Hace poco celebrábamos dos años
de MAL8 (Micro Abierto Libertad 8). Este pasado martes 4 de Junio celebramos nuestra edición nº 100. Lo hicimos con un taller de colaboraciones titulado
“De dos en dos”. Así es como subimos
al escenario en cada actuación de esta tarde. Nos apuntamos hace algo más de
tres semanas. Para seleccionar las parejas jugamos al amigo invisible con la
ayuda de una página web. Los dieciocho participantes subimos dos veces cada
uno, y de dos en dos. Una vez para hacer nuestra pieza con la colaboración de
otro artista, y otra vez para colaborar con otro artista en su pieza. ¿Se
entiende? Había en el ambiente más nervios que en otras ediciones. También más
emoción; todos nos queremos mucho ahora, porque hemos estado unos en casa de
otros, nos hemos hecho más amigos en esos ensayos. Y yo notaba que algo más
pasaba. Me sorprendió muy gratamente ver entre el público a leyendas del MAL8 como Fran Fernández, Mayka Alonso,
Manu Míguez… También me gustó
muchísimo ver a nuevos malochos que no iban a actuar, pero quisieron estar con
nosotros, como Caso Omiso, Laura Ordóñez, Miguel de Paul y muchos más que llenaban el Libertad 8. Era, sin duda, un día especial. Pero yo notaba algo
más. Sentía cariño en todas las miradas, afecto en cada roce con cualquiera,
como siempre pero más. No sé explicarlo, pero algo se me escapaba. Luego
descubrí la razón de mi leve incertidumbre. Tuve que esperar hasta el final
para ver el tesoro que había reunido para mí Manu Clavijo: vuestro regalo, la cosa más valiosa que tengo, un cofre
lleno de amor humano. Después os cuento más, ahora paso a contaros lo que
acaeció en la tarde del 4 de Junio del año 13, en el MAL8 (100).
Como hacemos en todos nuestros
talleres y monográficos, comenzamos la sesión con la última persona que se
apuntó, y seguimos este orden inverso para el resto de las actuaciones. Bueno,
esa era la idea, pero la colaboración del que sería el primer participante
estaba en un atasco con otro participante. Llegaron enseguida, pero la primera actuación
fue a cargo del segundo de la lista, Enrique
Sánchez, al que le había tocado MartaPlumilla como colaboradora. La cosa prometía. Y cumplió. Cantaron una
canción de Enrique en la que
dialogan sobre sus gustos un hombre y una mujer, para terminar cantando al
unísono “Sobre gustos y disgustos no hay nada escrito, lo único que sé es que
te necesito”. Una entretenida canción, cuya filosofía es la misma que la del MAL8. Una canción en la que Plumilla encaja muy bien, ya que comparten esa sutileza
naif tan efectiva. Un comienzo excelente.
Se dio el curioso caso de que dos
personas fueran colaboradores el uno del otro. Pero más curioso es aún que
fueran seguidos en la lista y actuaran uno después del otro, sin tener que
bajarse del escenario. Hablamos del pianista y cantautor Rodrigo y del poeta José
Miguel González. Lo mejor y más
curioso todavía fue que habían preparado dos intervenciones “fruto del azar”.
Además eran autores de las dos obras, y ese azar quiso que actuaran seguidos,
como una sola función, sus dos piezas. La primera pieza, una “canción-poema”,
se titula Nubes. Comienza cantando Rodrigo, le sigue José Miguel recitando. Esta primera era la parte de José Miguel, supongo que el texto es
suyo, no nos lo contaron. La segunda la presentó Rodrigo, El último segundo.
La canción termina de forma apoteósica con un do de pecho de Rodrigo. En esta también recita José Miguel. Estaban bien mezclados.
Otra pareja que me pareció muy compenetrada.
Así como la siguiente pareja. Era
el turno de Marta Plumilla. Su
colaborador era Popautor. En la
canción elegida, Caótica, encontramos
algo que tienen en común, una destreza para el clown que funciona muy bien en
escena. Incluso los acordes vivieron un pequeño caos; parecen muy sencillos,
pero son un lío, aunque estén racionalmente colocados. Y Poautor mantuvo la escena on
fire en todo momento. Otro gran acierto del azar.
El cual siguió regalándonos sus
caprichos. En este caso llegó el turno de la poeta Pilar Escamilla acompañada por el cantautor Juan Carlos Sánchez. Hicieron juntos En este otoño de lluvia y soledad, cantando y recitando. Muy bonito
ver trabajar a personas que apenas se conocen.
A José Ruíz, que hacía mucho que no se pasaba por aquí, le tocó en
suerte como colaborador Manu Clavijo,
uno de los malochos más importantes de nuestra historia. Hicieron una bellísima
actuación. José tocaba el piano y
cantaba, Manu le acompañaba con el
violín y cantaba partes de estrofas y coros. Sin menospreciar a José, que lo hace muy bonito y su
canción es hermosa, Manu hace magia
todo lo que toca. Uno de los momentos álgidos de la tarde.
