lunes, 4 de abril de 2016

Crónica de Micro Abierto Libertad 8 (245). 29 /03/16

De los veintiún artistas que participaron el pasado martes 29 de Marzo de 2016 en la edición nº245 de MAL8 (Micro abierto Libertad Ocho), cinco son poetas. En realidad todos somos poetas, pero esos cinco de los que hablo no usan explícitamente la música para poner su pieza en escena. Tengo entendido que la música se usaba en un principio para ayudar a memorizar los textos de transmisión oral. Desde hace siglos ya podemos conservar la poesía y la música por escrito, pero en un principio, antes de la poesía, antes de la música instrumental, existió la canción como elemento proporcionado por las musas. El MAL8 es un micro abierto de canción de autor. Desde mi particular punto de vista, la canción de autor es lo que hace un poeta que, además de ser diserto creador literario, se maneja musicalmente y usa es destreza para expresarse con mayor precisión cuando (y esto me parece muy importante) da su visión personal del mundo. A la letra y la música se puede sumar la imagen, la danza, la performance... todo al servicio de la expresión humana, de la conexión entre personas, de la comunicación. ¿Que a dónde quiero llegar? Pues mi intención es hacer un merecido homenaje a los poetas del MAL8, que con apenas su voz hablada han conseguido emocionarnos en muchísimas ocasiones. ¿Por qué, si es un micro abierto de cantautores, hay poetas habitualmente en el elenco de cada martes? Si nos fijamos bien, veremos que no se trata de poetas cualquiera, sino de personas que a pesar de contar con menos recursos que los cantautores, se sienten agusto entre nosotros. El público del MAL8 sabe lo que quiere, por eso, si viene un mago o un cuentacuentos capaz de hacernos vibrar, se sentirá cómodo entre cantautores triatletas (compositores, letristas y cantantes). A día de hoy, esto sólo nos ha sucedido con ciertos poetas, nunca con cuentacuentos o magos. Los poetas y los cantautores tenemos mucho en común, algunos ejercemos las dos actividades, porque al final lo importante es salir a escena y proporcionar luz a la audiencia. Podríamos decir, entonces, que el MAL8 es un micro abierto de poetas en voz alta, de creadores que tienen el arrojo de salir a la palestra a repartir lo que las musas les han dado. En todo caso, esto es no es una norma, sino un análisis, pues aquí nadie dice a nadie lo que tiene que hacer, no es nuestro estilo decir a las personas "tú sí, tú no". Cada cual decide si desea participar de esta fiesta en la que cada martes una media de veinte poetas en voz alta muestran su arte en una reunión sin igual. Así que ¡gracias a los poetas que nos han mostrado qué es la música: aquello que nos proporcionan las musas para que lo entreguemos al mundo!

