Por: Camilo Crespo.
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”Oremos”. Buenas
tardes. Nervios, claro, nervios. Es una tarde de nervios. ¿Me pongo la
Astrazéneca o no me la pongo? Digo, ¿estreno o me hago una de “me he dejado los
deberes en casa”? Pero ¡quién dijo miedo! Y es que hoy todos los temas se
llaman “Ayer”, porque hoy es día de taller... Con que los acordes cuadren y la
letra se entienda, yo me doy con un canto en los dientes. Ah y el PP se va a
Rusia a buscar la vacuna. Yo me troncho. Perdón por insistir con las vacunas,
pero es que no se habla de otra cosa. Ni del paro, ni de desahucios, ni de la
sanidad madrileña. Sólo de vacunas. Tras cada artista, coloco la letra de su
canción “Ayer”.
Andrés nos saluda y comenta
un poco cómo eran los días de taller en Libertad Ocho. Esos días, en vez de la
algarabía propia previa al micro, reinaba un silencio sepulcral. La gente
llegaba seria, escuchando su canción a estrenar con sus auriculares, con el tiempo
justo para empezar el micro y con los nervios a flor de piel. Y hasta él,
presentador, andaba un poco despistado en esos días. Hoy también está nervioso.
Hay quince personas apuntadas a este taller que ha surgido como homenaje al
disco de Una, llamado “Taller Ayer”. Esperamos oír su tema. También comenta que
Carlos Angola se encuentra en casa de Marta y Andrés. Pasa lista y presenta la
primera tanda. ¡¡Ahí vamos!!
El primero es Camilo Crespo (yo),
que antes de empezar comenta que la letra la ha cambiado varias veces. No así
la música, definida casi al completo al poco de plantear el taller y muy de su
estilo, según comenta Una. Antes de presentar su tema, Camilo pide a los participantes
le hagan llegar sus letras para incluirlas en la crónica, según costumbre.
Especialmente se lo pide a alguna artista olvidadiza. (No voy a dar nombres yo;
je je). Y se arranca con un tema de medio tiempo en el que destaca el cambio de
ritmos en la guitarra.
Lo que cierra el nudo cuando intentas respirar
Y el último refugio cuando te puede el pesar...
Se llama ayer
La foto desvaída que entorpece el recordar
La carta nunca escrita a la que pudo ser tu igual
La piedra que te frena las ansias de volar
La barca que te espera para cuando llegue el final
La mano que te sujeta cuando vas a caer
La herida aun abierta que te impide ser
Se llama ayer
La mentira que te enturbia mientras buscas tu verdad
La paz de la penumbra cuando lo que buscas es reposar
La leyenda que te enaltece que te da el vigor
La sangre que te protege, que te infunde valor
La sangre que te fuerza como esclavo a obedecer
La oscura venda que te impide ver
Se llama ayer
Mientras el ayer duele
El mañana solo promete
Cuando hay labios en los labios
Cuando hay brazos entre tus brazos
Para qué volver al ayer, para qué volver, para qué...
Hoy el segundo es Andrés
Sudón, para así poder dedicarse tranquilamente a coordinar el micro. Su tema
resulta melancólico, lleno de preciosa sensibilidad y con esa limpieza en la
ejecución que tanto nos gusta. Aquí no me queda más remedio que hacer
referencia a algunos de los comentarios (bastantes) que han dejado los
asistentes. Victoria a resaltado los “arpegios de ensoñación”. Lizi Scott se ha
venido arriba y ha comentado que “Con unos sintetizadores y unos violines
podría quedar más hermosa. Aunque ya lo es” y alaba la atmósfera en la que te
envuelve la canción. Para haberlo empezado hace cuatro días, este tema es muy hermoso
y aún crecerá más. Gracias, maestro.
Me pasaré la guerra recordando:
Papá me carga en brazos,
Mamá toma mi mano,
Creo aún no he despertado,
Sigo acurrucado
Oliendo lo que ha sido
La mejor infancia que he guardado.
Aquí hay un ayer que guardaré.
No pasaré la fiesta añorando:
Se van tantas personas
Del halo de mi mente
Que ahora casi todas ya son gente,
A ti te tengo en frente
Oliéndote la vida,
Mi herida favorita es hoy en día.
Allí hay un ayer que enterraré.
Valiente, azul y artista
Jamás pierde la pista del presente:
Volar con mis patines,
Follar en la gran vía
Hablar sin rumbo hasta que sea de día,
Quemar mi juventud
Hasta la última chispa
Matar de risa a cualquier suicida.
Enajenado, pasado de pasado,
Me pasaré la guerra recordando.
