domingo, 1 de septiembre de 2013

Crónica de Micro Abierto Libertad 8 (110). 27/08/13

Solamente vamos por la edición 110 de MAL8 (Micro Abierto Libertad 8), pero ya es un fenómeno consolidándose, ya todos saben que los martes nos reunimos en Libertad Ocho para renovar la canción de autor. ¿Qué significa esto? El término cantautor ha ido variando sus connotaciones durante los últimos cincuenta años, en la posguerra y en la transición significaba “canción protesta”, después, en los ochenta, significó “canción aburrida y pasada moda” (aunque algunos grandes como Sabina, Serrat o Aute siguieran en boga, haciendo canciones novedosas que plasmaron la evolución de la mentalidad general). En los noventa, los cantautores se convirtieron en super ventas, se puso de moda la canción de autor, y todos los cantantes se empezaron a autodenominar cantautores; en esa época Libertad Ocho se convirtió en el centro del universo, aquí Pedro Guerra, Javier Álvarez, Ismael Serrano, Rosana y otros muchos, empezaron a atraer a un público muy numeroso, y arrasaron en el mercado, poniendo en lo más alto la canción de autor, incluso la despojaron de ciertos prejuicios. Pero la caída fue tremenda cuando a principios del siglo XXI llegó la era del pop latino y la música basura en general. Hoy día, las últimas generaciones que están triunfando en los escenarios y en Internet (porque el mercado prácticamente ha desparecido) son, digamos, más de lo de siempre, compositores románticos en busca de lugares comunes que atraigan al mayor número de público posible. Pero hay un público huérfano, personas que desean conocer a artistas que nos regalen su verdadera intimidad, cantautores que se arriesguen a plasmar en su música la inevitable evolución mental de la sociedad. Puede que haya mucha gente que no escuche nada, porque nada les convence. Todo el mundo entiende qué es el cine de autor, el teatro de autor, etcétera; la canción de autor no es más que eso, canciones que hablan de su autor, canciones de calidad. Ya hemos escuchado demasiadas canciones acerca de exnovias de unos y otras; a mí no me llegan, yo soy una de esas personas que ya no escuchaban nada nuevo, porque nada de lo nuevo me parecía nuevo. Pero ahora, en MAL8, estoy descubriendo autores (entiéndase el masculino como neutro) que me seducen y me producen mucha curiosidad. Ya he comentado que lo que tenemos en común los cantautores del MAL8 es no tener nada en común, ya que la canción de autor no es un estilo musical, ni una música fundamentada en la tristeza, como mucha gente cree: la canción de autor es algo único y esencial, es la base de toda la música, del pop, del rock, ya en el renacimiento personajes como Juan Del Encina, expresaban sus sentimientos con piezas muy similares a las canciones del pop. Un cantautor es un individuo que vive, escribe, compone, toca un instrumento y actúa en un escenario usando técnicas de interpretación. Todos los que somos cantautores tenemos que estar orgullosos de hacer algo tan completo y complejo. Y lo que más aprecio de un cantautor es que me diga su verdad, ya que eso tiene como consecuencia una inevitable originalidad. Y eso es lo que encuentro aquí, en el MAL8. Y, dado el éxito de público que se acerca a vernos, tras un lento pero sólido proceso, entiendo que estamos poniendo la canción de autor en un lugar que le hace justicia. No va a ser ni una moda ni un estilo caducado, vamos a por ese público huérfano que necesita lo que hacemos. Ya los medios de comunicación empiezan a verlo, por ejemplo Radio Exterior de Nacional de España ha emitido muchos de nuestros conciertos durante este verano en el programa A media voz, dirigido por Enrique Martínez, con un alto índice de popularidad. Puedes escucharlos pinchando aquí.

Esta parrafada previa la crónica de MAL8 (110) es una declaración de intenciones para este curso que empieza, en el que estamos dispuestos a brillar y a satisfacer a aquellos que anhelan una canción de autor carismática y pura. Pero ya paso a contaros lo sucedido este pasado martes 27 de Agosto del año 13. El debate acerca de la canción que comenzó la semana pasada, continuó levemente en esta sesión, en la que además pudimos escuchar a artistas que hacía tiempo que no aparecían por aquí, y que participaron muy activamente en nuestros comienzos, como Coppel o Factotum Madrid entre otros.

