domingo, 22 de septiembre de 2013

Crónica de Micro Abierto Libertad 8 (113). 17/09/13

El pasado martes 17 de Septiembre, en la edición nº 113 de MAL8 (Micro Abierto Libertad Ocho), anunciamos por fin el tema de nuestro próximo taller. Como ya sabéis, acostumbramos a celebrar estos talleres una vez al mes; ponemos un título, y cada uno de nosotros compone una canción con él. Este que propusimos el pasado martes es nuestro octavo taller. Ya anunciamos en la crónica de la semana pasada que en breve haremos un disco con las canciones de nuestros cuatro primeros talleres. ¿Haremos otro con los cuatro siguientes? A mí me encantaría. Este que proponemos ahora se titula “Él”, y así es como se van a titular las canciones que presentaremos el martes 15 de Octubre en el MAL8 (116). Los que quieran participar, ya pueden apuntarse escribiendo a microabiertol8@gmail.com, poniendo en el asunto “Taller Él”. Será una sesión normal en la que se puede participar aunque no sea dentro del taller; eso sí, tendrán prioridad aquellos que traigan un tema titulado Él, y los nuevos participantes que se apunten para ese día, en este orden.

Dicho esto, paso a contar, por encima y subjetivamente, lo sucedido este pasado martes 17 de Septiembre en el MAL8 (113). Desde que comenzamos, hace más de dos años, hasta la actualidad, hemos logrado un nivel muy alto y una actitud digna y cálida en el escenario. De modo que el espectáculo siempre es de calidad en todos los sentidos. Cuando hay muchos nuevos participantes, me preocupa un poco que el evento pierda su dinámica; es la única preocupación con respecto a los nuevos participantes, porque lo que deseamos es que pasen por aquí todos los cantautores del mundo. En esta sesión se apuntaron catorce nuevos (no actuaron todos), sin embargo el espectáculo fue excelente. Tengo la sensación de que quienes vienen al MAL8 lo hacen sabiendo que para nosotros es importante divertirnos en serio.

Como la sala estaba repleta (así como la barra y la calle), comenzamos cinco minutos antes de la hora prevista, con el objetivo de ver actuar al mayor número posible de participantes, ya que en mi lista había cuarenta y tres personas apuntadas. Yo mismo, Andrés Sudón, rompí el hielo cantado Nana para Andrea, una canción que compuse hace años junto a la poeta Andrea Mazas, en la que lloriqueamos por vernos obligados a ser adultos: “no me entra el traje de princesa, detesto el título de reina…”. Qué gusto actuar en una sala inundada de ojos curiosos tras los cuales hay cerebros hambrientos.


El segundo de la tarde fue el bueno de Muerdo, que ya está cantando las canciones de su nuevo disco “Tocando tierra” (que presenta el 2 de Noviembre en la sala Galileo de Madrid). Nos cantó Entre la Habana y Madrid, en la que nos regala reflexiones sinceras y exquisitas, como siempre hace este joven y prometedor artista comprometido con su fuerza y su verdad interiores. Escucharle es un consuelo para los que creemos que hay formas nuevas de ver la vida, puntos vista liberadores, e incluso liberados. Además, una voz carismática y agradable siempre ayuda a que entre mejor el poema que se escucha.


La última vez que estuvo en MAL8 el siguiente participante, El Tío Antoño, nos cantó una magnífica canción titulada Autobiografía de un gusano. Le comente, de coña, que la próxima canción de la saga podría ser Autobiografía de una mariposa. Ni corto ni perezoso, El Tío Antoño ha compuesto esa canción propuesta, y la ha cantado en esta sesión. Y no es ninguna tontería porque la canción es impresionante. No sé por dónde empezar: la letra me ha llegado especialmente, pues yo sé lo difícil que es para un gusano ser mariposa: “Con tanto peso no se puede volar (…) no des tus alas a los demonios del miedo”, y hace una enumeración de aquellas cosas que pesan. La música, aparte de ser difícil de tocar y cantar a la vez que la melodía (cosa que hizo impasible), es oscura y tremenda, como a mí me gusta. Y su voz es la de un auténtico personaje con cuentos que contar, atronadora y envolvente, cual tormenta.


