pudimos escuchar a artistas que hacía tiempo que no aparecían por aquí, y que
participaron muy activamente en nuestros comienzos, como Coppel o Factotum Madrid
entre otros.
Yo, Andrés Sudón, fui el que rompió el hielo. Lo hice cantando una
canción de la cantautora que más me ha deslumbrado desde que comenzó esta
aventura, Marta Plumilla. Canté su
canción La enfermedad del viento,
pero lo hice “en mí mayor”, es decir, en primera persona; ella canta “tu única
enfermedad es del viento (…)”, y yo lo cambio por “mi única enfermedad es del
viento”, así con toda la canción. Un placer sentirme protagonista de esta
bellísima canción. Es, en cierto modo, una aportación al debate, una preciosa
canción que no tiene estribillo, pero cuenta algo muy concreto de forma
personal y comprensible por todos, además de plasmar esa evolución que está
sucediendo en la mentalidad común.
Ya sabéis que este es un micro
abierto de cantautores en el que participan algunos poetas que nos aportan
muchas cosas relacionadas con el uso del lenguaje. Es el caso de Diego Mattarucco, un creador
concienzudo que hace lo que él llama “cacofonías”, un ejercicio complejísimo
formalmente que, además, está lleno de contenido re-evolucionario. Nos leyó dos
poemas, el primero titulado Efluvios de
Flavia, y el segundo titulado Hambres
(que nadie quede fuera), en el que habla del hambre de hombres y hembras.
Como siempre, impresionante.
La siguiente fue la cantautora María Argüello, que entró de lleno en
nuestro debate incipiente cantando Carta
a cualquier parte, la cual presentó diciendo “no tengo muchas canciones
tristes, pero hoy toca…”. Y en la canción hizo alusión a lo que andamos
hablando: “(…) que todavía me gusta este rollo de cantautor (…)”. Claro, lo que
llamamos “rollo cantautor” es esa idea del ser entristecido cantando a solas en
un parque una canción afectadísima. Muchos nos hemos ganado ese prejuicio, pero
casos, como el del siguiente participante, rompen en pedazos esa idea preclara.
Es el caso de Caso Omiso, al que cada martes veo más
claramente. Cantó su canción No sé si
tirarme al metro o a la taquillera. Subido en un acorde disonante, dijo una
serie de cosas personalísimas, muy divertidas y originales, para llegar a un
estribillo armónico que todos acompañamos con palmas. Él es para mí otro
ejemplo extremo de cantautor alejado de los tópicos.
El siguiente es un ejemplo de
cantautor con gran carisma, con un mundo literario propio e inconfundible: Carlos Recio, que no quiso entrar de
nuevo en el debate y se limitó a tocarnos una canción de su repertorio clásica
pero original, Los días que fueron años,
en la que dice “cómo quieres que te olvide si los labios tienen memoria (…)” y “(…)
lo que nos hizo tanto daño, convertir aquellos días en estos años (…)”.
Hacía mucho tiempo que no se
pasaban por aquí Factotum Madrid, un
dúo de hermanos que estuvieron en los comienzos de MAL8, dándolo todo cuando apenas teníamos más publico que los
propios cantautores que participaban en la sesión. Poco a poco hemos ido
ganando popularidad, y es justo que vengan a disfrutar de los frutos de algo
que ellos han sembrado. Y un gustazo para nosotros escuchar una de sus nuevas canciones,
en la que hablan de un tema de actualidad, “los asaltos a casa por bandas de
este, como el que sucedió a José Luis Moreno”. Divertidísimos al más puro estilo
de canción francesa, traída a España por Javier Krahe.
El siguiente fue nuestro poeta José Miguel González, que aseguró no
conocer apenas poesía de ciencia ficción, tras lo cual dijo “me preguntas por
los extraterrestres y yo tengo que contestarte en Castellano…”. Luego pasó a
recitarnos, en primer lugar, el poema Reflexiones
al hilo de una cometa, en el que habla de personajes de la historia a los
que admira, repitiendo la frase “así soy yo a veces”. En segundo lugar recitó Nosotros, un poema que “trata de no
responder a la pregunta ¿quiénes somos nosotros?”. Terminó hablándonos de la “hiperestesia”,
una sensibilidad excesiva y dolorosa, de la que nos puso varios ejemplos, como “verte
desnuda es sufrir tanto…”. De nuevo un placer aprender y disfrutar de esta
persona.
