sábado, 18 de agosto de 2012

Crónica de Micro Abierto Libertad 8 (58). 07/08/12


Con la edición nº 58 dimos por cerrada la temporada de MAL8 (Micro Abierto Libertad 8). Lo que no sabemos es qué temporada es, ya que el año pasado hicimos el primer cierre de temporada sólo unas después de comenzar nuestra andadura. Hagamos un trato, incluyamos esas semanas como introducción (Temporada Cero), y dejemos que esta haya sido la primera temporada. Buena idea.

La Temporada Uno ha sido muy satisfactoria. Hemos empezado a aprender cómo hacer esto bien, entre todos vamos marcando ciertas pautas que dan mucha libertad. Esto puede parecer contradictorio, porque si las pautas son límites, ¿cómo van a dar libertad? Yo creo que hemos puesto por encima de todo el hecho de que aquí todos somos creadores e intérpretes, tenemos en común eso, todo lo que nos diferencia también nos enriquece. Esa es la primera pauta que yo he observado, solamente importan las canciones, los poemas o lo que sea que hagamos para después mostrarlo.

El resto de pautas son meramente técnicas, como cantar una sola canción para aprovechar el tiempo que tenemos y ver al mayor número posible de artistas, o proponer ejercicios de composición para estimularnos y hacer cosas nuevas. Creo que esto está empezando, que estemos en plena configuración.

También estoy satisfecho por ver cómo el Libertad 8 se ha nutrido de nuevos artistas. Julián es un programador con muchos años de experiencia en esta mítica sala, ha sabido seleccionar a artistas que están dando muy buen resultado. Igualmente ha dado muchas oportunidades a otros que también le han gustado. Según me ha dicho, él está muy contento con el MAL8. Probablemente el MAL8 también esté contento con él.

Yo, personalmente, como cantautor, he aprendido muchas cosas, no sólo de los demás, también de mí mismo. Ver a otros hacer lo que hago yo, me ha inspirado, me ha hecho arriesgarme a hacer cosas nuevas, me ha permitido ver cosas en otros que no me gustan de mí. Es muy valioso estar en contacto con seres de tu calaña, eso da fuerzas para seguir viviendo en nuestros sueños personales, sean como sean.


Tras este breve balance de la Temporada Uno, ha llegado el momento de contar lo que pasó en el cierre de temporada vivido en el MAL8 (58), el pasado martes 7 de Agosto. Fuimos 25 los participantes, pero la gala duró sus cuatro horas, mas un descanso de media horita. Pudimos cantar dos canciones cada uno, los poetas tuvieron sus diez minutos. Fue una velada tranquila, muy agradable y, a pesar de las fechas, muy concurrida.

El primero en actuar fue el legendario Smiling Jack Smit, nuestro cantautor blusero con gran encanto, que nos cantó dos canciones, según él una larga y pesimista y otra corta y optimista. Las dos nos encantaron, las aplaudimos contundentemente. Ahora Jack está haciendo conciertos en casas, se va a pronto a Alemania para hacer una gira de ese modo. Si quieres más información, únete a su grupo.


El segundo participante fue Dean Abbys, a quien ya hemos escuchado en MAL8. Tocó dos canciones tituladas A hierro ama y otra de la que no dijo el título. Con ellas consiguió que entráramos en su atmósfera personal, o al menos eso apunté en mi cuaderno.


A continuación salió a escena Cristian Araque, joven cantautor, que comenzó con una canción que le hizo a un policía de su pueblo. En ella le dice que quién se ha creído que es por llevar un uniforme, y termina la canción repitiendo varias veces “Si tienes un hijo subnormal, / no lo dudes más, no lo dudes más, / mételo a policía municipal”. A mí me resulta algo excesivo, tanto insultar como el insulto usado (que es un doble insulto), así como la generalización. Si yo fuera Cristian, apostaría por canciones como la que cantó después (acompañado por un diestro rapero), en la que habla de la libertad, la paz, etcétera. Lo digo desde el cariño y teniendo en cuenta la inocencia que caracteriza a Cristian, al que aprecio (si no, no diría esto).


La siguiente artista, Nahara, nos hizo dos versiones muy conocidas, que fueron coreadas por todos los amantes de la canción que forman el público del MAL8, Stand by me y Aleluya.


