La edición nº 63 de MAL8 (Micro Abierto Libertad
8) ha sido la última del verano del 2012. Ya se nota en las personas una
creciente actividad, la ilusión de empezar un nuevo curso de conciertos,
recitales, presentaciones de libros… Libertad
8 es un lugar mágico donde entramos para disfrutar de lo que más nos gusta,
de lo que nos une: la expresión artística en todos sus formatos. Por lo general
somos cantautores los que participamos en este micro abierto, aunque siempre
aparezcan poetas, cuentacuentos, bailarines, magos (bueno, magos nunca hemos
tenido, seguro que esta temporada nos sorprende alguno), etcétera. En esta
edición despedíamos el verano casi sin darnos cuenta, mirando de soslayo cómo
se aleja y nos deja disfrutar de las delicias del invierno, entre ellas la gran
cantidad de conciertos, canciones y experiencias que las salas de todo el mundo
desarrollan en esta larga estación donde hace tanta falta el calor de la chispa
de un verso y su melodía.
Comencé yo mismo, Andrés Sudón, la sesión de esta tarde cantando una canción titulada Alma naranja. Esta canción pertenece a una serie, Alma gris, Alma azul y Alma naranja. En ella hago una apología del hedonismo puro y duro. Qué bonito recordar que tienes por ahí una canción bonita y poder cantarla para gente que escucha.
El
segundo de este MAL8 (63) fue el
uruguayo Pablo Sciuto, que nos cantó
su canción Planeta casa, en la que
describe el micro mundo de su casa con armonías oscuras y versos oníricos. Muy
bonito.
El
tercero de la tarde fue Dani Cabrera,
un cantautor que a veces nos deja escuchar su trabajo mientras lo interpreta.
Quiero decir que este martes le he prestado atención para ver qué dice, y
parece interesante y bonito lo que cuenta, aunque yo le agradecería que me
ayudara un poco a disfrutar de su música siendo más expresivo y cómplice,
sonriendo un poquito cuando sea menester y sintiendo en general lo que escribe
y canta.
La
siguiente fue la poeta Chica Metáfora,
que comenzó con Poesía onanista y
después nos leyó uno publicado en un libro, Lo
que suda la almohada.
Enrique Cardoza fue el siguiente en subir al
escenario. Cada vez saca más su poderosa voz a relucir. Y ya que tiene poder en
la voz, lo usa para hacer cosas buenas. Dedicó una canción a todos los que sufren
o han sufrido una catástrofe natural, titulada Haití, sálvese quien pueda.
A
continuación llegó el turno de Cristian
Navarra, un cantautor que nos está seduciendo a todos con su música y su
persona. Salió acompañado por el violín de Manu
Clavijo y la guitarra de Pablo
Sciuto, dos pedazo de músicos. Los tres hicieron una canción tan
profesionalmente que parecía un disco sonando. Gran nivel en el MAL8 (63).
Nivel
que dan tanto los cantautores como los poetas que nutren este espectáculo sin
igual. El siguiente fue el poeta El
cable Azul, que no contó cómo ha “perdido el tiempo” explicándose con gran
claridad y mirándonos a los ojos. Un gusto tenerle cerca.
Vino
desde Cádiz el siguiente participante, Fernando
Lobo, cantautor y novelista, que nos sorprendió con dos temazos hechos con
gracia y talento. El primero con un epígrafe de Félix Grande: “que el recuerdo del hombre y la mujer caigan sobre
el recuerdo de la muerte”. El segundo tema es un blues titulado Torre, que, por cierto, sale en un documenta.
Los
siguientes participantes fueron los hermanos José Luis y Aurora Bernal.
Nos cantaron Historias para no dormir, canción
que se desarrolla en las calles de Madrid con un pop divertido cantado con
coros al unísono.
