viernes, 19 de julio de 2013

Crónica de Micro Abierto Libertad 8 (106). 16/07/13

Cada vez es más divertido el MAL8 (Micro abierto Libertad Ocho), hemos pasado de estar disfrutando de la tensión y los nervios por hacerlo lo mejor posible, sin fallos, a tener eso superado y empezar a buscar la actuación contundente, que no deje indiferente. En eso estamos, no hemos dejado de buscar ser mejores, siempre aparece algo nuevo que nos inspira. Hablo como cantautor cuando digo que gracias a ver a tanta gente con tanto talento y energía, he podido encontrar cosas nuevas para hacer en mi propia música, he descubierto también otras cosas que puedo depurar o mejorar gracias a verlas en los demás. Siempre nos estamos divirtiendo, pero ahora estamos rizando el rizo, haciendo un espectáculo muy atractivo e impecable. Supongo que esa es la razón de que cada vez acuda más público a nuestro particular parque de atracciones. Ese público está ayudando a que lleguemos a este punto tan lúdico. La vida es una fiesta, de ha de ser una fiesta bien hecha, con amor por la fiesta. En nuestro micro abierto brillan las canciones, vuelan palabras y melodías por el aire como huracanes, canciones cantadas con fe en la belleza y en la autenticidad. Ya no se viene a estos evento en busca de público y prestigio (y menos en busca de un cazatalentos), ahora se viene a realizar el acto íntimo de la música, en el que nos desnudamos, nos vestimos de payaso, somos lo que cantamos, y la canción nos sale de dentro hacia fuera, donde hay personas a las que les entra desde fuera hacia dentro la canción. Es perfecto. Así fue esta sesión, el MAL8 (106), en la que veintisiete artistas nos regalaron dos intensas horas de canciones y poesía en general. Dado el infernal calor que hace en Madrid, podríamos decir que el ambiente en Libertad 8 antes de comenzar, era fresquito. Caras frescas de gente consumiendo rico aire acondicionado, caras nuevas y caras queridas que esperaban a que se accione la montaña rusa. Ser el primero en actuar es una gran responsabilidad, pero hemos dicho que eso ya no es lo principal; ser el primero es tener todos los oídos abiertos y los cerebros en blanco, es un lujo del que yo suelo disfrutar con la disculpa de romper el hielo. En este caso fue como entrar en el fuego. Conmigo, Andrés Sudón, comenzó el MAL8 (106), canté Si entras en mis ojos, una canción en la que invito al interlocutor a participar fraternalmente en mi “revolución mental”. Aproveché para anunciar que toco en Libertad Ocho el domingo 28 de Julio, por si había interesados en la causa, estoy reclutando soldados.

Andrés Sudón

El segundo de la tarde fue el peculiar Caso Omiso, un artista que a mí, particularmente, me llama mucho la atención. Letras divertidas, arriesgadas y cuyo significado comprendo muy bien, y una forma de cantar y de ser que me transmiten paz y no-soledad (¿cómo se dice eso, amistad?, no sé). Cantó su canción Julio y Agosto, meses de los que dice que “no están hechos para trabajar”. Esto me hace entender muchas cosas… Os cuento: yo me pudro en verano, puede ser que sea porque no me apetece trabajar, y sin trabajo no soy nada. Volviendo al tema, este hombre me encanta, sólo me gustaría entender un poco más lo que pronuncia para que pueda disfrutar más de él.

Caso Omiso

Después salió el bestia de Lope Villano. Si habéis estado en este MAL8 (106), entenderéis por qué digo lo de bestia. Y si no habéis venido (haced el favor de venir), os cuento que fue porque hizo una actuación perfecta. Puso el listón muy alto. Cantó una canción compuesta para uno de nuestros talleres, el titulado “Soledad”. “Gente que no ve la cara amable, que no sabe disfrutar su soledad”, dice su canción titulada, claro está, Soledad.