Debo reconocer que hace dos años, cuando comenzó esta aventura, yo no tenía mucha fe en la canción de autor. Tenía fe en el arte, por eso el micro abierto comenzó muy abierto, porque entendí que los cantautores teníamos que abrir nuestras mentes y abandonar el camino tópico que estábamos siguiendo por inercia. A día de hoy, podría decir que he recuperado esa fe, ya que aquí he conocido a cantautores que van a su bola aportando originalidad en todos los aspectos. Aquellos que son más originales (por muy clásicos que sean en su forma), son los que más ganas tengo de escuchar cada martes (como dije arriba esta crónica es completamente subjetiva). Y digo esto porque el siguiente participante fue Caso Omiso, que cuando sale al escenario, los cuchicheos dicen “ya verás este…”. Y nunca defrauda. Hay quien me ha comentado que le recuerda a Manolo Cabezabolo, sin embargo a mí me parece que Cabezabolo es un mono de feria haciendo groserías, y que Caso Omiso es un poeta haciendo groserías. No tengo nada en contra de la groserías, pero sí mucho a favor de la poesía. Por eso cada martes me dejo deleitar por este cantautor, que en esta ocasión nos cantó una canción titulada Mi vanidad, “siempre celebrando la pelea como mía, antes de ganarla”, dice en este tema con estrofa, estribillo, puente, fuga y coda. ¡Más Caso Omiso!


En el público estábamos encantados con todo lo que estábamos viendo. El siguiente fue Diego Mattarucco, que comenzó con una pieza titulada Dónde está (el gran hombre), que parece como compuesta para nuestro próximo taller. La recitó y cantó acompañándose con el piano. Después nos recitó una breve pieza con nombre musa (de cuyo nombre no debo acordarme) con el que le “costó cacofonear”, pero lo logró con gracia y enjundia, como suele hacer.


Llegó entonces el momento de comenzar a conocer a nuevos participantes. Como dije arriba, fueron en su mayoría excelentes. El primero fue Camilo, que nos cantó, según confesó, “la primera canción que subí a Internet, la compuse para subirla”. Se titula Tiempo de amor, y me gustaron mucho su timbre de voz y su pulso con la guitarra.


El siguiente, también nuevo, fue Dani Aguilera, que con gran carisma introdujo dramáticamente su canción, de la que no dijo título, creando un rico halo de tensión en el escenario.


El último nuevo participante de esta primera tanda, fue Pablo Lesuit, que, a primera vista, me pareció uno de esos cantautores que tratan temas sencillos, y cuyo punto está en su carácter, en este caso, sensual y divertido. Me gustó muchísimo, me resultó agradable y tranquilizador. La canción que nos cantó se titula Mi rincón.


Y ya volvimos con algunos de los habituales. La siguiente fue la cantautora Sara Veneros, que estrenó una de sus canciones curativas, dedicada a todas aquella personas que se estancan en lo que no logran obtener y se olvidan de agradecer lo que tienen. “Te di mi libertad cuando me di mi libertad (…), decidí no retener cada momento (…), sorprendentemente gana el corazón, sorprendentemente sana el corazón”, dice esta preciosa canción titulada Bendigo, que cantó con su profunda voz acompañada por su diestra guitarra.


No os imagináis lo duro que es para mí dejar sin actuar a casi veinte personas, de las cuarenta y tres que se habían apuntado, a este MAL8 (113). Por ejemplo, Ángel de Andrés se apuntó en el puesto nº treinta y dos, es decir, cuando le apunté sabía que no podría actuar, a no ser que ocurriera algo extraordinario. La cuestión es que sucedió ese algo. En este punto de la tarde, se terminó la pila de mi guitarra, la cual usamos casi todos para actuar. Lo comenté en el escenario y Ángel de Andrés se apresuró a sacar de su funda una pila de nueve voltios con su envoltorio, lo cual salvó la tarde. Quisimos pues agradecérselo sacándole de la imposible lista de espera, y fue el siguiente en actuar. Gracias a eso pudimos escuchar en este MAL8 (113) su canción Viento de Otoño, muy indicada para estas fechas, aunque el otoño no acabe de llegar del todo. Tiene aún más mérito que tocara con su propia guitarra.