Yo, Andrés Sudón, fui el que rompió el hielo. Lo hice cantando una canción de la cantautora que más me ha deslumbrado desde que comenzó esta aventura, Marta Plumilla. Canté su canción La enfermedad del viento, pero lo hice “en mí mayor”, es decir, en primera persona; ella canta “tu única enfermedad es del viento (…)”, y yo lo cambio por “mi única enfermedad es del viento”, así con toda la canción. Un placer sentirme protagonista de esta bellísima canción. Es, en cierto modo, una aportación al debate, una preciosa canción que no tiene estribillo, pero cuenta algo muy concreto de forma personal y comprensible por todos, además de plasmar esa evolución que está sucediendo en la mentalidad común.


Ya sabéis que este es un micro abierto de cantautores en el que participan algunos poetas que nos aportan muchas cosas relacionadas con el uso del lenguaje. Es el caso de Diego Mattarucco, un creador concienzudo que hace lo que él llama “cacofonías”, un ejercicio complejísimo formalmente que, además, está lleno de contenido re-evolucionario. Nos leyó dos poemas, el primero titulado Efluvios de Flavia, y el segundo titulado Hambres (que nadie quede fuera), en el que habla del hambre de hombres y hembras. Como siempre, impresionante.


La siguiente fue la cantautora María Argüello, que entró de lleno en nuestro debate incipiente cantando Carta a cualquier parte, la cual presentó diciendo “no tengo muchas canciones tristes, pero hoy toca…”. Y en la canción hizo alusión a lo que andamos hablando: “(…) que todavía me gusta este rollo de cantautor (…)”. Claro, lo que llamamos “rollo cantautor” es esa idea del ser entristecido cantando a solas en un parque una canción afectadísima. Muchos nos hemos ganado ese prejuicio, pero casos, como el del siguiente participante, rompen en pedazos esa idea preclara.


Es el caso de Caso Omiso, al que cada martes veo más claramente. Cantó su canción No sé si tirarme al metro o a la taquillera. Subido en un acorde disonante, dijo una serie de cosas personalísimas, muy divertidas y originales, para llegar a un estribillo armónico que todos acompañamos con palmas. Él es para mí otro ejemplo extremo de cantautor alejado de los tópicos.


El siguiente es un ejemplo de cantautor con gran carisma, con un mundo literario propio e inconfundible: Carlos Recio, que no quiso entrar de nuevo en el debate y se limitó a tocarnos una canción de su repertorio clásica pero original, Los días que fueron años, en la que dice “cómo quieres que te olvide si los labios tienen memoria (…)” y “(…) lo que nos hizo tanto daño, convertir aquellos días en estos años (…)”.


Hacía mucho tiempo que no se pasaban por aquí Factotum Madrid, un dúo de hermanos que estuvieron en los comienzos de MAL8, dándolo todo cuando apenas teníamos más publico que los propios cantautores que participaban en la sesión. Poco a poco hemos ido ganando popularidad, y es justo que vengan a disfrutar de los frutos de algo que ellos han sembrado. Y un gustazo para nosotros escuchar una de sus nuevas canciones, en la que hablan de un tema de actualidad, “los asaltos a casa por bandas de este, como el que sucedió a José Luis Moreno”. Divertidísimos al más puro estilo de canción francesa, traída a España por Javier Krahe.


El siguiente fue nuestro poeta José Miguel González, que aseguró no conocer apenas poesía de ciencia ficción, tras lo cual dijo “me preguntas por los extraterrestres y yo tengo que contestarte en Castellano…”. Luego pasó a recitarnos, en primer lugar, el poema Reflexiones al hilo de una cometa, en el que habla de personajes de la historia a los que admira, repitiendo la frase “así soy yo a veces”. En segundo lugar recitó Nosotros, un poema que “trata de no responder a la pregunta ¿quiénes somos nosotros?”. Terminó hablándonos de la “hiperestesia”, una sensibilidad excesiva y dolorosa, de la que nos puso varios ejemplos, como “verte desnuda es sufrir tanto…”. De nuevo un placer aprender y disfrutar de esta persona.


