En las últimas dos ediciones de MAL8 (Micro Abierto Libertad Ocho) hemos celebrado un nuevo taller
titulado “Canciones para el pueblo”. Todo vino a raíz de un artículo de Fernando González Lucini en el que
reflexiona acerca de las premisas necesarias para que la “canción de autor” sea
“canción popular”. Lo único que había que hacer para participar en este taller
era componer una canción cuyo receptor fuera el pueblo. Es sencillo, pero no fácil;
os contaré más adelante mi propia experiencia componiendo la canción. Puede que
este sea el taller más exigente que nos hemos propuesto, además de ser el más
importante para nosotros como parte de la sociedad, ya que las canciones tienen
mucho poder, y con ellas se pueden lograr grandes cosas. Enseguida os cuento
cómo fueron, a mi modo de ver, las composiciones de esta segunda parte del
taller, aquí dejo la primera parte, celebrada la pasada semana. Lo
hicimos en dos partes para que nos diera tiempo a conocer a nuevos
participantes y no andar con demasiadas prisas en un día con tantos nervios.
Pero antes de comenzar la crónica
quería mostraros lo que ha hecho El Tío
Antoño para darle vida a nuestro crowdfunding. Ha hecho “un monigote”,
como dice él, de cada uno de los participantes en el disco, de cada una de las diecinueve
personas que han grabado canciones hechas en alguno de los cuatro primeros
talleres que hicimos. La intención es que cada cual comparta su foto para pedir
la colaboración de sus amigos en las redes sociales. Desde que las hemos publicado
ha subido bastante la recaudación. Lo mejor de todo es que El Tío Antoño se lo ha pasado de puta madre, con perdón, haciendo
los dibujos, y su ilusión se ha transmitido a todos nosotros, logrando que nos
movamos un poco. Se me ocurre proponeros a todos que en estos pocos días que
quedan de campaña, pensemos cada uno de nosotros en hacer algo que realmente
nos guste hacer para lograr nuestro objetivo. Con todos los que somos, ha de
funcionar. Aquí dejo el trabajo del Tío
Antoño (quien tan siquiera sale en el disco como cantautor, sino como
diseñador de la portada…):
http://mymajorcompany.es/consciencia-libertad-soledad-y-gente-rara |
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Y después de esta propuesta que
os hago encarecidamente, paso a contaros lo sucedido este pasado martes en el MAL8 (151) taller “Canciones para el pueblo II”. Para no comenzar de forma muy
precipitada con las nuevas canciones, y así apaciguar los nervios, comenzamos
con cuatro participaciones fuera de taller. El primero en escena fue Caso Omiso, cuya bella energía marcó el
principio de esta sesión que tanto nos gustó, según comentábamos al terminar.
Nos cantó su canción Días de robar.
Ya vamos familiarizándonos con el repertorio de Caso Omiso, a pesar de que casi no repite canciones en MAL8.
Y hablando de repetir canciones, Pablo Bermejo nos cantó una canción que
solamente había cantado antes una vez en público, la oscura y jugosa Jinetes negros, en la que invita al
receptor a que nada le pare: “sal de tu bien estar, no hay que ceder ni un
sueño más”. Así como nosotros no cedemos en nuestro sueño de lograr el crowdfunding
de “Consciencia, libertad, soledad ygente rara”. Bueno, no voy a estar dando la tabarra toda la crónica…
Aunque debería, porque ya estamos
en la recta final y aún no hemos alcanzado la mitad de nuestro objetivo. Sin
embargo, en la recta inicial del MAL8
(151) ya habíamos logrado nuestro objetivo, flipar con lo que sucede en
nuestro escenario. El segundo participante fue Juanlu Mora, que vino a participar en su faceta de poeta, ya que la
semana pasada ya presentó su canción para el pueblo. Nos leyó El corazón, del que nos cuenta sus
subidas y bajadas. Muy recomendable toda la obra de Juanlu.
Hacía mucho que no venía por aquí
el diestro Dan Pierce, cantautor
londinense que siempre nos deja boquiabiertos con sus intervenciones en MAL8. Lo hizo de nuevo esta semana con
su canción Budapest.
Y tras este aperitivo de cuatro
actuaciones, comenzamos con la segunda parte de “Canciones para el pueblo”. La primera canción que escuchamos fue
la de Marta Plumilla, que nunca deja
indiferente. Su canción se titula Calígula
ha muerto, y cuenta la historia de un pájaro que “como pájaro era muy buena
persona”, pero cuando lo hicieron presidente, ya no tanto. En la canción
describe una grotesca parafernalia, que bien podría ser la que se da en la
realidad: “Calígula ha muerto, hay cortinas por el suelo, has derribado tu
casa, el asesino ha sido asesinado, hay un silencio de polvo, llegan hasta el
cielo los escombros, y un bebé corta flores para el nuevo presidente”.