Y aquí y ahora voy a contar lo que sucedió en la última de nuestras reuniones, la celebrada el pasado martes 29 de Marzo de 2016, el MAL8 (245), edición en la que anunciamos cosas muy importantes de las no voy a hablar en esta crónica, para hacer público nuestro anuncio cuando estemos organizados. Lo que sí voy a anunciar es que el próximo lunes 25 de Abril haremos una gala especial para aquellos que tengan talleres pendientes y quieran sumarlos a su palmarés. Habrá un evento en Facebook donde aparecerá la lista de todos los talleres que hemos realizado hasta la actualidad. Quien no haya participado en cualquiera de ellos, puede apuntarse ya escribiendo a microabiertol8@gmail.com, indicando en el mail de qué taller quiere presentar su trabajo. Y, una vez dicho esto, os cuento que el primer participante del MAL8 (245) fue Benja Bravo, a quien vimos por primera vez tocar el piano de Libertad Ocho. Nos aseguró que está en medio de una crisis creativa, y nos demostró que tiene eso que engancha al público sí o sí. Benja canta en iglés y, a pesar de no entender apenas el texto de la canción, disfrué de su arte como el resto de los numerosos asistentes. En segundo lugar salió a escena Juan Fernández Fernández para sorprendernos con una canción que no conocíamos ni los más allegados, Raquel, en la que con un inti ritmo de bosa canta: (...) la incógnita más triste del problema, de tu mirada clara, de tu gesto después del gran silencio, se quedó en el cuarto oscuro donde ahora me acuesto con esa flor que no se deshojó...". Sería mejor que algunas canciones no existieran, ya que son producto de lo que no sucedió, sin embargo es hermoso escuchar: "(...)No soy disciplinado al olvidarte, tu letra ocupa tanto en mi papel...". Sí, para mí Juan es un poeta ante todo, con la ventaja de que hace poesía con la música, ya que la domina con la misma sapiencia que la literatura. Tengo que decir, además, que cada día canta más bonito. Otra cosa que me parece importante de un cantautor es que cante con su propia voz. Todos arrastramos influencias, se nos nota qué artistas nos han enseñado a cantar. Cuando un cantautor se aleja de los modos de sus maestros es que ha conseguido ser él mismo, ha llegado a exponerse sin esconderse tras una forma que le da seguridad. Es evidente que a Pablo Tri le ha enseñado a cantar Quique González. Este martes me di cuenta más que nunca, porque la canción que cantó, Diciembre, me gustó especialmete y me habría gustado no estar pensando que era una versión. Gran poeta Pablo Tri, capaz de crear imágenes profundas con lo más cotidiano: "Ya ves, sigo aquí, aún siento vergüenza al sonreír". Y otra cosa que hace mucho es jugar con la semántica de los verbos haciendo así su mensaje completamente comprensible: "Me follo en noches sin amor, me abrazo para dormir...". Aunque soy muy fan de su maestro, la voz de Pablo Tri tiene un timbre mucho más hermoso. Citando a Quique me disculpo: "Tenía que decírtelo". ¿Solución? Cantar mucho, mucho, mucho hasta alcanzar la libertad formal. 

Y ya que estamos en modo crítica constructiva, decirle a Camilo que no se confíe, que lleva una temporanda brillando, lo cual puede llevar a dejar de trabajar... Lo digo por la interpretación del pasado martes, un poco accidentada, lo que me hizo despistarme un poco de la canción. Aún así pillé al vuelo algún verso de este también poeta en voz alta: "(...) Cruzo días como calles sin luz (...)". La verdad es que no soy el más indicado para hacer críticas de actuaciones accidentadas... Cuando llegue mi turno, me tiraré la pertinente piedra. A Antonio Espinosa no voy a tirarle ninguna piedra, su actuación fue fiel a su modo habitual de tocar y cantar marcadamente desacompasados para dejar espacio al texto cantado con energía. Lo más importante es lo que quiere decir el poeta. Antonio Espinosa nos cantó La Mancha nos vio nacer, en la que orgullosamente homenajea las principales carácterísticas de su comunidad: "Castilla te dio tu nombre, La Mancha tu apellido (...), con sus molinos de viento, que grande mi tierra que es, por eso manchego me siento". Todos los provincianos que vivimos en Madrid comprendemos la razón para hacer una canción a tus raíces. El siguiente provinciano que salió a escena fuy yo mismo, Andrés Sudón, lo hice un poco desubicado, me costó encontrar la cara para cantar Otoño, la canción que descuajaringué. Anuncié que quería cantar de nuevo la canción del taller de la semana anterior, supuestamente para cantarla mejor que aquel día. El lunes pasado la canté en un concierto sin problemas, pero el martes no le pillé el compás, o yo qué sé, me perdí y ni la canté, ni la convertí en luz, ni nada. Vah. Me recomiendo un poco más de concentración, un poco de saber estar. Es preciso tomarse unos segundo antes de ser la canción. Como hizo Daniel, sin duda un poeta, un rapero pianista que canta bien, algo muy natural y actual que me gusta ver en el MAL8. A pesar de estar sentado al piano, terminó la canción mirando al público mientras cantaba: "Bien escondido estoy, nunca sabrás quién soy, se va a cansar mi paciencia, a por ti que voy, ¡buenas noches psicodelia!". 

