Como indica el cartel, el pasado martes 4 de Noviembre de 2014,
celebramos en MAL8 (Micro Abierto Libertad Ocho) un taller
titulado “Negro”. Efectivamente,
consistió en un concierto en el que todas las canciones se titulaban Negro y estaban por estrenar. Fueron
veintiuno los cantautores que se apuntaron al ejercicio-espectáculo, aunque uno
de ellos se decidió por escribir y leer un poema, razón por la que quiero
comenzar esta crónica pegando aquí el poema que no le dejé leer a Andrea Mazas… Ella me comentó que casi
tenía el poema, que lo terminaría para el martes, y yo le dije: “joder, Andrea,
para un taller al que sólo se apuntan cantautores…”. Error. Sobre todo
tratándose de Andrea, que sabe cómo
recitar en un escenario creando esa magia del arte. Aquí dejo su Negro, y al final os cuento quien fue el
cantautor convertido a poeta, actuación con la que cerramos este negro taller.
Siempre hay una luz al final del
primer túnel.
Al otro lado una mujer
empuja nuestro preludio,
nos espera.
Su vientre abierto es el agujero blanco
de la vida.
Dejamos atrás el lado oculto de
la carne,
la entraña, punto cero, el fondo
de origen,
crepita tierra y sabe a madre.
De su oscura materia, de su
temblor
estamos hechos,
cordón de raíz, húmeda, cuna y
presagio.
Del dentro opaco llegamos a darle
foco al tiempo.
Bailamos con torpeza su danza
alegre,
primeros pasos de la lluvia más
suave,
levantamos dioses de inocencia.
Caen todos, deriva súbita,
con el primer rayo de amor.
Su destello aviva el pulso,
desnuda
el nombre al que acudimos, lo
unimos
con lazo inútil al nuestro,
cinta frágil.
Cumplimos la edad de la
primavera.
Llega como un atentado,
como si todo empezara de nuevo,
como si los amantes nacieran
en los ojos de su llegada.
Se abre una espiral en la luz.
La recorremos con nuestros pasos,
que preguntan, que disparan
la espuma de lo que se aprende,
que revuelven las dudas, que no
acaban,
se hacen parte del zapato.
Cada vez aprieta menos, cada vez
es
más ligera la marcha, más hondo
el rastro.
El giro se estrecha en el mapa
circular.
Se restan a lo ganado las
renuncias,
lo inexplicable, la ausencia
sin días para aceptarla, para
asumir
el cansancio, el asolado
recuerdo, el presente
como destino, como sueño de otro
que acaba.
Al fin la línea es solo un punto,
sin retorno.
Bajo el barniz que decapa la
muerte,
el pálpito deshecho en viruta,
último bucle.
Se enciende el fuego frío de la
fuga final
al borde del enigma, casi
intacto.
Los párpados caen, alas sin
vuelo,
y el corazón suelta amarre.
Continúa
de nuestro camino su estela.
Somos ya señal que levanta otra
mañana,
gas que infla otra memoria,
latido callado
en nuestro grabado en negro.
Una de las peculiaridades de este
taller, fue que participaron artistas que nunca habían compuesto para nuestros
talleres, alguno incluso nunca habían actuado en MAL8. A algunos de ellos les pedí personalmente que estuvieran, ya
que me parece que su participación en este experimento es tan buena para el MAL8 como para ellos. En seguida os
digo quienes son. Y ya paso a contaros lo sucedido en este MAL8 (172), taller “Negro”,
que comenzó con la única actuación fuera de taller, la del rapsoda Valentín, que nos regaló la declamación
de un texto de Rafael de León que cuenta una historia de amor entre dos
miembros de familias rivales. Así se abrió el telón de esta emocionante tarde.
La primera canción titulada Negro, la cantó Liz Scott, en ella pregunta “¿a dónde vas con la cuadrícula gris de
los ojos?”, y en la que afirma “tu pena turbia me pone mala”. Muy bonita
melodía. Como esta crónica es de un taller, me gustaría pediros a los
participantes, que dejéis en comentarios material para conocer el trabajo que
hemos hecho, como el texto de la canción , un vídeo, o una narración de cómo
fue componer Negro. Gracias de
antemano.