Llegó el turno del primer participante,
que actuó en séptimo lugar. Pablo
Bermejo aprovechó que le había tocado AliciaRamos para tocar una canción que compusieron juntos, Tachuelas, terminada y retocada para la ocasión. Hubo cierta
confusión en momentos, normal con una canción nueva. Supimos que por
circunstancias laborales no tuvieron muchas ocasiones para ensayar y alcanzar
la pulcritud a la que nos tienen acostumbrados. Celebro que trajeran un tema
compuesto en común, ese era el gran reto de este taller, aunque fuera opcional.
En la composición sí distinguí esa pulcritud.
Los siguientes participantes
fueron Dos, un nombre muy apropiado
para el taller “De dos en dos” que
estábamos llevando a cabo. Su colaborador fue el cantautor José Ruíz, que les acompañó cantando en la intensa canción El barranco de los locos. Dos son un dúo compuesto por un
matrimonio que lleva muchos años en la música, ella toca el piano y él canta.
Luego hablaré más de ellos.
Al siguiente artista en escena, Manu Clavijo, le toqué yo como
colaborador. Hicimos una de sus ultimísimas canciones, Siempre siembro (de la que hablo en la crónica de la semanapasada). Yo le acompañé tocando la guitarra. Él supuestamente tenía que
tocar el violín, pero cuando llegó el momento del solo, no había violín.
Sencillamente Manu hizo el solo con
la voz y simuló tocar el violín. Lo hizo muy bien, a pesar de que le dijera
cuando bajó del escenario “se te da mejor tocar el violín que hacer como que lo
tocas”. Gran canción, muy divertida y bonita.
He prometido no usar la palabra
“temazo”, pero va a haber ocasiones en las que hará falta una palabra para
hablar de lo que hacen ciertas personas. La siguiente artista fue Alcia Ramos, con la colaboración de Lucía díaz. Hicieron juntas la última
sublime canc… hicieron juntas el último temazo de Alicia Ramos que yo conozco, No
hay rocanrol en tu vida. Un pepinazo sin mácula que sabe lo que dice y
logra decir lo que quiere. El azar quiso juntar en el escenario al fuego con el
viento. La fuerza de Alicia Ramos y
la ingravidez de Lucía Díaz. Un
contraste muy grande.
Con el viento, el fuego se hace
más grande, y lleno de fuego quedó el escenario para Olivia Tomé, cuyo colaborador era Javi Muelas. Ella recitó un poema en el que asegura no estar siendo
la “frívola fragmentada”, sino que “ahora soy Olivia Tomé”. Durante el poema
sonaban, de la mano de Javi,
melodías reconocibles que apoyan el texto de Olivia. Muy divertido y, siempre, profundo. Cada vez me guata más
lo que hace Olivia.
El azar también quiso juntar a
uno de los poetas formalmente más complejos, Diego Mattaruco, con uno de los cantautores formalmente más
sencillos, Enrique Sánchez. El
segundo colaborador del primero en su pieza España
se despeña. Un interpretación dramatizada del poema, que despertó risas y
sobresaltos entre el público. Lo tenían muy bien preparado. Esta curiosa pareja
también fue responsable de uno de los momentos más destacables del MAL8 (100).
La verdad es que todas las
actuaciones fueron interesantes y novedosas. El siguiente artista, Dani Hare estuvo acompañado por la
poeta Olivia tomé, que se lanzó a
cantar Tú y yo junto a su autor. Se
nota que nuestra histriónica rapsoda no tiene experiencia cantando, pero sí
tiene oído y belleza en la voz. Me acordé de nuestro lema: “no hace falta
cantar bien para hacerlo bien”. Entrañable actuación: una canción muy bonita
cantada por dos bonitas personas.
Y es que son tan bonitas todas
las personas que formal el MAL8. Los
siguientes fueron Lucía Díaz
acompañada por Pablo Bermejo. Como
es habitual en Lucía, la canción
vino precedida por un poema. Muy bien ensayada y ejecutada la canción Dime.
El siguiente conjunto fue el
formado por Popautor y Pilar Escamilla, cantautor y poeta
respectivamente. Hicieron juntos una suerte de canción-poema titulado (creo) Barquero, en el que se fusionaron
creativa y escénicamente. Me gustan el carisma de Pau (Popautor) y el
poder lírico de Pilar. La tarde
estaba en su recta final y no paraban de suceder cosas bonitas.
El objetivo principal de este
talle, “De dos en dos” era que
personas que no habían trabajado juntas, tuvieran la oportunidad de conocerse,
y así evitar que se cierren los círculos que se suelen formar en estos
contextos. De otro modo no sé si hubieran coincidido en escena Javi Muelas (autor) y Dani Hare (colaborador). Hicieron
juntos la canción Solos al salir,
haciéndonos ver que es posible abrir círculos.