Ahora es Oscar Goikoetxea (Goiko)
quien presenta en directo su tema. Se lo dedica a Una y comenta que ha decidido
hacer una canción pop (pop vasco, comenta Victoria Loarte), al modo en que
componía ayer, o sea antes. Buen ritmo de acústica. Y nos entrega su voz sin
cortarse. Lo que agradecemos. Muy buena dinámica. Bravo, Goiko. Casi sin
aliento y liberado, se despide.
Que apretaban fuerte y asustáronlo
Después de pesadillas que creó. Ficciones de serie B en su cabeza,
Olvidando que en esa madeja había trazas de otro color.
Y no pudo ver que no todo era un infierno rojo.
Deslizando los tesoros que se negó a ver.
A un eco escrito en ese otro lado,
Con nombres propios casi olvidados,
De grandes rostros parapetados.
Que las escenas de ese ayer
Bebían de otros actores su lugar
Construyó un ayer lleno de cristales rotos.
Y no pudo ver que no todo era un infierno.
Y hoy todo ese ayer se rebela, busca un sitio,
Quiere de una vez alzarse y brillar.
UNA LLAMADA CASI OLVIDADA.
LA SILLA AQUEL DÍA NEGADA.
Y, bueno. Llega el momento
de la artista especial de esta sesión. Una, la autora de “Taller Ayer”. Y consciente de su
responsabilidad, nos hace un regalo. Aparte de muy guapa y bien arreglada, “como
pa ir de boda”, se hace acompañar del maravilloso y querido Manu Clavijo, para enriquecerse
con su precioso violín. (“Uy, con artillería”, comenta Joaquín Ascón). Una
confiesa que así no tiene que incluir tarareos. Con un alegre tres por cuatro,
digno de una buena “danza del mundo”, nos trae su tema (que se llama “Ayer” y
no “Taller ayer”; que quede claro). Muy original y fresca la canción. Gracias,
Una.
Ahora, ay ayer, te recuerdo con un agridulce contento.
Había un ayer de los quince de manías, fobias y berrinches.
Pasaba las horas a solas escuchando la radio en mi alcoba.
Había un ayer en la yerba, contemplando un concierto a los treinta.
Intervalos de euforia y silencio a la vuelta de un festival.
Ayer, ayer, déjame, reconstruir,
Recomponer, restablecer.
Mano a mano dedicados a ejercer la libertad.
Hay ayeres con un brillo de atardecer amarillo
Posándose en los semblantes los ojos hacen llorar.
Ayer, ayer, déjame, reconstruir,
Recomponer, restablecer.
Llegando tarde a las reuniones. Perdiendo autobuses y aviones.
Había una vez un ayer postrada ante un pedestal.
Ahora, ay ayer, te recuerdo sin ese dolor. Menos mal.
Había una vez un ayer que no era ni es ni será.
Había vivido tu tiempo, ayer, como una obsesión. Nada más.
Allez, allez, ay ayer,
Taller ayer, taller ayer, taller ayer...
Andrés,
contagiado de la alegría del último tema, aparece tarareando y bailando
mentalmente. Da las gracias a los primeros participantes del taller. Hace hincapié
en la necesidad de que algunas personas, “o persona”, no olviden facilitar la
letra para la crónica... Asimismo se da las gracias a sí mismo por esos nervios
bonitos de los que ha podido disfrutar. También a Goiko, que ha estado atento y
ha entrado a tiempo con su marchosa canción. A Una le da las gracias por su
tema hermoso y por traer a Manu (suponía que era él por lo bien que tocaba, ya
que vérsele, no se le veía muy bien, la verdad). Y presenta a la siguiente
tanda.
Esta
comienza con Victoria Loarte, que también viene preparada para esta sesión
especial. Sin presentación previa, ataca su “Ayer”, que en este caso es un
canto de reivindicación del amor, doloroso y duro, pero imprescindible. “Una
canción madura, linda y sentida”, comenta Lizi Scott. Como siempre, nos deja su
sentimiento desnudo en la interpretación. Gracias, Victoria.
Ayer no sabía quién era, hoy tampoco.
Porque de alguna manera, sigo viviendo a lo loco
Aún no he sido capaz, de olvidar lo que ya no está,
a
tu lado a mi lado, a los dos lados del ayer, del ayer, del ayer, del ayer.
No ruego que vuelva el pasado, deseo mi presente mi
regalo,
de amor, puro amor, de amor, tan solo amor, tan solo amor.
Un canto, un rezo profundo a este “no sé” tan
sincero.