Lope Villano

La diversión estaba servida, el público ya celebraba con vibraciones indemostrables su contento. En la oscuridad de la sala Libertad Ocho, sólo se puede percibir lo mágico. El siguiente en enfrentarse a la luz de los focos fue el original Matteo Castellano, un cantautor italiano y surrealista que, a pesar de cantar en italiano, escribe y canta piezas sin parangón, algo nuevo que nos enriquece, como decía al principio. La traducción del título de su canción es Nana de la zanahoria. Impresionante, nos hizo reír con lágrimas. Y esto sólo estaba empezando.

Matteo Castellano

La participación de Manu Clavijo, el siguiente en escena, fue muy emotiva. Nos contó una historia sucedida a su violín: se le rompió en el escenario y el arreglo era muy caro para un músico… De modo que pidió colaboración en Facebook. Recibió ayuda de nuestro querido José Miguel González, poeta que también participó más adelante en esta edición. Como agradecimiento, Manu Clavijo cantó uno de sus poemas a capela, La tortuga. Pasan cosas así de bonitas por aquí.

Manu Clavijo

Y tras una canción sin instrumento, un instrumento sin palabras, pero sí con canción. Me explico, Rodrigo salió a tocarnos una de sus canciones instrumentales en el piano del escenario de Libertad Ocho, un sonido único y concreto. Tocó Mi alma en ti. También regaló, para el sorteo que hacemos al final, un par de entradas para un concierto benéfico en el que participó este jueves.

Rodrigo

El primer poeta de la tarde fue Jorge de la Torre, que recitó un poema en el que dice cosas como “sólo conozco el invierno por el frío de tu piel”.

Jorge de la Torre

Se dice por ahí que Esperanza Montero, la siguiente participante, está grabando algo. Si es así, deseo escucharlo cuanto antes. Salió con su luz de manzana a cantarnos su canción Tus manos. Ya estábamos en ese punto en el que todo es perfecto y cada actuación funciona y llena.

Esperanza Montero

Me encanta cuando nos visitan componentes de Co-incidencias, un grupo de cantautores jovencísimos que realiza actividades en común, yo participé como invitado en uno de sus conciertos, y hay muy buena materia prima. Les necesitamos por aquí. Una de las más importantes co-incidentes es Cristina Dolado, que tomó el escenario, se puso cómoda, y nos cantó emocionada una de sus últimas canciones. Tiene gran fuerza. Espero hablar más de ella en estas crónicas.

Cristina Dolado

El siguiente fue el poeta José Miguel González, uno de nuestros tesoros. De él aprendemos y disfrutamos, pues es un sabio humilde cuyo propósito más evidente es pasarlo bien y hacer pasarlo bien. Nos divierte con su profundidad, con su sentido del humor, con su surrealismo, nos demuestra y enseña a los cantautores que la palabra es elástica, moldeable, envolvente. Comenzó su intervención recitando a Jaime Gil de Biedma, ese poema en el que dice que no volverá a ser joven. Siguió con un poema en recuerdo de Rudyard Kipling, en el que pone por encima su poesía a su persona, afiliaciones políticas y esas cosas. Terminó con otro poema suyo titulado Elogio a la alegría, un poema necesario en este mundo en el que la televisión y la prensa se empeñan en que estemos jodidos.

José Miguel González

Así estaba nuestro siguiente participante, Josué Cáceres, pero no por la televisión y la prensa. Nos cantó una canción en la que cuenta las desventuras de una noche loca, según él “una pastelada”. Sabe muy bien lo que hace. Parece un romántico afectado pero dicharachero. En un momento dado se le fue la letra y rellenó los huecos con unos firmes “na, na, na”, de los que casi no nos damos cuenta. A pesar del olvido, me gustó su decidida puesta en escena.

Josué Cáceres

Quiero aclarar que yo hago estas críticas veladas esperando que el veladamente criticado regrese al MAL8 para, veladamente, hacerme saber que estoy equivocado. No he tenido razón para hacer nunca una crítica velada o directa al siguiente participante, Javier Cuenca, un cantautor roquero que propone una poesía urbana en la que cuenta, como un observador, lo que pasa a su alrededor, al menos así lo hace en esta canción en la que dice “…arde la ciudad en un fragor de llamas rojas, como las manos de los héroes que combaten sin saber la razón”.

