jueves, 25 de septiembre de 2014

Crónica de Micro Abierto Libertad 8 (166). 23/09/14



Ayer, martes 23 de Septiembre de 2014, celebramos la edición nº 166 de MAL8 (Micro Abierto Libertad Ocho), en la que veintisiete artistas, cantautores, poetas y músicos, subimos al escenario del mítico Libertad Ocho para compartir nuestra obra y enriquecernos mutuamente. El concierto comenzó con Juanlu Mora, poeta matemático y cantautor de profunda voz. Introdujo su canción Al norte del sur con unos versos propios: “Cuando nuestros silencios / no sean los de ahora / (silencios de sábana, luna y compañía) / sino que sean presagio / de ausencia de besos / palabras muertas / o salas de espera de algún hospital  / habrá que decir algo // adiós, por ejemplo”.


Comenzamos esta edición a lo grande. El segundo en escena fue  Manu Clavijo, pilar fundamental del MAL8, al que vi especialmente enchufado. Nos cantó una canción que he escuchado muchas veces, Las paradojas del destino, pero esta vez la hizo diferente, más intensa, jugándosela con el registro de voz, el cual hizo que la canción llegara más entera a nuestros golosos cerebros. En ella habla del desencuentro de una pareja de ancianos. Para conocer la historia, es mejor que la escuchéis a que os la cuente yo.


El tercero de la tarde fue nuestro admirado y querido Caso Omiso, cantautor capaz de crear gran expectación cuando sube al escenario. Soy incapaz de decir de qué va su canción, pero os aseguro que me llegó completamente, creó en mí un estado mental casoomisiano. La canción se titula Cantar “Chocho” en Libertad Ocho, y no puedo decir más de ella que me encantó. Caso Omiso es uno de esos cantautores cuyo personaje da peso y sentido a sus canciones, si se propusiera ser una estrella de rock, lo lograría enseguida.


A continuación salió a escena Juan Carlos Cristiano, quien ya está presentando aquí canciones nuevas tras la reciente publicación de su primer álbum. Estrenó la canción Aviones de papel, en la que anhela “poder viajar ligero”. El nervioso y tímido Juan Carlos se transforma cuando sube al escenario, donde despliega su fortaleza y templanza.


Ya podríamos decir que Liz Scott es una habitual del MAL8. En esta edición nos mostró otro de sus retratos, esta vez titulado La vida exagerada de Isabel. Si alguien quiere saber más, puede que en “comentarios” los participantes hablen detalladamente de la canción que han cantado. Amén.


El lunes de esta semana tocó en este escenario Juan Matute, querido parroquiano de Libertad Ocho. Por lo que me han contado, su concierto fue un éxito en todos los sentidos. Con esa energía salió ayer a participar en el MAL8 (166). Nos cantó una ranchera de Agustín Lara titulada Canción de frontera.


Después salió a escena el protagonista de este otoño en MAL8, el poeta José Miguel González, autor de la letra de todas las canciones que cantaremos la semana que viene. Haremos un taller que lleva su nombre, ya somos dieciocho los cantautores que hemos musicalizado alguno de sus poemas. Si quieres participar, encontarás instrucciones aquí, en el evento de Facebook. En esta edición nos leyó un poema, según dijo, “dedicado al hombre de mi vida”, que comienza diciendo “Querido William Sakespeare…”. En el poema enumera detalladamente cómo los elemento de la obra del genio, personajes, situaciones, lugares, han calado en su vida. Él suele publicar en su muro los poemas que lee aquí, ahora también irán apareciendo en su blog. ¡Qué bien lo vamos a pasar la semana que viene!


Nos visitó por segunda vez Víctor Argaña, en esta ocasión para “darle al ventilador” cantándonos una rumba titulada María Elena, a la que no le faltaron palmas y coros.


La siguiente en escena fue Marta Plumilla, que presentó su canción Casa hospital diciendo: “yo vine aquí por una herida en un brazo, y no aún no me han dejado salir”. Una divertida y profunda ranchera a la que tampoco le faltaron coros de marinero: “ay, ay, ay, ay ay, ay ay, ay, ay, ay ay”, dijimos todos a la orden de “¡ninguno conmigo!”.


La poeta Mariana Kruk fue la siguiente en subir al escenario de Libertad Ocho. Esta vez no nos leyó los poemas de su “Abrileando”, tuvo el detalle de recitarnos lo que está escribiendo últimamente, dedicados a “un amor que tengo en BBAA”. El primero que nos leyó comienza diciendo “mi paz es tuya”, así como su vértigo y su insomnio. El segundo se titula Lo digo por experiencia, y terminó con Conclusión: “al final no era ni Baires ni Madrid, sos vos”. Una actuación muy emotiva.