Me sobran tantas palabras para sentir lo que siento.
Aún conservo el disfraz, que te hizo reír sin parar,
a tu lado a mi lado, a los dos lados del ayer, del ayer, del ayer, del ayer.
No ruego que vuelva el pasado, deseo mi presente
mi
regalo, de amor, puro amor, de amor, tan solo amor, tan solo amor.
Te espero en un mundo sin complejos, me veo en tus
ojos
y me convierto en amor, puro amor, en amor,
tan solo amor, tan solo amor,
tan solo amor, tan solo amor.
Ayer, ayer, ayer, amarga miel.
Ayer, ayer, ayer, amada hiel.
Ayer, ayer, ayer, de fuego y piel
Ayer, ayer, ayer recuerdo infiel.
Ayer, ayer, ayer, ayer, ayer, ayer, ayer,
Ayer, ayer, ayer, ayer, ayer, ayer, ayer,
Ayer, ayer.
La siguiente es nuestro
tigre Marta Plumilla. Hoy con acústica su tema en ritmo guajira-rock, diría yo,
que poco a poco va acelerándose, abandonando el ritmo suave, transformándose en
algo hipnótico, quizá lisérgico. Y termina sin segunda pasada. Otra genialidad
de Marta. Ernesto resalta la figura tan lúcida de “Ayer es un muñeco de nieve que
camina por el desierto”. Bravo.
Jugando con niñas que jugaban a que volaban.
¡Y no volaban!.
Corriendo con perros vagabundos. Cuánta la rabia…
¡Cuánta la rabia!.
Y en esa cama nació mi hermana. Eso dijeron….
¡Eso dijeron!.
Y estas fotos tan veladas las hice yo.
¡Las hice yo!.
Ayer es un muñeco de nieve
Que camina fuera de la bola de nieve
Solo por el desierto.
Se rompió la bola de nieve.
Y ahora el muñeco de nieve anda suelto,
Solo, por el desierto.
Que camina por el desierto.
Ayer es un muñeco de nieve
Que se derrite por el desierto.
Te persigue un muñeco de nieve.
Ayer es un muñeco de nieve.
Se derrite por el desierto.
Joaquín
Ascón reaparece para el taller. Llevaba unos semanas sin aparecer, debido al
trabajo (Si es por eso, le perdonamos). Y es que el turismo es su fuente de
alimentación. Pero viene fuerte. Muy ilusionado por esta experiencia, tan
reciente para él, de los talleres de Libertad. Encantado por la creatividad que
se desarrolla así. Dice que más que “Ayer”, su canción se debería llamar
“Anteayer”, porque ha compuesto un tema que nos retrotrae a esos tiempos de
infancia en su pueblo. Suave y nostálgica, nos habla de niños, campo y abuelos,
la mejor conjunción casi siempre.
Cuando éramos chiquillos
Soñábamos despacio
Ayer, cruzábamos descalzos
De piedra en piedra el río
Para ir al otro lado
Y era ancho el horizonte
Quemábamos el monte
Con mil besos robados
Y le íbamos llenando
De brevas el regazo
Ayer, el techo era la luna.
Robábamos las prunas
Del huerto del paisano
Y el sol....
Cortos los pantalones
En invierno y verano
Ayer, pasábamos las horas
Recolectando moras
Pinchándonos las manos
Y el sol...
Cuando éramos chiquillos
Soñábamos despacio
Ayer....
A continuación aparece José Manuel
Irala, con otra bella guitarra. ¿Las hace él? Su propuesta está dedicada a esos
niños que no llegan a nacer. Balada triste de aire folk. Triste y bella a la
vez, comenta Goiko. Lo suscribo plenamente. Juega con el nombre “Yera” y con “Ayer”.
Gracias, José Manuel.
Supo que no era su hora, pero no pudo esperar
Su cuerpo tan pequeño, tan difícil de creer
El aire que respiraba le faltó justo al nacer
Y llegó antes del sol de la mañana
Y mezcló la noche con amanecer
Mirada color de miel. Yera no quiso crecer
Su cuerpo apuntó a mañana
Y su alma vive ayer
Y mezcló la noche con amanecer
Como un árbol sin corteza, como un lápiz sin papel
Como juguete roto, aparcada en un rincón
Nadie notará su ausencia, como un tren sin estación
Y llegó antes del sol de la mañana
Y mezcló la noche con amanecer
Sus ojitos de canela
Mirada color de miel
Yera no quiso crecer
Su cuerpo apuntó a mañana
Y su alma vive ayer
Y mezcló la noche con amanecer
Con mirada tan profunda, como grande el corazón
Yera yera yera yera yera yera yera yera
Yera yera yera Ayer
Y mezcló la noche con amanecer
Tras la segunda tanda,
Andrés ha echado en falta a Germán Risemberg, que no ha aparecido. Da las
gracias a Victoria y a Marta por sus bellos temas. A Joaquín le comenta que ya
le tienen preparado los arreglos de bolero para su hermoso tema. También da las
gracias a José Manuel Irala y presenta la última y larga tanda, que allá va.