Cantar para el pueblo es difícil cuando
tu estilo es introspectivo y surrealista, como le sucede a Plumilla. Sin embargo hay otros artistas que están más cerca de la
gente, que se mezclan y empatizan con los problemas sociales, nunca ajenos a su
obra, como es el caso de la siguiente participante, Oropéndola, que presentó su poema para el pueblo horrorizada ante
la noticia (por contrastar, ojalá sólo sea un rumor) de que en Brasil están
matando a los niños de la calle para que no roben a los turistas… Su poema se
titula Al activista anónimo, como
aquellos “bomberos que dicen no” ante un desahucio, por ejemplo.
Siempre tengo mucha curiosidad
por ver qué traen los compositores a los talleres, y con algunos tengo
verdadera expectación, como por ejemplo con Antonio Pastor Gaitero, cuyo lirismo es totalmente de mi gusto. Su
actuación fue muy bonita, comenzó tarareando y siguió recitando, para después
cantar “vuela, canción, vuela libre, porque el canto nos abriga de amor con su
manto entre canción y canción”. Dan muchas ganas de grabar y publicar todas
estas canciones, sólo tenemos que abrir esa puerta con nuestro primer disco.
Cómo somos: me dio la impresión
de que Juan Antonio Ordóñez no
estaba satisfecho con su canción, cuando hablé con él estos días previos al
taller. Ahora sé que es una de esas personas muy exigentes consigo mismas,
razón por la cual es tan buen compositor. Trajo una de las canciones más
bonitas del taller, con una de las letras más acertadas: “cantaré una canción
para el pueblo con la esperanza de que sea el único dueño de su garganta, (…) cantaré
una canción para el pueblo, por si hace falta, para no ser un gilipollas entre
dos Españas…”. Se titula, sencillamente, Canción
para el pueblo. Muy bien.
El siguiente en presentar su
canción para el pueblo, fui yo, Andrés Sudón.
Ha sido uno de los retos más difíciles de los que hemos propuesto en los
talleres de MAL8. Yo jamás le hablo
al pueblo, en contadísimas ocasiones he escrito en segunda persona del plural. Intenté
varias cosas sin éxito, era necesario que diera un paso previo: entender e
interiorizar que nunca he hablado al pueblo, siempre he cantado para el cuello
de mi camisa, para mis amores, para mis hermanos, nunca para todas las personas
del mundo, para las oprimidas y para las opresoras. “Personas, nunca os he
dicho nada, / os canto mudanzas y andanzas / para airear mi guarida / abriendo
cortinas, abriendo ventanas”, comienza diciendo esta pieza que celebro haber
compuesto. Sigo diciendo a las personas que tampoco les he dado nada, que nunca
les advierto de ciertas cosas que sé, que “nunca os protejo de nada, he matado
a demonios que me amenazaban, / he huido de ángeles que me acosaban, / he
domado con calma a dragones en llamas”. Tras admitir todo esto, y sabiendo que “ahora
nada me puede vencer, / os pido la oportunidad / de deciros las dudas que sigo
aprendiendo…” y un pequeño etcétera de cosas que puedo hacer con mis canciones
y no hago. Componer esta canción, titulada Personas,
me ha supuesto una pequeña crisis. Lo celebro. Ahora supongo que tendré todo
esto en cuenta la próxima vez que componga algo. Mientras la cantaba sentí vergüenza
por lo que estaba diciendo. No es la primera vez que la verdad de una de mis
canciones me saca los colores. Pero es lo que hay, he de asumirlo y trabajar en
ello. Estoy por esto agradecido al MAL8,
es decir, a todas las personas con las que me comprometo a componer en cada
taller, si no es por ellas, por vosotros, nunca habría hecho ciertas canciones,
las cuales me han traído nuevos puntos de vista, nuevas armas ante la vida. Os
animo a que, como yo, contéis en comentarios vuestra experiencia personal
componiendo para este taller, y a que, como dice mi canción, os unáis al “coro
de la soledad”.
El siguiente fue Julio Hernández, que se disculpó por
haberse dejado la letra de su canción para el pueblo en casa. A cambio nos
cantó Sonríe, un temazo que llenó de energía rica la sala. Le
esperamos cuando quiera para cantarnos su canción para el pueblo.