El siguiente en escena fue el poeta y cantautor Juanlu Mora, que se está poniendo fuerte en la segunda faceta, ya que en la primera es una figura consolidada. Viene al MAL8 a compartir sus canciones y a aprender a dominar el escenario, lo cual es un honor para nosotros, ya que le vemos evolucionar, y tenemos el lujo de presenciar sus ensayos y errores. No me cabe duda de que llegará muy lejos, se le ve trabajador y auto exigente. Nos cantó El óxido, una “historia de desamor”. Queremos seguir presenciando esta evolución inminente.


También nos gusta mucho ver que muchas personas que hacen canciones en su intimidad, pero que no suelen hacer conciertos ni tienen aspiraciones profesionales, vienen al MAL8 para poner en escena sus creaciones. No puede haber nada más puro. Es el caso del El Tío Antoño, que este martes nos regaló su canción Sopa de sobre.


Lo de tener aspiraciones profesionales es muy relativo. Cuando las tenemos, como es mi caso, lo hacemos, al menos en mi caso, porque creemos que estas canciones nuestras que nos hacen bien, pueden hacer bien a otras personas. Así la pureza está también en los que deseamos llegar a mucha gente. Puede que este sea también el caso de Vico, un artista al que veo sentir en el escenario, dejarse la piel, cerrar los ojos muy fuertemente para sacar la canción del fondo del alma. Nos cantó Olas de sal, canción que compuso, según nos dijo, porque un amigo le dijo que hacía canciones muy tristes… Entonces se sentó a escribir esta canción triste también. Yo no diría que es triste, más bien es intensamente melancólica.


El MAL8 es un contexto en el que no hay hostilidad ni competitividad feroz, lo que favorece que cantautores tímidos puedan exponerse sin muchísimo miedo al escenario. Es el caso de Javier Delgado, que llegó hace tiempo aquí irradiando pudor, y que ahora sube con decisión al escenario dispuesto a darlo todo y a escuchar críticas constructivas. Porque el ambiente no es hostil ni competitivo, pero sí es exigente. Yo ya he visto crecer a mucha gente aquí gracias a estas premisas, así como he visto a algunos claudicar ante tanta luz, luz que permite ver con claridad aciertos y errores.

Y así como viene gente nueva a crecer, también vienen artistas hechos y derechos a ser ejemplo para los demás. Es el caso de Coppel, que ha venido muy fuerte del verano para seguir trabajando en pro de nuestra causa (al menos eso me ha parecido). Nos cantó una canción titulada si algún día muero, Dios no lo quiera. En ella constata todas las cosas y buenas que le da a la vida, y pide disculpas por la tristeza. De algún modo nos invita a quererle más, ahora que aún está con nosotros. Celebro su vida y su vuelta al MAL8.


En esta edición tuvimos un nuevo participante, Daniel Guantes, el cual fue una gratísima sorpresa. Cuando habló conmigo, antes de comenzar el espectáculo, se lamentó de sólo poder cantar una canción, ya que viene desde lejos. Yo le dije “esto es lo que hay, amigo”, y salió a escena dispuesto a impresionarnos. Se puso la guitarra en las rodillas y tocó una armonía bellísima, dejándonos a todos estupefactos con su característica voz. La ovación fue tan contundente que le ofrecí tocarse otra, que también nos encantó. Un gran éxito para ser su primera vez. Es más, Julián, el programador de Libertad Ocho, le ofreció una fecha. Mañana lunes hará un concierto completo, ven a verlo si quieres saber por qué nos impresionó tanto.


Miguel de Paul hizo un curioso juego de palabras a colación de nuestro debate. Dijo que si un cantautor es el que canta sus canciones, aquel que versiona a otros autores es un “cantautores”. Después nos cantó una canción que él definió diciendo que está “en el filo entre lo sublime y lo cursi”. Me encanta vele tan suelto y locuaz, cantando con cojones.