Javier Cuenca

Y qué bien que nos visitó nuestra querida Sara Veneros, una cantautora con buenísima técnica en la guitarra y en la voz, que sigue explorando en su interior para dominar lo que no te enseñan en el conservatorio. Cantó una canción preciosa titulada El grave de mi voz, la cual introdujo diciendo que “buscamos el amor fuera, pero puede que lo tengamos dentro”. Con una bella voz grave nos regaló este pedazo de sí misma, en esta tarde exquisita de  MAL8.

Sara Veneros

La siguiente en subir a escena fue la poeta Alex Catalán, que nos recitó un divertido poema titulado La chica Mahou, muy ingenioso, el publico la aplaudió mucho.

Alex Catalán

La siguiente fue Marta Plumilla. Nada más anunciarla el público la aplaude con aplausos para ella. Introdujo su canción diciendo “un día los héroes descansaron, y se quedó el mundo sin salvar otra vez”. Cantó una canción titulada Generación en mi menor, en la que dice “y se quedó en un cajón sin usar la libertad”, entre otras muchas cosas muy ilustrativas de la desidia que nos afecta a veces a los revolucionarios. Quiero recomendaros el concierto de Marta Plumilla de este lunes 22 de Julio en Libertad Ocho. Se podría pensar que lo recomiendo porque soy su guitarrista, pero, para ser exactos, soy su guitarrista por la misma razón por la que recomiendo su concierto. Ahí nos vemos.

El siguiente fue el poeta Víctor Pérez. Leyó un poema del que no apunté el título, creí que me iba a acordar. Espero que nos lo diga en comentarios. Recitó brevemente pero con calma y contundencia.
Víctor Pérez
Al siguiente participante lo he visto varias veces en Música por la voluntad, esta es la primera vez que venía al MAL8 y a Libertad Ocho. Se vio disfrutar a Gerardo Domíguez del escenario, a pesar de algún problema técnico con su guitarra. Espero verle mucho por aquí.

Gerardo Domínguez

La siguiente también fue una nueva participante, Gracia Texidor. Me encanta cuando viene al MAL8 gente con tanto talento. Para estrenarse nos cantó su canción Sueño, la cual introdujo diciendo que “si la vida es sueño, puede que despertar sea la muerte”. Una interesante duda metafísica. Quiero más de esas. Gracia toca bien, canta con personalidad y escribe cosas interesantes. La seguiremos conociendo.

Gracia Texidor

Otros nuevos participantes fueron el grupo Los cerdos tristes, tres seres humanos, uno de ellos Jalil tocando la guitarra, otro que tocaba la guitarra (no oí el nombre, disculpas) y un tercero que canta (lo mismo del paréntesis anterior). Tocaron Golden Suit. A pesar de que no estaban las guitarras exactas de afinación entre ellas, salvaron la canción con destreza. Muy bonita voz.

Los cerdos tristes

Acudió al MAL8 (106) nuestro querido Pablo Bermejo, el cantautor al que hemos visto ponerse en plena forma en muy poco tiempo. Trajo una canción nueva titulada Rojas, malvas y amarillas. La quiso dedicar a los nacidos entre la década de los setenta y la de los noventa, “flores que salen alrededor del alquitrán”. Deliciosa canción. Me alegra saber que mantiene su forma, que sigue trabajando.

Pablo Bermejo

Estar en forma. Digo esto recordando lo que una vez Enrique Sánchez comentó, que un cantautor es un pentatleta. Es correcto, hacemos muchas cosas, y para ello hay que trabajar diferentes aspectos, todos ellos a fondo si queremos hacerlo muy bien. Se nota en el escenario del MAL8 cuando alguien está en forma. Es el caso de Jalil, que demostró dominar la guitarra y llevar viento en popa su canción No hay, no hay (fuera de bromas, no sé si se titula así la canción, o apunté esto porque no había título… Corríjaseme). El también forma parte de los guerreros de Co-incidencias.