El siguiente en escena fue el
poeta y cantautor Juanlu Mora, que
se está poniendo fuerte en la segunda faceta, ya que en la primera es una
figura consolidada. Viene al MAL8 a
compartir sus canciones y a aprender a dominar el escenario, lo cual es un
honor para nosotros, ya que le vemos evolucionar, y tenemos el lujo de
presenciar sus ensayos y errores. No me cabe duda de que llegará muy lejos, se
le ve trabajador y auto exigente. Nos cantó El
óxido, una “historia de desamor”. Queremos seguir presenciando esta
evolución inminente.
También nos gusta mucho ver que
muchas personas que hacen canciones en su intimidad, pero que no suelen hacer
conciertos ni tienen aspiraciones profesionales, vienen al MAL8 para poner en escena sus creaciones. No puede haber nada más
puro. Es el caso del El Tío Antoño,
que este martes nos regaló su canción Sopa
de sobre.
Lo de tener aspiraciones profesionales
es muy relativo. Cuando las tenemos, como es mi caso, lo hacemos, al menos en
mi caso, porque creemos que estas canciones nuestras que nos hacen bien, pueden
hacer bien a otras personas. Así la pureza está también en los que deseamos
llegar a mucha gente. Puede que este sea también el caso de Vico, un artista al que veo sentir en
el escenario, dejarse la piel, cerrar los ojos muy fuertemente para sacar la
canción del fondo del alma. Nos cantó Olas
de sal, canción que compuso, según nos dijo, porque un amigo le dijo que
hacía canciones muy tristes… Entonces se sentó a escribir esta canción triste
también. Yo no diría que es triste, más bien es intensamente melancólica.
El MAL8 es un contexto en el que no hay hostilidad ni competitividad
feroz, lo que favorece que cantautores tímidos puedan exponerse sin muchísimo
miedo al escenario. Es el caso de Javier
Delgado, que llegó hace tiempo aquí irradiando pudor, y que ahora sube con
decisión al escenario dispuesto a darlo todo y a escuchar críticas
constructivas. Porque el ambiente no es hostil ni competitivo, pero sí es
exigente. Yo ya he visto crecer a mucha gente aquí gracias a estas premisas,
así como he visto a algunos claudicar ante tanta luz, luz que permite ver con
claridad aciertos y errores.
Y así como viene gente nueva a
crecer, también vienen artistas hechos y derechos a ser ejemplo para los demás.
Es el caso de Coppel, que ha venido
muy fuerte del verano para seguir trabajando en pro de nuestra causa (al menos
eso me ha parecido). Nos cantó una canción titulada si algún día muero, Dios no lo quiera. En ella constata todas las
cosas y buenas que le da a la vida, y pide disculpas por la tristeza. De algún
modo nos invita a quererle más, ahora que aún está con nosotros. Celebro su
vida y su vuelta al MAL8.
En esta edición tuvimos un nuevo
participante, Daniel Guantes, el cual
fue una gratísima sorpresa. Cuando habló conmigo, antes de comenzar el
espectáculo, se lamentó de sólo poder cantar una canción, ya que viene desde
lejos. Yo le dije “esto es lo que hay, amigo”, y salió a escena dispuesto a
impresionarnos. Se puso la guitarra en las rodillas y tocó una armonía
bellísima, dejándonos a todos estupefactos con su característica voz. La
ovación fue tan contundente que le ofrecí tocarse otra, que también nos
encantó. Un gran éxito para ser su primera vez. Es más, Julián, el programador de Libertad
Ocho, le ofreció una fecha. Mañana lunes hará un concierto completo, ven a
verlo si quieres saber por qué nos impresionó tanto.
Miguel de Paul hizo un curioso juego de palabras a colación de
nuestro debate. Dijo que si un cantautor es el que canta sus canciones, aquel
que versiona a otros autores es un “cantautores”. Después nos cantó una canción
que él definió diciendo que está “en el filo entre lo sublime y lo cursi”. Me
encanta vele tan suelto y locuaz, cantando con cojones.