La furibunda Esperanza Montero nos trajo una canción titulada Todo va a ir bien, la cual compuso tras escuchar una historia de amor que bien podría ser la suya, según nos dijo. y añadió “perseguimos primero cuerpos, luego entes… creemos que queremos sexo, pero buscamos algo más”.


La siguiente actuación fue la de Las Dos en Punto, un dúo del que queda una integrante Mila Hidalgo, que cantó una canción compuesta por su guitarrista acompañante, Rafa Alba. Y como estábamos en pleno debate, Mila nos dijo ”yo soy canta y él autor….”. Siempre pizpireta y luminosísima Mila.


La siguiente cantautora en escena fue la aludida al principio de la crónica Marta Plumilla que vino acompañada por su inseparable Mafe, a la que hemos visto en los famosos vídeos de la bañera, y últimamente en escena. Mafe canta, y lo hace con una profunda y bonita voz. Cantaron una canción de Plumilla que habla sobre meteorología, sobre nublar sombras con sol, que es justo lo que hace esta cantautora, iluminarnos a todos con su sola presencia, y deleitarnos con su obra única e inimitable. Pronto tendremos muy buenas noticias de ella, yo lo sé porque estoy metido hasta el tuétano en su proyecto (proyecto es una palabra insuficiente, he de decir).


Y vino a este MAL8 (110) en cantautor Kamankola para despedirse de nosotros, creo que ya estará de vuelta en Cuba. Nos cantó la misma canción con la que se presentó, Los centinelas nos matan. Además de su música y poesía, nos ha dejado su impresión sobre el MAL8, nos ha dicho que, comparado con los micros abiertos que se hacen en Cuba, aquí somos respetuosos con los jóvenes autores, y que actuando en nuestro escenario “dan ganas de hacer canciones toda la vida”. Es bonito escuchar estas cosas de gente que nos ve desde fuera. Le deseamos mucha suerte en su vuelta a casa.


La siguiente fue Ángela Biedma, que también quiso aportar una canción ilustrativa a nuestro debate, la cual presentó diciendo que es una canción en la que se describe la situación en la que un cantautor se lía con una “persona normal”, dándose discordancias de horarios, gustos… “Quién te iba a decir que ibas a acabar con la cantautora”. Pues sí, ser cantautor también es un modo de vida, en realidad es dar tu vida en canciones, es que las canciones te den la vida.


La penúltima actuación fue la de mis queridos Dos, una preciosa pareja, un dúo, que hace canciones a piano y voz, ella el piano y él la voz. Vienen respectivamente de la música clásica y del heavy, y hacen canciones sencillas y originales, como la que nos cantaron este martes, que habla de las ideas: “de dónde salen las ideas, por qué no las puedo parar”. Podremos verles en concierto el día 6 de Septiembre en Libertad Ocho. Yo no me lo pierdo por nada del mundo.


Y la tarde terminó con la completísima Sara Veneros, que esa misma noche actuó con gran éxito en el escenario de Libertad Ocho. Digo que es completísima porque ella es una guitarrista profesional, con gran técnica en la voz, que, además, está en plena búsqueda personal, lo cual queda impreso en sus canciones. Escuchar a alguien que se está buscando, te puede ayudar a encontrarte. Nos cantó esa canción pegadiza que dice “yo no sé, yo no sé, yo no sé por qué me pones del revés…”. Todos salimos de la sala tarareándola, incluso, horas después, había malochos por las calles silbando su melodía.


Y esta es la crónica del MAL8 (110), celebrado este pasado martes 27 de Agosto. Nos vemos el martes que viene, ya 3 de Septiembre, como siempre a las 19.00 h en punto (entrada libre). Gracias a todos los artistas por su talento y generosidad, a Marta por las fotos, a Libertad Ocho por apostar por la canción de autor, y a vosotros por leer, comentar y compartir esta crónica.


Andrés Sudón

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