Miquel López se decidió por hablar del “fenómeno migratorio de
África a Europa”, para lo cual se atrevió a tocar con la guitarra un complejo
ritmo africano. La canción concluye: no hay daño más anclado que el del ser
humano a sus hermanos”. Este joven cantautor tiene lo necesario para hacer
cosas muy interesantes. Esperamos que le vaya bien en el viaje que acaba de
emprender, y que vuelva por aquí cuando regrese.
Miguel de Paul, el siguiente en escena, comenzó haciendo una
canción y al final fueron dos poemas y una canción. Nos lo mostró todo,
terminando con Boogie de los pueblos que
he visto, un sabio resumen de usos y costumbres: “somos gilipollas, en vez
de soñar, dormimos”, dijo para presentar su composición.
Al igual que la mía, la canción
de Javier Cuenca es una meta
canción, una canción que habla de canciones. Se titula Ay del navegante, y en ella dice: “Ay de las canciones que nacen
vendidas, / Fieles a la moda de su vacuidad. / Amo el verso libre de los que
practican / La dulce anarquía de lo marginal”. Y admite: “Mi canto fue barro,
tintero, moldura, / Pájaro enjaulado en su propio disfraz”. Esta es otra de mis
favoritas de todo el taller. También fue la última, después de Javier Cuenca presentamos a los nuevos
participantes y vimos algunas actuaciones fuera de taller.
El primer participante al que
conocimos en este MAL8 (150), fue Carlos Tejedor, quien, acompañado por
el saxo de Kevin, se presentó en
nuestro escenario con su canción Así
olvidar, “la historia de un tío que se hizo alcohólico por amor”.
La segunda y última participante
fue Ivelisse del Carmen, que se
presentó en MAL8 con una hermosa
versión de Juan Luis guerra, Amapola.
La tarde siguió con Osvaldo Lindner, que siempre nos da
algunas lecciones de cultura popular. Nos cantó Puñadito de coca, explicándonos previamente cómo la consumen los
indios, mascando la hoja, para “soportar las alturas y olvidar las penas”.
Las dos en punto nos sorprendieron con un “rumbita”, presentada por
Rafael Alba (compositor del grupo),
contándonos los orígenes del ritmo llamado “el ventilador”. La canción se
titula El autobús de la suerte, y Mila la cantó con el talento para la
escena que la caracteriza.
El siguiente fue Camilo, que nos cantó una de sus hermosas
canciones, Álbum de instantes. Ya, a
estas alturas de la sesión, y con los nervios que pasé por estrenar canción,
apenas hice anotaciones, pero recuerdo que pensé de Camilo en ese momento, que podría engancharme perfectamente a su
música y a su voz. Por cierto, en la pasada crónica exigía “concierto de Camilo ya”, y parece que mi
reivindicación ha sido escuchada, porque me comentó tras el micro que el 5 de
Agosto le tendremos en el escenario de Libertad
Ocho. Gran noticia.
Qué divertida la canción que nos
cantó El Tío Antoño. Se titula La invasión de los ultracuerpos, y
cuenta la historia de unas habas que se transforman en personas… La verdad es
que hay que escucharla, aquí no puedo reflejar el divertido surrealismo de esta
canción de El Tío Antoño, compuesta
junto a Jorge Segura, probablemente
en una tarde muy divertida.
No faltó al MAL8 (151) el intérprete Chen
Ming (sigo sin saber si su nombre se pone así, seguiré investigando), quien
suele traernos versiones de rock americano. Esta vez nos sorprendió con una
curiosa versión de Las cuatro y diez,
de Luis Eduardo Aute. Cuando terminó el micro abierto, vi cómo Julián le mostraba el reloj que hay a
la salida del Libertad Ocho, parado
desde hace años en la cuatro y diez.
Y terminamos el MAL8 (151) con una gran actuación: SilNé nos cantaron una de sus cancones
más divertidas e ingeniosas, El
esperanchotis, un chotis en el que Silvia
se transforma en Esperanza Aguirre y canta sus cosas, y todo el público corea
el estribillo: “Esperanza, Esperancita, Esperanzona…”. Todos cantando a coro,
terminamos esta bonita y apasionante sesión.
Y así de arriba terminó el MAL8 (151), en el que celebramos la
segunda parte del taller “Canciones para
el pueblo”. Gracias a Marta Plumilla
por las fotos, a Libertad Ocho por
ese reloj de la entrada, a los compositores por su compromiso y esfuerzo, y a
todos los participantes por su recomendable influjo. No dudéis en comentar y
compartir esta crónica, porque esto no acaba aquí, todo lo que yo he escrito
será enriquecido por los comentarios de los participantes y público asistente,
que darán detalles de lo ocurrido que yo puedo haber olvidado, y harán sus
apreciaciones personales ahí abajo, en comentarios. Ah, y no olvidemos que ya
queda poco para que termine esto; esperemos que termine bien.