Como he contado ya, el poeta Diego Mattarucco se está metamorfoseando en cantautor, quizá esa obsesión por el rítmico resultado de la unión de muchas aliteraciones, le ha llevado hasta la música. También, supongo, tendrá que ver el hecho de que sea un buen pianista y tenga una dulce voz con vibrato. Diego nos regaló dos poemas cantados llamados Bosque de voz (léase con acento argentino para que funcione la aliteración y el múltiple sentido) y No te valles (sic), es decir, no te pongas una valla alrededor. Sencillamente magnífico. Pronto anunciará un espectáculo que va a hacer en Libertad 8.


Ya hacía mucho que no venía por aquí Pedro Pastor, cantautor de nacimiento. Nos trajo dos canciones, la primera era tan nueva que aún no tiene título, y es un temazo, como acostumbra a hacer Pedro. La siguiente canción se llama Rap armónico, en ella rapea usando como base los armónicos de la guitarra, la letra es excelente, es otro temazo.


La siguiente en escena fue María Barnuevo, cantautora dulce con luz de luna. Nos cantó una canción dedicada a todas aquellas personas que han dejado sus raíces por algún motivo, y otra en la que hablaba de “sentir, al fin y al cabo”. Las cantó con la voz clara y tocando muy bonito el piano y la guitarra.


Por primera vez en el MAL8, nuestro siguiente participante, Javier Macarro, nos cantó dos de sus canciones acompañado por el excelente guitarrista Raúl Asensio. Ahora no recuerdo si los títulos que tengo apuntados, de las canciones que cantó, me los he inventado o son los que son: Por verte y Si pasean por Madrid.


Daniel Hare, el siguiente participante, nos trajo, para empezar, una canción nueva titulada Vive, dedicada a los cantautores que no se rinden ante los cuestionamientos de los demás. La segunda es una conocida por todos, El Bronch de Chamberí.


Néstor Raluy cantó, en primer lugar, una canción llamada Calle Cebrián 54, en la que habla de un lugar donde la gente se juntaba a cantar, a leer y, “sobre todo a curar el corazón”. La segunda canción, Mujer mariposa, relata la entrada de una mujer mariposa en su cuarto, creando un ambiente de tierno erotismo.


En este punto hicimos un descanso de media horita para abastecernos de comida, drogas y conversación, después continuamos con Alicia Ramos, que por fin nos cantó Tatoo on your neck, la última preciosa canción de Alicia. Después nos sorprendió con La mano, el brazo, el codo y el reloj. Maravillosa Alicia Ramos, ilustre malocha.


Y hablando de ilustres, ahora viene el gran Coppel, maestro y aprendiz, siempre creciendo. Empezó con una canción conocida por todos, Oiga, que hubieran estudiado. La siguiente canción fue una colaboración con otra ilustre, Marta Plumilla. Juntos hicieron una jocosa ranchera, al más puro estilo pimpinela, titulada Sin rencores. Una propuesta muy graciosa, y muy conseguida su interpretación actoral, por parte de los dos.


Se quedó sola en escena Marta Plumilla para cantarnos su canción Patidifusa acompañada por el bello violín de Manu Clavijo. Antes de dejar el escenario, Marta me presentó a mí, Andrés Sudón.

Esta vez quería cantar no al principio del evento, para sentir los influjos del escenario caliente. Para empezar a promocionar el concierto que vamos a hacer mi hermano, Suso Sudón, y yo el 29 de Agosto en Libertad 8, canté un poema suyo musicado, En celo, un bolero de texto fluido que engancha (yo no me la puedo sacar de la cabeza). Después tuve unas palabras de agradecimiento a la siguiente canción que canté, Con naturalidad, a la que debo tanto.


El siguiente cantautor fue José Azula. No dijo el título de la primera canción, y apunté Adiós como título opcional. Si alguien sabe el título, que lo diga en comentarios, por favor. Su segunda canción se titula La locura, cuenta la historia de una mujer toxicómana que enloquece tras enamorarse. Poco a poco vamos conociendo el mundo de Azula.


A partir de este momento, Alicia Ramos tomó mi cuaderno y comenzó a tomar notas, dándome así un descanso que agradezco. Ahora estoy intentando descifrar su letra (la mía también tengo que descifrarla, pero me resulta más familiar.
 
La siguiente en escena fue Silvia Palomo, que comenzó (después de un holgado ritual de afinación) con su canción El último vagón, para terminar con Déjame navegar a tu lado.
 