El primero, Antonio Espinosa
nos recuerda que el ayer en realidad es igual que el ahora: un momento en que
hay que vivir el instante. Antonio sigue creciendo en su propuesta musical, incluyendo
el uso del arpegio. Bravo, Antonio.
Como en una peli de terror, sin saber el final
Al ver cómo hemos cambiado. De tenerlo todo en la mano
Y cómo se ha transformado el mundo a nuestro alrededor
Sin saber lo que iba a suceder
Y cada vez, me convenzo con creces
Que vivir el presente es lo que hay que hacer
Pero pasé lo que pase, hay que seguir caminando
Y al mal tiempo buena cara, porque siempre que llueve, para
No hay que perder la esperanza, para intentar volver a ser
Sin saber..Lo que iba a suceder
Y cada vez..Me convenzo con creces..
Que vivir el presente..Es lo que hay que hacer..
Y lo incierto que sea el futuro, no nos deberá importar
Que más dará ya el pasado; sólo nos quedará aprender
Para intentar volver a ser de nuevo como...ayer....
¡Carlos Angola, que mola!
(como comenta Una), está feliz tras tiempo sin participar en un taller y un
poquillo asustadillo, confiesa. Pero, tranquilos; es Carlos. Así que nos trae
su energía y su saber hacer para meternos en una máquina del tiempo y
retorcernos un poco la mente (a mí me ha crujido el cerebro).
En todo lo que en mi futuro soñé
Y sé que no tengo tiempo que perder
Que en un futuro ha dudado de mí
Por qué yo mañana ya sabía
Que el nuevo amanecer lo trae el ayer
Del presente dudo todo el tiempo
El pasado traerá lo que quiero
En las tareas que aun no empiezo
En las canciones que aún no he escrito
Arreglar la verja rota,
Llamar a los cumpleañeros
Que van a cumplir ayer
A mi cita dos semanas atrás,
Volver a llamar a mi madre,
Porque cuando ella nazca será tarde.
Y dejar la vergüenza en el futuro
Es Javier
Gijón quien ahora se felicita por el micro que estamos realizando esta tarde y
nos advierte de que sus letras suelen ser difíciles de pillar (ya te lo digo
yo). Pero lo cierto es que esta vez nos ha dejado clara la ambivalencia del
ayer, sus dos caras. Una letra preciosa y certera. Con unos acordes cuidados y
bella armonía. Gracias, compañero.
De la luz de tu mirada, del deseo al despertar.
El ayer busca su espacio donde poder conversar
Se apodera de los sueños y no te deja volar.
Se camufla en la nostalgia de una triste soledad.
El ayer es el ahora, ilusión que volverá
De miradas que se encuentran de sonrisas que vendrán.
Se desliza sigiloso ocultando el caminar.
El ayer muestra dos caras una es dura de mirar
Otra llena de ilusiones contemplándote al andar.
Se camufla en la nostalgia de una triste soledad.
El ayer es la ahora ilusión que volverá
De miradas que se encuentran de sonrisas que vendrán
El
cuarto es Ernesto que hoy quiere hacer un homenaje a Una, tras enseñarnos sus
discos. Encara cada día mejor la guitarra y le saca más texturas. Así que pongo
la letra, no la que ha cantado, sino la que ha compartido.
De una cantautora recitando mi plegaria
Cuando me he dado cuenta
De que tengo una debilidad
Tu música una cantautora
Desde tu fábrica de cemento en sepia
Pegando palabras con forma de canción
Produciendo pánico y hueco de ausencias
Una cantautora en concierto
En la tarde que es como un naufragio
Nadando en un mar de canciones
Con violín violonchelo acordeón
Trompeta percusión voces y tu guitarra
Provocando mariposas en el vientre
Asocio vivencias "give love another chance"
Para mi "heart" y silbo ...........