La furibunda Esperanza Montero nos trajo una canción titulada Todo va a ir bien, la cual compuso tras
escuchar una historia de amor que bien podría ser la suya, según nos dijo. y
añadió “perseguimos primero cuerpos, luego entes… creemos que queremos sexo,
pero buscamos algo más”.
La siguiente actuación fue la de Las Dos en Punto, un dúo del que queda
una integrante Mila Hidalgo, que
cantó una canción compuesta por su guitarrista acompañante, Rafa Alba. Y como estábamos en pleno
debate, Mila nos dijo ”yo soy canta y él autor….”. Siempre pizpireta y luminosísima Mila.
La siguiente cantautora en escena
fue la aludida al principio de la crónica Marta
Plumilla que vino acompañada por su inseparable Mafe, a la que hemos visto en los famosos vídeos de la bañera, y
últimamente en escena. Mafe canta, y
lo hace con una profunda y bonita voz. Cantaron una canción de Plumilla que habla sobre meteorología,
sobre nublar sombras con sol, que es justo lo que hace esta cantautora,
iluminarnos a todos con su sola presencia, y deleitarnos con su obra única e
inimitable. Pronto tendremos muy buenas noticias de ella, yo lo sé porque estoy
metido hasta el tuétano en su proyecto (proyecto es una palabra insuficiente,
he de decir).
Y vino a este MAL8 (110) en cantautor Kamankola para despedirse de nosotros,
creo que ya estará de vuelta en Cuba. Nos cantó la misma canción con la que se
presentó, Los centinelas nos matan.
Además de su música y poesía, nos ha dejado su impresión sobre el MAL8, nos ha dicho que, comparado con
los micros abiertos que se hacen en Cuba, aquí somos respetuosos con los jóvenes
autores, y que actuando en nuestro escenario “dan ganas de hacer canciones toda
la vida”. Es bonito escuchar estas cosas de gente que nos ve desde fuera. Le
deseamos mucha suerte en su vuelta a casa.
La siguiente fue Ángela Biedma, que también quiso
aportar una canción ilustrativa a nuestro debate, la cual presentó diciendo que
es una canción en la que se describe la situación en la que un cantautor se lía
con una “persona normal”, dándose discordancias de horarios, gustos… “Quién te
iba a decir que ibas a acabar con la cantautora”. Pues sí, ser cantautor
también es un modo de vida, en realidad es dar tu vida en canciones, es que las
canciones te den la vida.
La penúltima actuación fue la de
mis queridos Dos, una preciosa
pareja, un dúo, que hace canciones a piano y voz, ella el piano y él la voz.
Vienen respectivamente de la música clásica y del heavy, y hacen canciones sencillas
y originales, como la que nos cantaron este martes, que habla de las ideas: “de
dónde salen las ideas, por qué no las puedo parar”. Podremos verles en concierto
el día 6 de Septiembre en Libertad Ocho. Yo no me lo pierdo por
nada del mundo.
Y la tarde terminó con la
completísima Sara Veneros, que esa
misma noche actuó con gran éxito en el escenario de Libertad Ocho. Digo que es completísima porque ella es una
guitarrista profesional, con gran técnica en la voz, que, además, está en plena
búsqueda personal, lo cual queda impreso en sus canciones. Escuchar a alguien
que se está buscando, te puede ayudar a encontrarte. Nos cantó esa canción pegadiza que
dice “yo no sé, yo no sé, yo no sé por qué me pones del revés…”. Todos salimos
de la sala tarareándola, incluso, horas después, había malochos por las calles
silbando su melodía.
Y esta es la crónica del MAL8 (110), celebrado este pasado
martes 27 de Agosto. Nos vemos el martes que viene, ya 3 de Septiembre, como siempre a las 19.00 h en punto (entrada libre). Gracias a todos los artistas por
su talento y generosidad, a Marta
por las fotos, a Libertad Ocho por
apostar por la canción de autor, y a vosotros por leer, comentar y compartir
esta crónica.
Andrés Sudón
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