La segunda canción nos la trajo Dani Mayo, quien está en un momento
nada negro, ya que acaba de publicar un disco. Nos dijo que la había compuesto
el pasado domingo, y pude cazar de ella estos versos: “Negro, el cielo estaba
negro, bajé la mirada hacia el suelo y me encontré con tu amor negro”. Una
música muy bella.
Enrique Sánchez fue el primero al que se ocurrió usar el término
“negro” para referirse al dinero. Una canción divertida e interesante, que
espero volver a escuchar o a leer en comentarios.
Una de las cosas curiosas de
estos talleres, es ver cómo el mismo tema, lo lleva cada uno a su terreno,
dando lugar a una variedad exquisita. El siguiente participante, Víctor Argaña, nos trajo una rumba en
la que, de forma muy amena, canta “yo que iba para negro, me quedé en judío
feo”.
Puede que la siguiente actuación
sea mi favorita de este taller. Juanlu
Mora nos sorprendió con una canción deliciosa. Ya sabía yo que, con el
tiempo, Juanlu terminaría siendo tan
original, sutil, conmovedor y espectacular con la música como lo es con la
poesía. Ya empiezan a salir de esa cabeza matemática y espiritual, joyas como
su canción Negro. Antes de comenzar,
dijo: “cejilla en seis, mi menor, uno” y comenzó esta pieza dividida en cuatro
partes, la tercera recitada, en la que hay una trompeta simulada con gusto.
Espero impaciente su material en comentarios.
Y no hay duda de que la actuación
que menos me gustó fue la siguiente. Hablo del cantautor Andrés Sudón, es decir, de mí. Son muy pocas las veces que no he
llegado a tiempo con mi canción a algún taller, de hecho mi nivel de auto
confianza ha llegado a tal extremo, que dejé pasar el tiempo y no me puse a
componer hasta el domingo anterior al taller. Lo que me sucedió fue que me
encontré ante una canción que necesita mucha elaboración y maceración. Según
estaba trabajando, notaba como iba a ser imposible tenerla para el martes. Aún
así, hice un esfuerzo enorme apara no llegar allí sin nada, convencido de que
iba a mostrar un boceto de lo que luego terminaría tranquilamente. Mi Negro es una canción complicada armónica
y melódicamente, y quise añadir una complicación más con el ritmo. La cuestión
es que en el escenario no me salió como yo quería, porque me cuesta bastante
concentrarme cuando estoy imbuido en las labores de coordinación del MAL8. No tengo excusa, porque otras
veces lo he hecho sin problema, pero en esta ocasión me confié demasiado e hice
una castaña en escena. Espero volver con ella terminada y mostrarla en próximas
ediciones. Será entonces cuando cuente algo más de ella.
La siguiente en escena fue mi
hermana Marta Plumilla, quien nos
regaló una bella e intensa composición en la que habla de lo negro que ha
encontrado frente a ella: “vi un plátano al pudrirse tornar su amarillo en
negro, y a una madre al despedirse sacar un pañuelo negro, pero nada fue tan
negro como su melena entre tus dedos”. Sobrecogedor. La música, la melodía, la
letra, toda ella clarísima luciendo su Negro.
Juan Antonio Ordóñez me comentó que se emocionó mucho componiendo Negro, espero que nos lo cuente con
detalle en comentarios. Era evidente al verle interpretarla, sobre todo cuando
canta “pintaré este nuevo mundo con el banco de otro rumbo”.
Era fácil pensar que en esta
edición todos tenderían a componer piezas oscuras, sin embargo, SilNé apostó por el humor, cosa que se
les da especialmente bien. Hay que decir que incumplieron una norma muy
importante, más que nada porque es la única norma que hay en el taller:
titularon la canción Yo no soy negra
en vez de Negro, como se titulan el
resto de las canciones. Eso sí, la canción es una maravilla: “Yo no soy negra,
como podéis ver, pero estoy negra de tanto enteradillo que no sabe de la misa
la media…”. Como saben hacer con maestría, usaron el humor para hacer una
certera crítica social.
Rubén Artabe, que actuaba por última vez en Madrid antes de
regresar a Galicia, participó en este taller haciendo apología del objeto de
nuestras composiciones: “todos te odian por tu tempestad, y yo te adoro,
negro…”. Un placer haber disfrutado de su presencia durante tres ediciones.