El siguiente en escena fui yo mismo, Andrés Sudón. Canté la canción con la que comienza mi último disco. Se titula Si entras en mis ojos, y es una invitación a adentrarse en mi mundo, es decir, en mis canciones: “si entras en mis ojos, verás con claridad tu oscuridad”; eso sí: “abre de par en par la cortina de rutina de esta rara realidad”. En todo caso, “entra conmigo en la canción, eres comandante de mi revolución mental” y yo “argonauta de tu expedición astral”. Como siempre, un gusto cantar ante un público tan receptivo y numeroso.


Lucía Díaz cantó en este MAL8 (166) la canción que compuso para el taller “Palabras salvadas” (del que esperamos hacer próximamente un disco), la cual presentó diciendo: “pronto van a empezar a caer las hojas de los árboles, pronto mi niña interior va a empezar a jugar con la Hojarasca”, que es como se titula esta canción tan bonita, mi favorita de su repertorio.


En este punto llegamos al ecuador de esta intensa sesión, llegó el momento de conocer a los nuevos participantes. El primero al que conocimos fue Edulibra, cantautor recién llegado a Madrid. Trae un estupendo repertorio, de gran calidad a mi parecer. Para estrenarse aquí nos cantó Deja huella, canción que presentó haciendo una reflexión acerca de qué nos une a todos los que estamos en los micros abiertos, siendo todos tan diferentes. Al final todos coreamos: “deja huella lo que camina, sal a su encuentro, eres tu guía”. Puede que eso que tenemos en común sea esa búsqueda de camino y esas ganas de dejar huella para quien venga detrás.


Los siguientes dos nuevos participantes fueron dos instrumentistas. El primero de ellos fue el flamante guitarrista Facundo Di Giorgio. Se presentó en MAL8 con su guitarra eléctrica para tocarnos un tema instrumental que de introducción a coda estuvo en lo más alto, puro clímax sin descanso. Nos gusta que vengan músicos a este micro abierto de cantautores, aprendemos de ellos ciertas cosas a las que quizá no prestamos mucha atención, como tener una técnica impoluta y certera. Supongo que también pasa a la inversa, y puede que Facundo haya observado cómo la dinámica cambiante de las piezas musicales es importante.


Y la tercera nueva participante también es intérprete instrumental. Pregunté durante las presentaciones que si había alguna persona en la sala que quisiera participar por primera vez en el MAL8, no fuera que alguien estuviera retenido por su timidez. Y así era. Lisbeth, ser armó con su violín y su arrojo y salió a tocarnos la pieza principal de la banda sonora de La Misión, compuesta por Ennio Morricone.


Tras conocer a los nuevos participantes, continuamos con los habituales. El siguiente fue el trovador Ignacio Jovtis, que nos contó que hace lo mismo en sus dos oficios, pues es una de esas personas que tratan de crear un mundo mejor, y pone todo su interés y corazón tanto cuando hace y canta canciones, como cuando trabaja como jurista. Aquí estaré se titula la canción en la que describe sus azañas.


Después vivimos uno de los momentos más emotivos del MAL8 (166), por no decir el que más. SilNé, acompañados por las percusiones de Donato, crearon ese momento. Silvia presentó la canción y no pudo evitar emocionarse mientras la cantaba: “Padre, cuando no van bien las cosas, me refugio en tu recuerdo, abrigada en una ola de bondad”. La emoción inundó la sala, y la canción terminó con una rotunda ovación.


Y parecía que se habían puesto de acuerdo, porque Miguel de Paul presentó una canción titulada Madres, un rocanrol en el que enumera todas las modalidades posibles de madres con sus peculiaridades. Veo muy fuerte a Miguel, muy poeta, muy seguro en escena, me encanta.


Y llegó el momento del torbellino de Ángel de Andrés. Él mismo marcó el ritmo de las palmas para que su canción comenzara en lo más alto. Nos cantó Yo sólo soy de la vida un cantor, que sigue diciendo “a mí me gusta cantar al amor”. A nosotros nos gusta que lo haga, y siempre disfrutamos de su energía.