A continuación el sensible y concienzudo Manu Clavijo salió en solitario al escenario para cantarnos sus dos canciones. Comenzó con El contrato que firmé cuando vine al mundo, en la que sale nuestra amiga Maremoto, y, según Alicia, “un puto temazo”. La siguiente también es un puto temazo, según yo, Chicle, una inspirada canción en la que la ansiedad habla por él. Llevaba yo unos días con esa canción en la cabeza, le agradezco que la cantara. Alicia puso en mi cuaderno lo siguiente: “Es una canción muy íntima, honesta y valiente sobre la ansiedad y los desajustes anímicos que de repente nos tumban. Somos tan frágiles. Incluso los semidioses, como Clavijo”.



La siguiente participante, Marta Ibáñez, tuvo a bien leer la crónica que hizo del cierre de temporada de MXV (Música por la voluntad), un evento celebrado los domingos en bares y salas de Lavapiés, una maravillosa propuesta que mucha gente sigue con devoción. Muchos de los malochos vamos habitualmente a participar de la música, la gente, la posterior comilona… Marta hizo una bonita crónica, muy poética.
 
El siguiente participante es uno de los precursores de MXV, Julio Hernández, trovador cubano, que comenzó con una canción sin título, aunque había un título posible, Esperanza, que desestimó, en todo caso la canción “intenta dar ánimos a la gente porque todo va a mejorar” (palabra de Alicia, te alabamos, señora). La segunda canción te titula, seguramente, Otra forma de vivir. Alicia sigue tomando notas en mi cuaderno, y encuadra a Julio Hernández dentro del periodo concreto de la música cubana al que corresponde su estilo y su voz. Alicia es una erudita, yo no tengo ni idea de estas cosas… Y termina diciendo: “Ha cantado muy bien, muy afinadito, quizá porque se oye bien. Y tiene el punto cogido al tumbao ese cabrón de la música popular cubana”. Julio, se te quiere y se te admira.


Como una caja de música se colocó Viridiana en el escenario, se abrió y empezó a sonar. No dijo el título de ninguna de las canciones. Dice Alicia: “Canción cuidada en armonía, ritmo, letra y ejecución (…). Es buena”. Cierto, es muy buena, y la veremos crecer y deslumbrarnos.

El siguiente artista se llama JB, un francés amigo de Mattarucco que vino a visitarnos. Salió a escena descalzo y se sentó al piano para interpretarnos sus dos canciones. Dijo que la improvisación le encanta, porque “es la vía más poderosa para expresar lo que llevas dentro”. La primera canción se llama Bienvenido a mi mundo, y tiene un aire de swing con letra en ingles. La segunda se llama Stone el vie, y es instrumental. Recibió una tremenda ovación.


También hacía mucho que no nos visitaba Vico, ahora afincado en Barcelona. La primera canción que interpretó fue compuesta en Abril después de que en un bar le hablaran del cosmos. No dijo el título. La segunda tampoco fue titulada. Aquí volví a tomar mi cuaderno, y ahora echo de menos las notas de Alicia Ramos… Sobre todo porque ya llevábamos unas horas disfrutando tanto de la música como del licor.


De modo que ya estas últimas intervenciones quedan algo difusas en mi vulnerable memoria. Sólo quedaban tres participantes. Raquel Lamas salió a escena a cantarnos dos canciones: Desde un balcón de Malasaña (lo cual me recuerda al Festival de Música Balcónica), y Al dolor de la pedradas. Sólo anoté una cosa: “está mejorando mucho”. Me dijo, cuando subió al escenario, que le subiera el micro, que luego no se le oye. Yo aprovecho para decirle que ha de acercarse al micrófono y mantener siempre la boca hacia el micro. Son cositas que se aprenden con la experiencia. Maravillosa Raquel y su interesante forma de hacer canciones y de tocar la guitarra.


El penúltimo participante fue el suave Manu Míguez, que comenzó con una canción de la que no apunté el título. Continuó con Los restos del incendio, una preciosa canción muy intensa, como suelen ser sus composiciones.

El último participante fue mi querido Petete, que acompañado por Coppel a la armónica, cerró esta larga sesión de MAL8.

Y así terminó el MAL8 (58), edición con la que cerramos la Temporada Uno de esta experiencia que se ha convertido en el corazón de nuestra actividades. Gracias a Marta Plumilla por las fotos. Y gracias a todos por esta ahí, por ser tan auténticos, por la empatía y el cariño, por la profesionalidad y la capacidad de seguir aprendiendo y luchando. Ahí seguimos. El martes 21 de Agostoseguimos adelante con otra sesión doble, aunque esta vez cantaremos una canción cada uno, para darle más dinamismo al espectáculo. Sólo ha sido una semana sin MAL8, pero a mí se me está haciendo eterno. ¡Nos vemos el martes!

Andrés Sudón.

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