En esta
edición hubo bastantes poetas, todos excelentes. El siguiente fue el poeta Óscar Rodríguez, un artista
comprometido con su desarrollo interior, su literatura es un rastro de su
crecimiento personal. Nos leyó dos de sus últimos poemas. El primero titulado Cabeza de ajo, un poema basado en una
ilustración de Jimena Otero. El
segundo se titula En marcha, donde Óscar desarrolla su particular estilo
sobrio pero profundo, cínico pero optimista, afectado pero desenfadado.
Manu Clavijo salió al escenario citando a Fito Páez: “es
una cuestión de actitud”. Y así es. Y él tiene tal actitud. Nos trajo una nueva
canción en la que cuenta la historia de una ruptura y su correspondiente reacción para
afrontarla, Decidí sentirme bien, a
pesar de que “parecía que los pájaros cantaban mal / y que el sol causaba
espanto”.
El
primer nuevo participante de la noche fue Fran
Rojas, que nos cantó dos de sus canciones con gran alegría y cercanía. La
primera fue una canción compuesta para su niño de cinco años. La segunda es una
canción de amor que presentó diciendo que hay dos caminos ante una crisis de
pareja: a) el fácil, que consiste en dejarlo todo, y b) el difícil, intentar
arreglarlo. La canción se titula Ganas de
amar. No puedo evitar expresar mi opinión basada en mi propia experiencia:
yo creo que lo fácil es intentar arreglarlo, seguir la inercia, y que lo
difícil es dejarlo todo y ser feliz solo de nuevo. Cada cual tiene su opinión
sobre las cosas de la vida, qué bueno que podamos compartirla.
El
siguiente fue el poeta Eusebio Priego.
Esta vez nos trajo tres micro poemas, otro más mediano y otro más también
mediano.
Marta Plumilla nos confesó en su canción, Odio los supermercados, que no le gusta
hacer la compra, y menos si es ella uno de los productos de las estanterías.
Una sórdida canción desarrollada con gracia y cinismo. ¿Cuándo toca Marta Plumilla? A ver si pronto anuncia
un concierto, que ya hay ganas.
El
siguiente fue otro nuevo participante, Anael,
que tiene nombre y aspecto de ángel. Sentado al piano nos cantó dos canciones, Despertó, en la que cuenta cómo no le
apetecía demasiado ser como hay que ser, y En
su mar, canción que le emocionó y le hizo bajar del escenario con lágrimas
en los ojos.
Los
siguientes participantes fueron el grupo Surrima,
una propuesta diferente en el ámbito de la canción. Hacen humor inteligente con
una puesta en escena sorprendente. Nos cantaron la canción El mundo, cuyo estribillo dice “El mundo está en guerra, / pero yo
estoy de fiesta”. Magníficos. Tocan este lunes
24 de Septiembre en el Dog&roll
a las 22 h. por sólo tres pavetes de
na. Yo voy fijo.
La Maremoto salió esta vez sola a escena y llenó la sala
y a todos nosotros con su versátil voz. Cantó una canción dedicada a una
persona a la que echa de menos desde hace trece años. Emocionante intervención.
El siguiente
en actuar fue Diego Mattarucco, que
vino acompañado por el cantautor Enrique
Cardoza y la poeta y performer Olivia
Tomé. Nos interpretaron Oscuriclaros,
uno de sus poemas aliterados que envuelven en una bruma semántica que hipnotiza.
La
penúltima participante fue la impresionante Olaia Pazos, que nos hizo a capela un poema musicado de Jesús Bonilla, desplegando su poderoso arsenal
escénico.
Y, para
terminar, tuvimos a los que después tocaron en el escenario de Libertad 8, Los Tres en ralla, que, por cierto, hicieron un conciertazo
incluyendo canciones nuevas y nuevos arreglos a los antiguos. En serio, fue un
pedazo de concierto impresionante.
Con
ellos terminó esta edición nº 63 de MAL8, ya en la puerta del otoño que
comienza agradablemente. Nos vemos este martes en la edición nº 64. Gracias a Plumilla por sus fotos y a todos por estar ahí y hacer esto posible
y maravilloso.
Andrés Sudón
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