He comenzado esta crónica hablando de los poetas y de la impotancia de la poesía en la canción de autor, porque me he dado cuenta de que pocas veces hablo de la música cuando narro las actuaciones, siempre pongo extractos de las letras de las canciones y poco más. Tras este dilema he decidido que la poesía es muy importante para mi punto de vista, y que también debo hablar más de la música. Después, un correo de Atenea Carbajosa (al que no he respondido aún), me ha abierto los ojos del todo. Espero no estar atentando contra su intimidad si transcribo una frase de ese correo (supongo que a estas alturas sabrá que trata con un loco): (...) según las reglas de la retórica clásica la sincronización del discurso al auditorio es una de las primeras cosas a tener en cuenta (...)". Claro que sí, eso es lo importante, lo demás son cuestiones técnicas. Ella fue la siguiente participante del MAL8 (245). Me escribió porque le pedí que me enviara el poema que recitó. Lo hice, sobre todo, para poder leerlo con calma y admirar sus misterios, porque es cierto que en escena son leídos a la velocidad del pregón. Yo, personalmente, tardo mucho en leer un poema, me quedo atrapado en una idea y tardo en pasar a la siguiente. Cuando los poemas son leídos por otros, necesito que el rapsoda me lo lea como si yo fuera un niño demasiado pequeño para poder entenderlo. El significado de las palabras del poeta está en los ojos, los gestos, el tono de voz y la forma de moverse del rapsoda. Los poetas en voz alta son aquellos que nos mastican previamente el poema para que podamos digerirlo sin dificultad. Me alegro de que Atenea haya decidido practicar sus dotes de rapsoda en MAL8, así podremos disfrutar de cómo va a prendiendo a ser el poema. De momento, aquí dejo el poema que nos leyó el pasado martes para que lo podamos masticar despacio (espero que estas francas palabras sirvan de contestación al susodicho correo del que he sacado el poema que pego a continuación):

Balada de la Princesa Layandrix, reina de la ira, caminante de planos, azote de mundos. 

Alzó su espada llena

de tantos gemidos muertos
de tantos amaneceres perdidos
de lunas superpuestas

Y con un grito temblado

arremetió
La seguían hordas infinitas

de sombras y de espectros
de ululantes bestias
de 
deformes deseos

Allí, al otro lado del espejo

estaba
allí en un bastión de luz
de calor de ternura arrebatada
estaba 
encerrado o preso o raptado

engañado

seguro, 
por un lance de la vida
vivo, inconsciente o maltratado
ciego

Allí estaba y no esperaba su 

rescate su negra persistencia
su valor ante el dolor y la muerte

Cayeron ángeles a su paso

un dios lloró desconsolado
y un mundo entero
anegó de sangre y silencio
sus  planicies.

Allí, bajo la luz rota 

de una torre quebrada
huía su amor interminable
por postreras sendas hacia
otros mundos sin descanso

Alzó de la espada los ojos 

llenos de tormento
Y con un gemido atravesado

lo siguió.

Otro poeta en voz alta, urbano, clásico, poliédrico, es Miguel de Paul, que nos anunció en este MAL8 (245) que está trabajando en un nuevo disco que llevará el título de una de sus canciones más emblemáticas, Viejo blues de los viejos tiempos. Esa fue la canción que nos cantó ese pasado martes como un augurio: "El viejo blues está de moda...". En la canción defiende que todo aquello que propició el blues, por ejemplo la esclavitud, aún sigue en boga, es decir, aún hay que seguir haciendo sonar el viejo blues. También espero encontrar en ese disco los diferentes registros de este ejmplar malocho. Otra de las razones para seguir haciendo sonar el viejo blues, son los movimientos migratorios, tanto los desesperados que vemos en las noticias a diario, como los que vemos en nuestras propias familas, "personas que hemos tenido que salir para buscarnos la vida y al final hemos querido volver". Así presentó Álex García su canción Dulce hogar, en la que cuenta en segunda persona: "Rutina camino al aeropuerto, su orgullo le empuja a seguir haciendo de este mundo un pañuelo y desterrar la idea de que este no es su sitio, dulce hogar, disfrazando la realidad". La poesía y la música de Álex García me siguen pareciendo muy normales, nada destacable, en general el pop está instalado en todos nosotros haciéndonos hacer una y otra vez lo mismo, sin embargo este martes le vi especialmente carismático en escena, logró que me quedara con estos versos que he transcrito. Yo tengo que confesar que soy un vago ilustrado, es decir, solamente presto atención cuando algo me atrapa completamente; si no es así busco la diversión en mis propios pensamientos. Hago lo posible por contar esto del modo más honesto posible, con la idea de que eso servirá para algo. Espero que así sea, queridos poetas en voz alta. 