Andrés Sudón
De verdad que estoy deseando que publiques la crónica de cada semana para empaparme de lo acontecido en el micro de Libertad 8, de ver también, las fotos que tan generosamente hace Marta. Lo que vivimos cada uno de nosotros en el micro se amplifica de alguna manera en ellas, al menos es mi caso... Este es el segundo taller en el que participo y confieso que me genera muchos nervios e inquietud, pero también saboreo todas las canciones como un privilegio especial y lo es! Por eso,
ResponderEliminarquiero dejar aquí constancia de mi gratitud hacia todos los malochos.
Os dejo tb el enlace a la "Canción para el pueblo" que presenté en este taller:
https://soundcloud.com/juanantonioordo-ez/cancion-para-el-pueblomp3
y la letra:
Cantaré una canción al pueblo
con la esperanza
de que sea el único dueño
de su garganta,
de que siga vivo el poeta
al que vientos arrastran,
de que vientos del pueblo nos llevan,
de que vientos del pueblo nos bastan.
Cantaré una canción al pueblo
por si hace falta
para no ser un gilipollas
entre dos Españas,
la que compra el libro a la Esteban,
la que canta en un parque “Al Alba”,
para no mirarme el ombligo
y ser un cantautor de masas.
Y estará mi canción
en la lista de los 40,
sembrará revolución
y removerá conciencias...
Y será suya esta voz
que he robado a otra garganta.
Canta pueblo mi canción,
Canta pueblo, canta!
Cantaré una canción al pueblo
por si lo ignora,
“nos dan gato por liebre
a todas horas”
“el capital mueve el mundo”
“la democracia es de boca”
“el pobre cada día es más pobre”
“la ley no te ampara y te roba”.
Cantaré una canción al pueblo
para decirle:
“pueblo toma las riendas
que te hacen libre”
“pueblo, gobierna a tu pueblo”
“pueblo a tus raíces”
“pueblo, escucha a tu pueblo,
sé pueblo con dos narices!”
No estará mi canción
en la lista de los 40,
ni sembrará revolución
ni removerá conciencias.
Y será mía esta voz
que he robado a otra garganta.
Canta pueblo tu canción,
Canta pueblo, canta!
Aunque llegué tarde por culpa de la hora del p.movil!Grññgg, pude disfrutar de las canciones del taller que han compuesto este segundo taller. Efectivamente han sido estupendas y difíciles. Yo personalmente hice como cuatro o cinco versiones hasta que me surgió la definitiva (uf. definitiva porque se acabó el tiempo, que si nooo..a saber). La letra está en la crónica anterior.
ResponderEliminarEste martes me tocó actuar tras las dos en punto, que dejaron tan buen rollo en el ambiente que me sentí obligado a seguir con ritmo y así canté mi Album de Instantes, recuerdos de gratos momentos donde a veces la amistad y el amor se confunden.
Por cierto, que no me atrevo a opinar especificamente de cada uno de los talleristas porque todos me encantaron. Creo que Oropéndola y Miguel de Paul dieron dos toques de atención muy buenos. "Somos gilipollas, pero se está tan agustito...". Pero yo cada día noto como mi sentido de la composición cambia por el contacto con tanta y tan buena poesía. Seguid así, por favor!
ResponderEliminarAquí os pego el enlace del vídeo que acabamos de publicar, del esperanchotis, a ver qué os parece.
ResponderEliminarhttp://youtu.be/SBRXgkcmZSw
por cierto, para los oídos atentos, en el arreglo se cita una conocida canción que no suele dejar indiferente. Está bastante disfrazada... es en la tercera estrofa.
se me borró mi comentario...
ResponderEliminarComo espectador con criterio tengo que decir que el nivel de este taller me ha parecido altísimo. He disfrutado con todos los participantes, y con algunos he disfrutado muchísimo. En calidad estáis a años luz de gente que vende miles de discos.
Yo hice un par de cancioncillas para el taller, pero me doy cuenta de lo verde que estoy... Sigo aprendiendo mucho al escucharos, así que algún día haré algo que merezca la pena compartir en ese escenario, je, je
Andrés: me pareció acertadísimo dirigirse a las personas. Al fin y al cabo de eso se trata: de personas. Gran canción.
Quiero matizar el fragmento de mi canción que se extrae en la crónica: "Sal de tu pequeño bienestar..." Quiero decir que por unas migajas no debemos renunciar a objetivos mayores. Por eso lo de "pequeño bienestar". Gracias querido Andrés y abrazos a todos.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
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