Me gusta mucho cuando un cantautor llega al MAL8 a cantarnos una canción que resume el estado de ánimo de ese mismo día. Me resulta auténtico, me llega. Es lo que hizo Julio Hernández, que nos contó que, para rellenar unos impresos, tuvo que decir su edad, lo cual sorprendió a la persona que los rellenaba, ya que aparenta ser mucho más joven. “Esto me ha puesto nostálgico todo el día”, nos confesó. Esa nostalgia le llevó a cantar, muy bellamente, Unos botones de más, canción dedicada a alguien importante que habita en su nostalgia.


De nuevo continuamos con una nueva tanda de nuevos participantes, esta vez cuatro. El primero fue Raúl Ródenas, que nos cantó una “canción al desamor”, según anunció.


El siguiente fue Gonzalo Millán, que en el estribillo de su canción dice “leerse todo, negarlo siempre, reírse, cantar rarí rará”, frase que me gustó mucho. Siempre me siento un poco frustrado cuando hablo de los nuevos participantes, porque al no saber mucho de ellos, no me atrevo a especular demasiado. Según les voy conociendo, voy teniendo algo más que decir.


Sin embargo, al siguiente nuevo participante le conozco desde hace años, y siempre he admirado su trabajo, en las diferentes formaciones que ha liderado. Él se llama Isaac, también René. Con evidentes tablas, salió a escena y nos propuso tres títulos: Yo no era para ti, Nos dijeron que era por aquí, y no era, y Domingo sin resaca. Parece que el público se inclinó por escuchar esta última. Un rara canción en la que narra la extraordinaria experiencia de amanecer temprano un domingo sin resaca y observar el luminoso panorama. Me dio nostalgia escuchar en él algunas cosas que yo creía genuinas de Patricio B (a quien echo de menos sobremanera), del que sé que es muy amigo, productor y compañero musical.


El último de esta segunda tanda de nuevos participantes fue Pedro Makay, a quien ya he visto dos semanas consecutivas en Música por la voluntad, donde acudo a cantar cada domingo. Pedro es un músico urbano en toda regla, su música parece compuesta desde la calle para la calle. De hecho, toca en el metro, es uno de esos artistas que dedican todo su tiempo, su alma y su energía a la música, a sus canciones. Un tipo curioso. Nos cantó una canción titulada Yupi en Madrid. Cuando le vi en MXV no me llamó mucho la atención, pero este martes me encantó su sonido en el micrófono y su pose bajo los focos. Intento que los prejuicios creados en mis primeras impresiones, no me impidan apreciar algo bueno en alguien. Quiero seguir conociendo a este ser.


La semana pasada conocimos a SilNe, un dúo que nos sorprendió y nos sedujo (léase la crónica de la semana pasada). Volvieron a sorprendernos usando la audacia poética para el humor, pero también mostrando sus dotes interpretativas. Daba miedo oír a Sil presentar la canción con la voz de Esperanza Aguirre. Es más, la canción estaba cantada en primera persona por la mismísima Esperanza. Se trata de un chotis cuyo estribillo dice: “Esperanza, esperancita esperanzona”. De nuevo un ejercicio sublime de humor y poesía inteligente, creo que compuesto por Ne, que tocó la guitarra con destreza. Creo que esta bonita y talentosa pareja musical nos va a dar muchas alegrías. No os los perdáis en próximas ediciones, porque creo (y deseo) que se van a hacer habituales.


La siguiente en escena fue nuestra amada Marta Plumilla, que salió acompañada al escenario por el engreído Jack Frost a la guitarra, con quien interpretó la canción Antinatural para anunciar su concierto del lunes: “el lunes 23 de Septiembre estaremos aquí, y no tocaremos esta canción”. Bella pieza cuyo ritmo se huele pero no se escucha, con un solo de gato ladrando muy interesante.

Enrique Sánchez fue el siguiente en salir a escena. Nos cantó su canción Mi mujer me acusa, e hizo una cosa innovadora dentro de su estilo clásico. Enrique es, sin duda, una de las actuaciones que más me gustan del MAL8. En la canción empezó a rimar de tal modo que todo apuntaba que iba a decir “lo bien que … follo”, y ciertamente lo dijo. Parecía que iba a hacer lo típico, cambiar la palabra en el último momento. La carcajada se oyó hasta en la Plaza de Chueca. No olvidemos que Enrique  va a hacer un concierto “en 3D”, es decir, el 3 de Diciembre. Allí estaremos todos para gozar de su exquisito ingenio.