Otro de los cinco poetas que participaron en este MAL8 (245) fue Lis Makub. Me pareció muy honesto por su parte que se apuntara al taller "Otoño" y se presentara allí diciéndome que no había logrado escribir nada que le mereciera la pena leer. Al poco tiempo me comunicó que ya tenía preparado su Otoño, poema que nos recitó visiblemente abrumada por las verdades que contiene. Por mucho que yo también ejerza de poeta, no me siento preparado para comentar los poemas que se leen en el MAL8, a no ser que me los tome como una canción o como una pieza performática capaz de crear un estado mental en el público. Me gustó ver leer a Lis con emoción contenida, y esperov er cómo va desatando esa contención hasta el bello impudor. El público inti quiere vivir una experiencia real como la que ofrece Lis Makub en Otoño:

OTOÑO - CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

Olvido instantáneo, sereno, convenido, 
Cálido y colorido; 
Entre nosotros: familia. 
Un contrato no mostrado, un guión no reconocido 
Ese teatro que ¡se sube la falda!, 
Hipocresía casi obscena, casi mortal
Que comienza puntual
En cada giro de llave, en el regreso al... ¿hogar?
Guerra fría que vuelve a empezar.
Caída de hojas, silencio 
Mirada gélida a la que se llama cordial.
Saludo susurrante y pacifista, busco resquicios del verano
De recuerdos acordados o acordonados 
Mas las palabras, de pronto, son amenazas
Que atenazan
Mi garganta, de pronto en lugar de brotar
Ametrallan. 
Y mis hojas no resisten este viento, la tormenta 
Casi huyo, se desprenden; buscan paz, quizá un reducto...
Pero en el atardecer de otoño 
Sólo hay crujir de suelas que gritan socorro. 
Sin movimiento, sin camino. Inexorable avance hacia ese frío 
Que nos separa, que ampara 
Nuestro duelo. 
Él me observa. Disfraza de sonrisa la dentellada 
Confianza decepcionada 
Y responde la mentira, la tierra sacudida 
Toda máscara es inválida, apenas sostenida 
Ante esos ojos que me aterran y a la par recuerdan 
Padre e hija, manos abrazadas 
Un regazo para que una niña abarcase una guitarra.
Acordes antaño relucientes 
En el otoño presente disonantes,
Convalecientes.
"¿A qué esperas para cerrar la puerta?
¿Has salido así vestida?
Sentido del gusto ya no pido, pero 
¿Ni del ridículo?
Y vendrás con tus amigos escritores
Artistas, bohemios, apartados
Orgullosos defensores de sus despeinados
Ni con el "des" se les aplica la palabra "cerebrado". 
A pesar de lo que intentas, no ed tu mundo, 
Pero tampoco tienes cabida ya en el mío."
Ráfaga de aire y hojas muertas
Como atrezzo luminoso, como colorido parche 
Tanto como intrínseco el dolor 
Como rabioso el despertarse 
Ante una chimenea ya apagada, 
Ante unas raíces desmembradas, 
Ante una daga intencionada,
Ante una fútil, dolorosa, necesaria 
Crónica de una muerte anunciada.