Osvaldo Lindner sigue deleitándonos e instruyéndonos con género del otro lado. Nos cantó de nuevo la canción Puñadito de coca, dándonos indicaciones del contexto de la canción, dónde y cómo nació, etcétera. Es un gusto aprender cosas tan bonitas e interesantes.


El rapsoda Valentín desplegó todo su arte escénico recitándonos un poema de Manuel Benítez Carrasco titulado El caminante, un poema muy apropiado para los que nos dedicamos a la farándula. Se notan mucho sus enormes tablas, aprendemos mucho de su tajante solidez en escena. Parece que estos dos últimos participantes se han juntado para hacer algo juntos, habrá que estar atentos.


El siguiente en escena fue el bueno de Daniel Mayo, que en esta edición hizo eso que tanto nos gusta: estrenar una canción recién compuesta. Se titula Miradas y es muy bella. Me encantan su timbre de voz, los temas de los que habla, su visión y su persona en general.


A Mayo le siguió David Armas. En su canción, de la que no pude apuntar el título por estar a mil cosas a la vez, dice: “he de encontrarte algún defecto, de lo contrario esta noche no dormiré tranquilo”. Espero verle por aquí y conocer más su trabajo.


Y estuvo este martes nuestro amigo Chen Ming, esta vez para cantarnos en chino, su idioma natal, la canción Amor de un marinero.Cada martes su amigo Óscar, con quien ha cantado a veces en MAL8, viene a primera hora hora, una vez comenzado el espectáculo, y me confirma que Chen Ming va a venir a las ocho y media. También me da un papel en el que está escrito el título de la canción que va a cantar. El papel es un albarán usado de la tienda que le impide llegar a las siete. Óscar, también chino, graba en vídeo todas sus actuaciones, y estoy seguro de que ese material gráfico y sonoro lo envían a su casa. Chen Ming es un intérprete excelente, con muy buen gusto para seleccionar las versiones que nos suele cantar aquí, con gran sentido del humor, y un respeto esquisito al escenario, así como al público. Está bien que haya espacios como este, donde uno pueda lucirse, dar lo mejor de sí. Esa es una de las funciones del MAL8, que tiene como premio un espectáculo de tanta calidad.


Las dos en punto tocan este sábado (27 de Septiembre del 14) en Libertad Ocho, y ahí estaré para hacerles el sonido y disfrutar de su mundo alegre a pesar de los pesares, divertido y honesto. Rafa compone las canciones que el corazón del grupo, Mila, canta con gran  carisma. Para convencernos a todos de que vayamos a escucharles, nos cantaron uno de sus hits, La perla del Caribe, una joya de canción.


El penúltimo, ya fuera de tiempo, como espero que no vuelva a pasar, fue Dani Aguilera, cantautor rapero, gran poeta, que nos trajo una canción aún sin título que nos dejó boquiabiertos y con ganas de más. Espero que así sea.


Y la sesión terminó con quien después hizo un conciertazo en Libertad Ocho, nuestro querido Javier Cuenca, que tanto para terminar el MAL8 (166), como para su estupendo concierto, contó con la colaboración del violín y los coros de Manu Clavijo. Un final perfecto para esta sesión excelente que anuncia un curso muy intenso.


Tenemos muchos proyectos en la cabeza: talleres, discos, excursiones… Ya os iré contando. De momento nos vemos el martes que viene en el taller “José Miguel González”, que promete ser una sesión impresionante e inolvidable. Gracias a Plumilla por las fotos, a los artistas por su talento y entrega a Libertad Ocho por el espacio, el tiempo y la magia, y a vosotros por leer, comentar y compartir.

Andrés Sudón

José Miguel GonzáleZ, Juan Carlos Cristiano y Juanlu Mora antes del MAL8 (166)

2 comentarios:

  1. una velada extraordinaria por su calidad musical y poetica y la variedad de estilos y poemas que se escucharon .Cada martes es mas entrañable.Es una lastima que dure tan poco en relacion a todo lo que hay que oir de bonito.Debia ser mas laaaargo y que nadie se quedara fuera por falta de tiempo.

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  2. Para mí el martes pasado fue un día muy especial. Como bien dice Andrés, esa noche daba un concierto en Libertad Ocho del que conservo un hermoso recuerdo. En el Micro propiamente dicho canté "La rosa y la espina", la canción que cierra mi más reciente disco, "Cine francés". Una pieza que me gusta definir como psicotrópica por la atmósfera y lo que cuenta. Me acompañó al violín Manu Clavijo, que también lo hizo en varios temas más durante el concierto. Un lujo.

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