Camilo Crespo, el siguiente en escena, hizo también una
canción-protesta: “Me ponen negro los blancos con ansias de poder”. Una crítica
a la clase política que concluye: “por eso negro sobre aquí debe quedar
constancia (…), nunca fue tan negro el color del capital”. siempre agudo,
elegante y desgarrado Camilo Crespo.
Al principio comenté que a este
taller se han apuntado compositores a los que les he pedido personalmente que
vengan a disfrutar de este ejercicio. Uno de los que convencí fue a Antonio de Pinto, quien participó por
primera vez en solitario en uno de nuestros talleres. Vino a estrenar su
canción acompañado por el flamante guitarrista Antonio Toledo, aunque ya la ha grabado en su próximo disco (que
según tengo entendido saldrá en Febrero de 2015). “No soy un color, soy la
ausencia de él”, dice esta pieza bellísima, sencilla y profunda.
El siguiente participante, Claudio H, no sólo participaba por
primera vez en un taller, sino que también era su primera vez en MAL8. Él es otro de los cantautores a
los que invité a participar personalmente. Según nos contó, le vino la
inspiración ese mismo día, la compuso entre clase y clase, y vino a cantarla.
En Negro dice. “Negro, negro, negro,
soy un trozo de metal, me confundo al caminar con lo oscuro de la noche que
hace sombra al pasar”.
El siguiente en mostrarnos su
trabajo fue Javi Muelas, que no
puede asistir a las sesiones normales, pero no se pierde ni un taller ni una
gala, y en estas ocasiones podemos observar cómo cada vez se le da mejor el
oficio de cantautor. En Negro nos
contó la experiencia de “estar en medio de una noche oscura y que se vaya la
luz”.
Otra de las personas a las que les
pedí que participara en este evento, fue la cantautora Patricia Lázaro. Supimos por Facebook que pasó una noche entera,
casi sin dormir, terminando la canción con la que luego nos deleitó provocando
una de las ovaciones más contundentes de la tarde. “Soy exactamente la persona
que yo pensaba, pensando de más…” dice, entre otras muchas cosas, esta canción
que seguramente estará incluida en el repertorio de sus próximos conciertos. Un
regalo para nosotros y espero que también para ella, su participación en el
taller “Negro”.
La siguiente canción fue
especialmente interesante, ya que su autor, Javier Cuenca, tiene una especial visión del negro, una que sólo él
nos puede cantar. He encontrado por ahí la letra, aquí la dejo:
Negro, tan negro como el agujero
de la oscuridad.
Negro de humo con cuervos en celo tirando a matar.
negro en el blanco distorsiona el claro de luna
Con rayos de bruma.
Negro de humo con cuervos en celo tirando a matar.
negro en el blanco distorsiona el claro de luna
Con rayos de bruma.
Negro, tan negro con trazos de
barro en el liso cristal.
Negro que ensucia el instante perfecto y lo vuelve a quemar.
Negro en el alma de los que no saben ser puros
y buscan fortuna.
Negro que ensucia el instante perfecto y lo vuelve a quemar.
Negro en el alma de los que no saben ser puros
y buscan fortuna.
Black in black,
Blanco en el cielo abismal del invierno más crudo.
White in white,
Negro en la constelación de los sueños de junio.
Blanco en el cielo abismal del invierno más crudo.
White in white,
Negro en la constelación de los sueños de junio.
negro, tan negro, voraz enemigo
de la luz del sol.
Negro de espina en la rama entreabierta del sauce llorón.
Negro es un tipo que escribe lo que otros le dicen
y cobra una pasta.
Negro de espina en la rama entreabierta del sauce llorón.
Negro es un tipo que escribe lo que otros le dicen
y cobra una pasta.
Black in blac...
El tío Antoño nos contó la historia de alguien que “se oculta de la
aduana, le gustaría ser de curso legal, pero asume que su destino es negro
total”. También le hizo un guiño a la acepción que afecta al dinero, “negro con
destino Suiza”. Siempre con su peculiar estilo tioantoñesco, cada vez más
pulido.
El siguiente en participar en el
taller “Negro”, fue un mítico del MAL8, el cantautor Manu Clavijo, que comenzó agradeciendo a Diego “las tres primeras
notas de la canción”, la cual dice: “negro estaba el sol, aunque me alumbraba,
negra está mi voz, pero aún puedo cantar (…) cómo darle un hogar a tu carcajada”.