Y de pronto el escenario comenzó a llenarse de paja que saltaba de las manos y de la voz de Alesandro Brando. Sentado al piano comenzó a hacer vibrar su voz lanzando paja en cada verso: "(...) Torbellinos de paja (...), ida y vuelta a la paja de nuevo (...), todo para intentar agarrar a la vida (...), para cubrir esas manchas de vida (...), y todo, y lo contrario de todo". Una canción emocionate, vibrante, que dejó el escenario lleno de espigas. Por suerte la siguiente participante fue Jimena Heredia, a la que ya nos habíamos comido hace unas semanas. Resucitada, subió al escenario, dio buena cuenta del heno que había sobre el escenario mientras murmuraba algo ilegible. No endí el título de la canción, ni la canción, ni si era una canción o simplemente una vaca muy parecida a Jimena. Igualmente nos la comimos. Ahora todos tenemos dentro de nosotros la canción de Alessandro, titulada El punto, el silencio y la nada. Tras toda esta paja mental, salió a escena la nueva participante de la noche, La gata zurda, que se presentó en este MAL8 (245) con una luminosa canción en la que propone: "Nada da más miedo que intentar escaparse volando (...), quién pretendes que agarre tu mano cuando la sombra te viene a escupir (...), ojalá venga un indio y te grite a la cada ¡despierta! y baila que baila que baila (...), llenarse las manos de plumas para volar y volar y volar...". Sea bienvenida a este club de poetas en voz alta. 

También hay poetas en voz baja. El martes nos visitó Fon, un cantautor que canta suave aunque intensamente sus canciones bellas, como Cuando Abril se va, dedicada a su hija Abril. "No hay primavera sin Abril" fue el título que equivocadamente dijo que tenía esta dulce canción en la que susurra: "Yo soy un viejo árbol en un invierno lleno de niebla, tú eres la primavera (...), cuando se va Abril todo enmudece, todo se detiene". Nosotros continuamos con Valentín Nueda, el Vampiro de Madrid, rapsoda que jerció también de poeta, porque comenzó su intervención, al igual que hicimos otros, recitando el poema que compuso para el taller de la semana pasada. Después nos deleitó con un poema de Rafael León, así te quiero, haciendo una nueva demostración de declamación clásica y contundente. El siguiente ente en escena fue Sergio Sanz, poeta en voz clara, que dedicó su canción a la pequeña Edurne, su hermana, cuyo nombre significa "nieve", "es la nieve que más calor me ha dado". Asegura que juntos son capaces de comer quilos y quilos de chocolate: "Se come todo el chocolate y el pan, sabe muy bien que hay detrás del jardín de la pared (...), se mueve locamente pero suave (...), ella tiene un bestido de chocolate amargo y mucho vuelo para cuando va a bailar, sus pies descalzos en la playa de la arena y de la miel". Sergio se acompaña con la guitarra de una forma natural, parece improvisar lo que toca, con el piano parace todo más concreto formalmente. En todo caso me gusta mucho escucharle. Así como a Alejandró, que irrumpió en escena diciendo: "Dicen que los poetas tienen musas, yo lo afirmo... Ayer me visitó a las cuatro de la mañana y me trajo una canción de amor y pasión". Y nos cantó Bella, a la que le pide: "No me hables como a un pecador (...), no digas que a mi historia sólo le falta la verdad (...) Bella, no digas que ya es tarde, tú que huíste del caos fingiendo tus certezas". Alejandro es uno de esos sabios de los que podemos aprender muchas cosas. Y las aprenderemos, porque cada vez se va alzando más su voz. 