La penúltima pareja de la tarde
fue la formada por Juan Carlos Sánchez
y Diego Mattarucco. Hicieron una
canción del primero. Diego, aparte
de ser un diestrísimo poeta, toca el piano, la flauta y sabe cantar. Acompañó
bellamente a Juan Carlos, este joven
cantautor clásico. Era evidente el trabajo y el cariño que pusieron en esta
actuación.
Ya solo quedaba mi intervención.
A mí, Andrés Sudón, me tocaron en
suerte unas personas a las que tenía ganas de conocer más a fondo, Dos. Tuve la suerte de poder ir a su
casa a ensayar y comprobar que su filosofía de la vida es similar a la mía. Son
personas felices, ajenas al pesimismo de la crisis, llenas de música y poesía.
Se me ocurrió vivir con ellos una experiencia. Les mostré una canción mágica
que comenzamos a componer Marta Plumilla
y yo, una canción infinita que ahora está recién nacida: Mil novecientos treinta y pico. No deseo
hablar mucho de ella, sólo decir que la experiencia fue positiva. En el
escenario la interpretamos ellos dos (piano, cajón electrónico y voz), Plumilla (voz), Clavijo (voz y violín) y un servidor (guitarra la voz). Para mí fue
un final muy significativo para el MAL8
(100). Pero aquí no acabó la cosa.
Antes de que pudiera despedir la
sesión, Manu Clavijo subió al
escenario, me redujo y dijo al micrófono que tenía un regalo para mí. Se trata
de un cuaderno que ha elaborado con sus manos, su constancia, y con su infinito
cariño. Durante mucho tiempo (supongo) ha ido recopilando mensajes de
agradecimiento hacia mí, es decir hacia el MAL8,
de ciento noventa personas que han actuado alguna vez en este espacio. No os
podéis imaginar el amor que guarda en su interior. Y el objeto en sí mismo es
bellísimo, las portadas tienen unos bellos collages hechos por Viridiana. He leído ya todos los
mensajes (muy despacio, disfrutando de la intimidad de la caligrafía manual), y
he de confesaros que me he emocionado sobremanera. Los de mis amigos más
cercanos (aunque no supiera que lo son) me han hecho llorar. Lo mejor es que no
son mensajes para quedar bien diciendo cuatro cumplidos, las personas que han
escrito ahí, dan las gracias por cosas concretas. La conclusión que saco tras
leerlo entero, es que el MAL8 es
algo muy bueno, que ayuda a mucha gente como yo a obtener las cosas que queremos.
Es evidente que no andamos buscando el éxito y la fama, en el MAL8 el ego sólo sirve como complemento
para estar guapos, como un fular. Lo que buscamos es dar vida a nuestras
canciones, hacer que suenen, que sean escuchadas, comprendidas, usadas para lo
que sirvan. El trabajo que ha hecho Manu
con gran esfuerzo, sirve para que no me venga abajo, para que siga haciendo
esto con el mismo cariño de siempre. Porque me he dado cuenta de que esto es
imprescindible, y me siento realizado por hacerlo, y agradecido a todos
vosotros y a Libertad 8 por poder
hacerlo. No sé cómo daros las gracias por devolverme la energía invertida en
estos dos años maravillosos. Hemos logrado tener un centro, un corazón que nos bombea,
un espacio-tiempo para hacer reales nuestras canciones. Puede que pronto
logremos poner la canción de autor en el lugar que le corresponde. De momento
seguimos en nuestro laboratorio haciendo cosas auténticas y bellas que cada vez
atraen a más personas que desean consumirlas. Yo estoy orgulloso y feliz de
haber montado algo así, y me siento afortunado por haberme encontrado a
personas tan excepcionales como Manu
Clavijo, que es el paradigma de malocho, sin duda, y un ejemplo de talento,
constancia y bondad. Este cuaderno me dará vida si me puede el cansancio,
gracias infinitas a todos por dejar un trozo de vosotros en sus páginas.
(Suspiro) Y no quiero despedirme
sin comentar varias cosas. Pronto anunciaremos en qué va a consistir nuestro
taller del próximo mes, para el primer martes de Julio. Ya hemos anunciado que
el día 25 de Junio haremos un
monográfico de Jorge Dréxler, quien
quiera participar que escriba a microabiertol8@gmail.com
diciendo qué canción van a cantar (para que no se repitan). Ese día se puede
actuar de forma normal, pero tendrán prioridad aquellos que canten a Dréxler, uno de los cantautores más
importantes del mundo, que comenzó aquí, en Libertad 8, y ahora
tiene un Óscar, entre otras muchas cosas. Por último dar las gracias a Marta por las fotos (he de decir que ha
sabido captar momentos muy bonitos), a vosotros por vuestro talento y
generosidad, a Libertad 8 por
abrirnos sus puertas y sus micrófonos, y a vosotros por leer, comentar y
compartir. Nos venos el martes que viene en el MAL8 (101).
Andrés Sudón.
TARDE (en) MAYÚSCULA!
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