Y llegó una de las actuaciones más esperadas por todos los que asistimos religiosamente al MAL8, el poeta José Miguel González, que humildemente nos da lecciones de sensibilidad, ingenio, humanidad, eterna juventud, amor a la vida… Comenzó confesándonos que de joven se enamoró de una tal Natacha, ni más ni menos que Natalie Wood. Y nos leyó un apasionado poema que comienza diciendo: “la noticia de tu muerte…”. Su canto a esa nostalgia produce ganas de vivir. Para presentar su siguiente poema aseguró que “son malos tiempos para la lírica”, y que, precisamente por eso, “tenemos la obligación de hablar de la felicidad”. Su intervención terminó de forma sublime, recitándonos una revisión que ha hecho del padre nuestro. Le pedí que me lo enviara para ponerlo aquí, porque creo que no necesitamos dogmas religiosos, pero sí necesitamos rezar, quizá por ello hacemos poemas y canciones.

<<El “Oremos” que Andrés entona cada martes, me ha hecho volver al redil y me he decidido a escribir, con fervor, un padrenuestro.
PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en los labios,
santificadas sean las fosas de los mares
y el pensamiento sutil que imagina el albatros.

Padre nuestro que habitas cada cuerpo,
gracias por la pequeña muerte en que culmina el acto,
por la impecable simetría de los ojos de los niños,
la libertad, los amigos
y el verso en la boca a lo desconocido.

Padre nuestro que estás en la música,
benditos sean los metales,
las manos de Víctor Jara, los cipreses,
las vides, el comienzo de la borrachera.

Padre nuestro que estás en la belleza,
si de verdad existen las constelaciones,
que se desnuden en la playa sin fin del firmamento
y en el mar de mí mismo prolifere,
una paz perpetua con gorriones>>.



Ya cerca del final conocimos a los nuevos participantes que quedaban. El primero fue Gonzalo Gozituaga, que nos cantó La décima musa, y aseguró que no podemos estar esperando a la inspiración, que es necesario el trabajo para hacer algo decente.


Después conocimos a Maui, la cual me pareció muy interesante. Cantó una canción dedicada a algo muy íntimo y femenino… También me regaló su disco “Problemología”, firmado por Maui y los sirénidos. Mucho interés por saber más de esta persona.


El siguiente en escena fue el cantautor Jaime Galán, de Jerez de la Frontera (dijo que es de allí como cinco veces) que tocaba por primera vez en Madrid. Presentó su canción diciendo que él no es de GPS, que prefiere preguntar a la gente dónde están los sitios.


A continuación salió una poeta pequeñita llamada Sandra González que nos leyó una “poesía de desamor”.


Y el último de los nuevos participantes fue el particular Arturo Arcones, que vino de la mano (no literalmente) de el Tío Antoño. Nos cantó una canción titulada Mis cosas, encandilándonos con su amable presencia.


El último en actuar fue nuestro malocho Carlos Recio, que tocaba esa misma noche en Libertad Ocho, un cantautor que domina la puesta en escena, es un gran orador, muy particular, y compone canciones impolutas que podrían llegar muy lejos. Solamente le falta asistir a unas cuantas clases de canto para que aprenda a dominar su voz, de bonito timbre, ya que, como él dice afina “de vez en cuando”. No cantó nada mal su canción Tan solo como ayer, la cual coreamos todos los que la conocemos.


Y con esto terminó una de las sesionas más concurridas y novedosas de MAL8. Un placer conocer a tantos nuevos participantes, así como seguir viendo crecer a los habituales. Parece que nos estamos volviendo cada vez más ambiciosos en lo que se refiere a calidad poética, musical e interpretativa. ¿A dónde llegaremos? Puede que lleguemos a limpiar el buen nombre de la canción de autor, de la que la masa piensa que es una música ñoña y aburrida, cuando lo cierto es que es la música de mayor calidad en todos los sentidos; solamente tenemos que seguir luchando por que se nos vea y se nos escuche. Ahí vamos con nuestro primer disco. Gracias a los artistas por su talento, compromiso y generosidad, a Marta por las fotos, a Libertad Ocho por ser nuestro templo y taller, y a vosotros por leer esta crónica, comentarla y compartirla.


Andrés Sudón

No hay comentarios:

Publicar un comentario