Y hay quien está a punto de alzar la voz bien alto. El próximo martes 12 de abril podremos ver, en el horario de noche de Libertad Ocho, la puesta en escena de Andreas, el siguiente participante de este MAL8 (245), en el que nos leyó dos piezas, la primera muy breve, Eterno será tu canto, y la segunda más contundente, Llegar a viejo, cuyo texto voy a pegar a continuación, porque lo que denuncia me parece muy significativo, el problema social más grabe y olvidado: la tercera edad. Suscribo todo lo que dice, me parece terrible que las cosas sean de tal forma que no podamos cuidar de nuestros padres como ellos nos cuidaron de niños. Debe de dar mucha felicidad cuidar a tus seres queridos indefensos, sin embargo el sitema, tal y como es, nos obliga a dejarlos solos en manos de extraños profesinales. Nunca haré tal cosa, al menos mientras el sistema siga sin tragarme. Disculpen las digresiones, aquí dejo el poema de Andreas que tanto me ha llegado el pasado martes:

¿LLEGAR A VIEJO?

Viejos momificados con un vaso de agua en la mesa
mientras su joven cuidadora
coquetea con el camarero en la barra.
Viejos sentados en el parque, cada tarde, junto a su respirador.
Viejos convertidos en padres de sus nietos.
Viejos despreciados por enamorarse.
Viejos que pasean al perro por no aguantar las gilipolleces
de los hijos atrincherados en sus casas
desde hace más de cuarenta años.
Viejos en coma —que no sordos—
soportando ante su camastro cómo discuten por la herencia.
Viejos lúcidos entre ancianos dementes
que se marchitan
en preciosas residencias perdidas en el campo.
Viejos a los que se les pone a dieta, para que perduren…
Ni dulce, ni salado, ni tabaco, ni vino,
qué haríamos nosotros… (sin tu pensión).
Viejos que hacen cola cada noche en la parte trasera
de los supermercados.
Los viejos que hacen teorema de la conjetura del implacable paso del tiempo,
y es que el viejo ya sabe —y sufre— que la felicidad tan solo dura
lo que se tarda en deletrear la palabra f e l i c i d a d.
Viejos que confunden a su nuera con su madre.
Viejos que no encuentran a nadie que les escuche.
Viejos que no pueden hablar, y hablan por ellos
auténticos estúpidos.

Esta es la mierda de futuro que me espera…
Acabo de perder cualquier atisbo de esperanza:
no vale la pena llegar a viejo.
Hace un instante, apostado en esta misma ventana,
contemplaba a un anciano en su manso caminar
mientras balanceaba en su mano una botella de vino.
Se detuvo,
dio un trago largo
y alzó su semblante
hacia la faja de luz que se colaba entre las fachadas.

De pronto,
la histeria de un hombre que se hacía llamar hijo
retumbó en el remanso de paz
de nuestra calleja.
Arrancó la botella de la mano del anciano,
la estalló contra la isla de sus pies
y se lo llevó a empujones.
Cuántos insultos en tan poco tiempo.

¿Acaso no era posible
que aquel viejo —tras tomar otro trago de vino—
le hubiera contestado a ese soplapollas
que el dinero que le quedaba se lo iba a beber
y que las putas del barrio
rendirían buena cuenta de sus propinas?
¿Acaso no era posible
que el miserable del hijo
hubiera escapado calle arriba para contar a sus hermanas
el espectáculo indecente de su padre,
que se perdería calle abajo, botella en mano,
canturreando una canción de Gardel?
No,
no parece que fuera posible.
Los viejos no están precisamente de moda.

Apurando la cerveza,
en esta tarde de febrero que me sabe a primavera,
acabo de tomar la decisión inapelable
de que no llegaré a viejo.