Maravillosa la aportación de Clavijo,
como siempre.
A los tres siguientes artistas en
escena también les pedí personalmente que participaran en este taller, seguro de
que iban a disfrutar de la experiencia y a aportar a nuestro elenco calidad en
todos los aspectos. El primero de ellos fue Enrique Amigó, creador del grupo Esfumato, una de las propuestas más frescas y originales de la
canción de autor. Enrique es un valiente, y salió al escenario con media
canción sin componer, afirmando “me gusta no tener clara la canción Negro”. Nos dijo que sólo tenía la
primera estrofa, y que necesitaba verbos bisílabos para terminarla en directo.
Al final acabamos todos componiendo la canción. Ojalá hubiera un vídeo del
momento, porque amigó logró un
espíritu de taller muy elevado.
Después, también por primera vez
en uno de nuestros talleres, pudimos escuchar al maestro Alberto Alcalá. Nos regaló una canción que, a mi parecer, se acerca
a derroteros diferentes a los habituales en sus composiciones, a saber, más
pop, menos flamenco. “Pero entonces no fui yo, y aunque sabía que volvería
negro el recuerdo…”. Una maravilla que espero volver a escuchar pronto. Por
cierto, si no lo sabéis, Alberto Alcalá
está todos los sábados a las 20h haciendo versiones en La Fídula, entrada libre, after pay, recomendadísimo.
También por primera vez en uno de
nuestros talleres, pudimos escuchar al gran Sergio Sleiman, uno de esos cantautores capaz de generar una
belleza gigante dando luz a lo pequeño. Qué canción tan bonita nos trajo: “miedo
que vienes de tan atrás, dime que pronto te marcharás…”. No puedo reproducir
con palabras lo que la música transmite, sólo poner un trozo de la letra del
estribillo que pude cazar en el aire: “Duele tu cuchillo negro, negro, grita en
el silencio el corazón, cuando todo duerme, queda lejos tu canción”. Una
canción perfecta para ahuyentar al negro que a veces nos acosa.
El día que propusimos el taller “Negro”, estaba presente nuestro negro
más querido, Julio Hernández, quien
no dudó ni un instante en apuntarse el primero. El primero que se apunta suele
ser el último que actúa, y así lo hicimos. Al principio conté que este era el
primer taller en el que sólo había canciones, pero el negro, con todo el
derecho del mundo, nos trajo el poema que pego a continuación, una guinda
perfecta y negra para este MAL8 (172),
taller “Negro”.
Mamy, ¿qué será lo que quiere el negro?
Wilfrido Vargas
La realidad se viene encima.
Eladia Blázquez
¿No ve que ya no caben más ceros
en la estafa?
¿Qué los trucos de mano, los
golpes de efecto,
La magia financiera están a la
baja
A medida que aumenta la
estupefacción,
En un público al que los ajustes
en las sisas
Y los cortes de mangas ya no
hacen gracia?
Ni los niños, juegan ya al
asombro.
Ni el Sentido común son tres
palabras alineadas.
Algo está encendiendo el fuego
Que socavará el cimiento
osteoporoso
Y enfermo; hasta la idea, del
sistema.
Algo impreciso con cara de niño
De negro en la valla,
De barrio lleno de polen y de
paro,
De cantautor con hambre,
De noticia almidonada
De ciudad atestada de SMOG y NO2,
De carriles bus, poltronas y
maletines ocupados
Llenos de un agujero negro.
Algo está naciendo aquí
Haciéndose sitio, ahora.
Deponga su actitud conciliadora.
Viene la historia, como Godzilla
Atropellando la indecisión,
Y estás en su camino.
Con tus ojos turbios,
Tu conciencia negra,
Tu ceguera.
(Julio Hernández).
Así terminó esta negra edición,
en la que estrenamos veinte canciones y un poema con el mismo título: Negro.
Una experiencia irrepetible e inédita, que vivimos con gran expectación.
Gracias a Plumilla por las fotos, a
los artistas por su esfuerzo, talento y generosidad, a Libertad Ocho por propiciar estas experiencias únicas, y a vosotros
por leer, comentar y compartir.
Andrés Sudón