Jalil

Es cierto, noto a todo el mundo muy en forma, será que hemos tocado mucho este año, no sé, pero este MAL8 (106) fue muy divertido y de calidad. Miguel de Paul fue el siguiente en poner los pies en la tierra de nuestro escenario. Lo hizo para cantar La raíz (del blues). La canción tardó en arrancar, pero fluyó, como un coche de época.

Miguel de Paul

Tras la raíz del blues, salieron las flores: el rocanrol del Tío Antoño, que trajo a Plácido Fernández, un saxofonista que hizo brillar la canción Lucil. Hace unas semanas puse aquí una caricatura de mí (¿se pone así?) hecha por El tío Antoño, este martes trajo el original y otra que ha hecho de Marta Plumilla, para agradecerle estas fotos sepia que nos manda cada semana. Yo les agradezco a los dos su generosidad. Y le pido al Tío Antoño que siga trayéndonos canciones que nos hagan pensar en la remota posibilidad de bailar. Me ha contado Sara Veneros que en el micro abierto de Cuba, todos bailan. Aquí bailamos a nuestra manera, pero tampoco muchísimo.

El Tío Antoño y Plácido Fernández

El siguiente fue el cantautor Wilver Gamarra con una de sus canciones telúricas en las que lamenta o pregunta “qué clase de seres somos que arrasamos con todo a nuestro paso”.

Wilver Gamarra

Estamos ya a punto de terminar, apenas queda tiempo, pero aún faltan cosas bonitas por suceder en el MAL8 (106). Antes, hablando de Co-incidentes, comenté que hacía falta que vinieran por aquí, por su juventud y, sobre todo, por su compromiso con lo orgiástico, es decir, son personas que desean divertirse en comunidad, y eso se lo toman muy en serio, por ello están en forma. Entre nuestros habituales tenemos un ejemplo de jovencísimo cantautor comprometido con el rigor y la diversión, Pedro Pastor. Este joven maestro fue el siguiente participante, curiosamente cantó un clásico, La mala reputación, una canción que sigue vigente en su contenido crítico. La cantó con la frescura que merece y necesita para ser esa canción.

Pedro Pastor

Con las prisas, con el ansia de que se nos agota el tiempo (sólo tenemos dos horas de parque de atracciones), casi me dejo fuera a María Argüello. Pero ella es aguerrida, aunque suave, y me lo recordó. Se lo agradezco, porque tengo curiosidad por lo que hace. Precisamente La prisa es el título de la canción que nos canto en la rectísima final del MAL8 (106).

María Argüello

La guinda de la tarde la puso Dani Fernán, que esa misma noche tocaba en el escenario de Libertad Ocho. Subió acompañado por sus músicos, Iovis al cajón y la flauta, y Manu Clavijo al violín. Tocaron una de las canciones que quiere destacar de su nuevo disco “El Pank de mis hijos”, una canción ingeniosa y dinámica titulada Living la vida Light. Con esta canción llena de juegos de palabras bilingües y ritmo Funky, con esta diversión de calidad, terminó el MAL8 (106), una fiesta íntima y pública, de entrada libre.

Manu Clavijo, Iovis y Dani Fernán

Nos vemos la semana que viene en el MAL8 (107), ya no queda nada para nuestra despedida el día 30 de Julio. De momento nos vemos el día 23 a las 19.00 h en punto en Libertad Ocho. Gracias a Marta Plumilla por sus bonitas fotos, a los artistas por su generosidad y compromiso con la fiesta de calidad. Gracias a Libertad Ocho por mantenerse fuerte en tiempos difíciles, es nuestro templo. Gracias a los lectores que asisten y a los que no asisten porque viven lejos o por trabajo, o quién sabe por qué. Saludos desde este espacio-tiempo en el que nos lo pasamos tan bien.


Andrés Sudón. 

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