Y, hablando de nuestros mayores, Marta Plumilla cantó Invierno, una canción dedidaca a su madre, que presentó con un hermoso y crudo monólogo en el que asegura refiriéndose a su madre: "El amor de mi vida ya estaba aquí cuando llegué, lo demás son historias, eso sí, basadas en hechos reales". Después en tercera persona nos muestra a una de esas madres fuertes y admirables: "nadie puede rebatile, tiene voz de presidenta". Marta Plumilla, poeta en voz de papel, icono del Inti, investigadora inconformista y arriesgada... podremos ver una de sus peculiares propuestas el lunes 18 de abril en Libertad Ocho. Y de pronto sale Diego Mattarucco de entre el público elogiando agilmente a la amistad "¡Vivan los amigos!". Hizo algo tan divertido que dejé de tomar notas para disfrutar de su función, en la que habló, recitó, cantó, toco el piano, corrió de arriba a bajo siempre aliterando airosamente. Es normal que su obra de teatro lleve tres meses en la cartelera de Nave Ocho. Estoy seguro de que su original propuesta tendrá muchísimo éxito. El MAL8 (245) terminó con Gabriel Vidanauta, que nos deleitó con una segunda parte de una canción anterior en la que salía un pegaso: "Un pibe cabalga en su pegaso (...), se ve que es un mago medio payaso (...), adelanta aun avión por la derecha (...)", y así va desarrollando la histora de este pibe que subido a su pegaso "intentaba decirle a la peña pequeña una pequeña verdad: que la magia es facil, y también inevitable, pero se vuelve dificil y chunga cuando niega tu poder". Y así terminó esta sesión en la que anunciamos algo muy importante de lo que hablaré claramente en próximas crónicas. De momento recordaros que el día 25 de Abril haremos esa gala de talleres pendientes de la que hablé al principio. Ya sabéis que podéis encontrar en nuestro twitter fotografías que publicamos durante la sesión (o en esta entrada del blog). Gracias por todo.

Andrés Sudón

5 comentarios:

  1. Aún tengo que leer el resto de la crónica, pero no quiero dejar para luego lo que quiero hacer ahora: darte las gracias, Andrés, por tu crítica. Muy suave me has parecido. Pero es verdad, no hay que bajar la guardia. No fué mi dia. Pero me esfuerzo y vosotros me recompensáis con vuestra atención. Mi canción fue una de las seis dedicadas a una chica muy especial, allá por 1996. Típica relación de tan amigos que juega con ir a más pero sin dar el paso. Os enlazo letra y música. Un abrazo. http://kamilospgatos.blogspot.com.es/2013/12/dos.html

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    1. Fe de erratas: donde dice seis debe decir nueve.

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    2. Ah, y una pena que me tuviera que ir antes de la aparición de Jimena...

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  2. Crónica de platino. Una maravilla poder deleitarse con las poesías, una gozada volver a masticar las canciones.
    «Baila francés» resulta ser una canción muy Inti. Tanto es así, creo q se percibe la clara influencia de Marta Plumilla, quizás no tanto en la letra, pues no soy muy bueno escribiendo literalmente, y siempre utilizo metáforas para describir lo que siento. Ahora sí, he aprendido a desnudarme tanto mirando en el espejo de Plumilla.
    Cuando un niño se sube en tus brazos, te aplasta, te clava los codos, se te duerme el brazo por la presión...pero todo ocurre de una forma tan suave...

    BAILA FRANCÉS

    Ella tiene unos zapatos
    de chocolate blanco
    sin cordones
    se los ha comido.
    Una blusa stracciatella,
    el pelo largo helado de turrón.
    Ella camina por la calle suelta
    como la nieve en manos de los niños.
    Se come todo el chocolate y el pan.
    Sabe muy bien que hay detrás del jardín de la pared
    y sirenas en el mar de la ciudad.

    Ella es suave,
    Se mueve locamente pero suave
    y baila francés.
    Ella ríe,
    el laberinto ella se lo sabe.
    Lo conocen sus pies,y baila francés.

    Ella tiene un vestido
    de chocolate amargo y mucho vuelo
    para cuando va a bailar,
    sus pies descalzos
    en la playa de la arena y la miel,
    son de trufa caracolas y coral.
    Ella es suave,
    se mueve locamente pero suave,
    y baila francés.
    Ella ríe,
    el argumento ella se lo sabe,
    LO conocen sus pies,
    se mueve locamente pero suave.

    Sergio Sanz
    https://m.soundcloud.com/piano-sanz/baila-franc-s

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  3. Ando muy liado, con la Universidad que me vampiriza; pero pienso en vosotros, y mucho, y os echo de menos. Nos vemos. Y gracias Andrés...qué bonico!! El martes próximo, sin falta!!!!

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