Todas las historias son el día y la noche
Son muchas canciones desde aquella
Fábrica en sepia transformándose en malva
Morado violeta en mi recuerdo
Con tus sombreros sobrepuestos
Con los pies en el cielo
Con los pies pegados al suelo
Una cantautora volando
En tu taller ayer para hacerme despertar
En un minuto a kilómetros transportado
Por tu música desde casa la ecoilógica casa
Dentro del mundo ciudad respirando oxígeno
En forma de canciones con una cantautora
En concierto se me quita el miedo en 3.900.303
Momentos convertidos en demolición de penas
Es todo un placer tu música una cantautora
En directo con sus canciones ayer hoy y siempre
Desde su fábrica de cemento en sepia
Pegando palabras con forma de canción
Transformándose en malva morado violeta
Provocando hueco de ausencias y el
Taller ayer una cantautora en directo
Con sus canciones ayer hoy y siempre
Caminanta haciendo camino
Con tus canciones ayer hoy y siempre
Esto se acaba. Ahora es Curro
Rumbao quien entra con su directo, al segundo intento y con su buen humor
habitual. Como músico inquieto, se arriesga a probar cosas nuevas, así que ahí
nos saluda delante de su piano. Antes de nada nos anuncia para mañana concierto
acompañándose del piano en el Teatro de las Aguas. Valiente, como luego dice
Andrés. Y arranca con su “Ayer”.
Ni siquiera por coger impulso
Aunque me de prisa en avanzar
Tanto que dirían que huyo
Como un eco, como un susurro
Hay películas que no tienen final
Si las veo, me pierdo en su nudo
Cromatismos difusos, donde me pierdo yo
Y me llaman con su murmullo
Son sirenas que desde el ancho mar
Me provocan a meterme en lo oscuro
No volvería ni por un segundo
Por si acaso vuelvo a tropezar
En mas errores, cada vez mas profundos
Ser peor si volviera a empezar
A veces querría que fuera ayer
Y es que a veces iba todo tan bien
No se si habrá mejores tiempos que ayer
Tan sencillo deshacer el mundo
Antes de que acabe regresar
Revivir hasta el último minuto
No volvería ni por un segundo
Se que no querría nada mas
Que quedarme siempre en ese punto
Simplemente volver a empezar
A veces querría que fuera ayer
Y es que a veces iba todo tan bien
No se si habrá mejores tiempos que ayer
No volvería ni por un segundo
Por si acaso vuelvo a tropezar
En mas errores, cada vez mas profundos
Ser peor si volviera a empezar
La última actuación del taller
es la de Ioma Ferré. Con su preciosa voz, hoy especialmente inspirada. Y lo
cierto es que el ukelele (es un ukelele, ¿no?) que ha elegido en esta ocasión para acompañarse, queda
precioso con su voz. Y precioso final de micro.
Una lágrima, un suspiro
Un terco trasegar
Ayer, fui montaña, fui río
Delirio de un Dios, el amor
Ayer, fui abrazo,
Fui beso, fui tu poesía.
Perseguida por ladrones de fantasía
Que bonito, ay que bonito es... recordar
Que bonito, ay que bonito es tu mirar
Y a pesar que lo bueno y lo malo
Siempre se cruzarán
Así nos desgarre el alma
El sol, sale una vez más
Y alguna vez fue rota mi ilusión
Y como todos seguí creyendo en el amor
Y muchas veces el aire sopló
En nuestros rostros...
Ayer, fui abrazo, fui beso,
Fui tu poesía...
Perseguida por ladrones de fantasía
Que bonito, ay que bonito es... recordar
Que bonito, ay que bonito es tu mirar
Y a pesar que lo bueno y lo malo
Siempre se cruzarán
Así nos desgarre el alma
El sol, sale una vez más.
Sale una vez más...
Y se acabó. Andrés aparece
para hacer la despedida. Da las gracias a Antonio. Le felicita por usar el
arpegio y le advierte: “una vez que usas el arpegio, ya no quieres otra cosa,
así que ten cuidao”. Le da las gracias a Carlos por cantar su canción desde
casa de Andrés y Marta. A Javier le alaba sus bellos acordes y su letra. A
Ernesto le agradece su energía y su homenaje a Una. A Curro le felicita por
seguir con su tradición de llegar con la canción casi sin acabar de componer. Por
último, a Ioma le felicita por su bella voz y su canción. Siente que Germán
Risemberg no haya podido participar y espera que nos cante su canción el martes
que viene. Y promete intentar hacer una gala especial para cantar todos estos
talleres de la pandemia, con muchas personas infectadas... de amor. ¡Ah,bueno! Repite
que hemos disfrutado este taller como en los viejos tiempos y que aquí
seguiremos hasta que abran Libertad Ocho. Y sin más y pidiendo que compartamos
el video completo del taller, nos despide con el acostumbrado “Podéis ir en
paz”.
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