El 4 de Diciembre
del pasado 2012 celebramos la edición nº
74 de MAL8 (Micro Abierto Libertad 8). Como cada martes nos juntamos a las
19.00 h en Libertad 8, para celebrar la fiesta de la creación
y la escena, casi veinte artistas, la mayoría de ellos cantautores. Por cierto,
son más de trescientos los cantautores que han pasado ya por el MAL8 desde que comenzamos hace un año y
medio. Desde entonces la programación del mítico Libertad 8 se ha nutrido considerablemente de los más destacados. Si
observamos el programa mensual, veremos que más de la mitad de los artistas que
aparecen en él, provienen del MAL8,
lo cual es un orgullo y una gran satisfacción para los que lo hacemos posible
(que somos todos los que cada semana venimos aquí con ilusión y muchas ganas de
seguir compartiendo y creciendo juntos). En cada edición suceden cosas
extraordinarias o simplemente bellas e intensas. Voy a intentar, en esta
crónica, reproducir lo que sucedió aquel día 4 de Diciembre de la era pasada.
El primer artista que subió a escena fue el cantautor Enrique Sánchez. Nos trajo una
composición titulada La implantación,
la cual presentó diciendo “si me sale bien, voy a quedar como Dios, si me sale
mal, quedaré como siempre…” Nos encanta el humor sencillísimo y certero de este
nuevo habitual al MAL8.
Javier Gall fue
el siguiente participante. Nos cantó un “vals de amor perdido” en el que dice
cosas como “hemos vivido en un tiempo imperfecto, pero yo aún me resisto a
pasar…”. Es bello poder sujetar el tiempo en una canción.
Me gusta ver cómo Virginia
Montaño toca fluidamente, sin incidencias, con pura belleza. Nos cantó su
canción Nos dejamos llevar.
El bueno de Manu
Clavijo (bueno tiene muchas acepciones, léanse todas) nos regaló su canción
Los adioses de los dos.
En esta edición nº 74
tuvimos 4 nuevos participantes. El primero de ellos fue Alejandro Rivera, que nos cantó dos canciones de su repertorio de
las que no dijo el título. Alejandro
tiene talento para cantar, domina su voz y no toca mal. Sus canciones son de
temática común, puede gustar a mucha gente si tiene suerte.
Lope Villano nos
trajo otra bella canción sustentada por su técnica y talento, Mujer de luces y sobras, un retrato de
una “mujer anónima”.
Briyi Nardi nos
cantó un blues sensual titulado Qué puedo
esperar. Nosotros ya sabemos lo que podemos esperar de ella: belleza,
talento, claridad…
La primera aportación de poesía (sin música) de la tarde fue
la de Andrea Mazas, que nos recitó
los poemas Tu boca me sabe a “sí” y A medias. Si leemos los títulos
seguidos, podremos hacernos una idea de lo que sucedió…
Parece que el mítico cantautor Antonio de Pinto está aumentando ostensiblemente su actividad. De
hecho, cada vez viene más por el MAL8.
En esta ocasión nos cantó una canción de su discazo “En mi rincón”, titulada Ya no somos dos, con la que comienza el
álbum.
El siguiente participante, uno de los nuevos de la tarde,
fue Bruno Tiford, que nos pregunto
que si nos importaba que cantara en inglés. Le dijimos que no había problema, y
lo hizo. No dijo títulos.
La artista Adela
Ferrer hizo en esta edición una intervención diferente a lo habitual. En apenas
cinco minutos pintó un cuadro en el escenario mientras sonaba una montaje
musicopoético que ella misma había grabado horas antes del MAL8. Es un gusto ver en el escenario de Libertad 8 algo diferente a lo habitual.
El cantautor José
Azula fue el siguiente en escena. Nos cantó la canción Lisboa, de su nuevo disco.
El siguiente artista fue otro de los nuevos participantes de
la tarde, Roger Benet. A mí,
personalmente, me encantó, me gustó muchísimo su música loquísima con letras
divertidas e ingeniosas. La canción, que tocó junto al bajista Albert, se titula Os voy a explicar, y fue lo más singular de la tarde, sin duda.
Otra nueva participante fue Laura Ordóñez, que tuvo la deferencia de cantar una sola canción
para dejar espacio a los que estaban en la lista de espera. Lo hizo a pesar de
la emoción de estar cantando por primera vez en el mítico escenario de Libertad 8.
Luis Cadenas se
trajo a una violinista para cantarnos su canción A ninguna parte, dedicada a los súper héroes que triunfan en sus hazañas
pero fracasan en su vida personal. Muy bonita la intro de violín.
Ya cerca del final del MAL8
(74) conocimos al último de los nuevos participantes, el poeta Francisco Somacarrera, que nos deleitó
con sus composiciones Cien secretos,
Ciento ochenta y siete minutos más y Dulcimer de los Apalaches.
En penúltimo lugar tuvimos a nuestras queridas habituales Alicia Ramos y Marta Plumilla, que nos
interpretaron la canción Salón de baile.
Una preciosidad, dos preciosidades, infinita preciosidad.
El último de la tarde fue Pedro Pastor que nos cantó, como suele hacer, una canción recién
compuesta de la que aún no tiene título. Me gusta mucho cuando los
participantes usan el MAL8 como
laboratorio para probar sus nuevas creaciones y para experimentar en general.
(Al ver las fotos me he acordado de que aquel día toqué yo, Andrés Sudón, el último, no lo había apuntado en mi cuadreno... Toqué con Antonio de Pinto mi canción Con naturalidad, y anuncié que esa noche tocaba en el Dog and Roll. Ese concierto fue muy especial para mí, si quieres verlo pincha aquí).
(Al ver las fotos me he acordado de que aquel día toqué yo, Andrés Sudón, el último, no lo había apuntado en mi cuadreno... Toqué con Antonio de Pinto mi canción Con naturalidad, y anuncié que esa noche tocaba en el Dog and Roll. Ese concierto fue muy especial para mí, si quieres verlo pincha aquí).
Y esto fue todo (mucho) en el MAL8 (74), una edición normal, es decir, extraordinaria. Gracias a Marta por las fotos. Gracias a todos por leer, por dejar comentarios, por
twitear, por facebookizar…
Andrés sudón
No hay comentarios:
Publicar un comentario