sábado, 15 de febrero de 2014

Crónica de Micro Abierto Libertad Ocho (134) 11/02/13



De nuevo una página en blanco en la que contar otra gran sesión de MAL8 (Micro Abierto Libertad Ocho), en este caso la nº 134, la cual celebramos el pasado martes día 11 de Febrero del 2013. Antes de comenzar el relato, me gustaría invitaros a hacer algo. Estas crónicas sirven para que quede constancia de lo sucedido en cada sesión semanal de micro abierto, ya hemos comprobado lo curioso que es ir dos años atrás y leer cómo andaban las cosas por entonces. Creo que ese es uno de sus principales valores, el de documento historiográfico. Muchos de vosotros hacéis comentarios en Facebook cuando la comparto, pero esos comentarios se pierden en los anales de la red. Sería enriquecedor encontrar esos comentarios cuando se lea la crónica en el futuro. Para ello hay habilitada una opción abajo, donde pone “Publicar un comentario en la entrada”, donde puedes escribir cómo fue tu actuación, cómo te sentiste en escena, quién te gustó más, algún consejo constructivo para alguien, alguna propuesta para la organización… Todo es útil y sirve para dar dinamismo a esta crónica semanal que escribo con cariño y entusiasmo.



Y tras suplicaros que hagáis comentarios en la entrada del blog, no sólo en Facebbok, paso a contar lo sucedido en el MAL8 (134). La primera actuación de la tarde fue la de la cantautora y poeta Lucía Díaz, que, como hace habitualmente, introdujo su canción con un poema. Nos leyó Las montañas creen en mí antes de cantarnos Recuérdame, “que un día volé”, dice esta ingrávida melodía.




Juanlu Mora, el siguiente en escena, usó el mismo esquema: “Cuando nuestros silencios (…) sean presagio de falta de besos (…), tendremos que decirnos algo, por ejemplo adiós”, recitó antes de cantar una canción en la que ve “la espalda de Dios”, supongo que porque “somos personajes de un libro de ciencia ficción”. Fascinante el mundo literario de Juanlu.




El tercer participante, el poeta Karim Cherguí, leyó tres poemas (parece que es la medida estándar de lectura en un micro abierto de poesía). En el primero nos confiesa que tiene “dos corazones”, Historia de mi otro corazón. El segundo tiene un título que no deja leer entre líneas, en sus apenas seis versos, Me importas un carajo, Laura. Terminó con un impactante poema titulado El día en que tú y yo nos supimos, de repente, lunes.




Lo primero que hizo Caso Omiso al ponerse ante el micrófono, aparte de crear expectación, fue felicitar a Marta Plumilla por el concierto de presentación de su disco el día anterior en Galileo, todo un acontecimiento al que agradezco que hayan ido los malochos en masa, ya que es un proyecto que me tomo como mío propio. El gran Caso Omiso es uno de los que acudieron, y ahora estaba en el escenario a punto de cantar Conmigo tu ombligo, curiosa composición en la que toca un solo acorde entre recitativo y recitativo, repitiendo en el estribillo “tú follabas con ardor, y no era conmigo”. Siempre interesante y sorprendente.




Al siguiente participante le conocimos la semana pasada, el veterano Juan Antonio Ordóñez, que continuó dándonos detalles de su concierto “Cincuenta años”, del que nos presentó otra canción, Cumpliendo los cincuenta, en la que recomienda “es preciso inventarse un nuevo amor” y “es preciso iluminarse, renacer el nuevo amor”.




Olivia Tomé volvió a darnos una muestra de poesía orgánica. El texto relata y representa una llamada, “cállate, cada palabra que dices me gusta más”. Es todo verdad, ella habla de verdad, cuenta la verdad, se emociona de verdad mientras expresa lo que ha creado. Ella es una de esas artistas que dan la vida cada vez que salen al escenario. Eso es lo que aprendemos de ella cada semana.




La actuación más impresionante de la tarde fue la de Miguel de Paul, que nos dio una gran sorpresa dando un giro estilístico de trescientos sesenta grados. Pasó de ser un roquero de voz tímida voz, a un luminoso trovador de voz robusta. Parecía Javier Bergia. Nos cantó una novísima canción que cuenta en primera persona los avatares de cruzar el Estrecho de Gibraltar: “y me muero y me muero y no llego”. Interesantísimo este salto cualitativo de Miguel de Paul. La ovación fue tremenda.




La siguiente voz que clamó en nuestro (fértil) desierto, como dice Dani Fernán, fue la de Camilo, con Tengo algo que decirte, una canción de amor perdido, “ahora que te marchas, tus ojos dicen lo que tu boca calla”.




José Miguel González continúa mostrándonos su faceta de relatista. Tras felicitar a Marta Plumilla por su precioso concierto del lunes pasado, nos leyó La almadraba, la autobiografía de un atún rojo al que le suceden una suerte de aventuras en sus viajes, en lo que se encuentra con un poeta… Nunca dejará de sorprendernos.




Antonio Pastor Gaitero también optó por la fórmula de recitar un poema antes de cantar la canción. En el poema introductorio aseguró: “he creado mi propio banco (…), acude a mi rescate (…), adéudame besos”. Después nos cantó una canción también llena de poesía: Crecemos a golpes: “Y seguimos creciendo ante la duda y el miedo. / Para vencer el miedo nos mentimos gritando / y escuchamos negando para vencer la duda. / Almacenamos ira perdiendo tolerancia, / el poder nos enseña a leer libros en blanco / y nos regala el miedo a los dioses y a la noche / y así seguimos solos venciendo soledades”.




El siguiente fui yo mismo, Andrés Sudón, que para difundir que al día siguiente recitaba mi hermano Suso Sudón  en Libertad Ocho, canté un poema suyo musicalizado por mí, En celo, un bolero en toda regla al que no tuve que intervenir en su estructura cuando le puse música, una pieza que ya contenía el espíritu que extraje de ella. Me gusta mucho cantarla.




La siguiente actuación consistió en la colaboración de Diego Mattarucco con María Malena, que vinieron a hacernos una muestra de lo que ahora mismo están haciendo mientras escribo estas palabras. Muy bonita la pieza que hicieron con Diego al piano y Malena recitando.




Carlos Galán, el siguiente en escena, nos dijo que iría rotando entre recitar poesía, tocar con la guitarra y cantar acompañándose con el piano, cosa esta última que hizo en esta ocasión para cantarnos su canción Jóvenes libres, que aseguró escribir nada más llegar a Madrid, cuando “el amor fue un lujo del olvido”.




Los siguientes fueron el bonito dúo que forman los hermanos Daniel y Alma, que tuvieron el detalle de hablarnos un poco de la anglófona canción The perfects words, para los que no nos enteramos muy bien; se trata de encontrar las palabras perfectas para un momento trascendente, la última vez que van a hablar. ¡Qué bien suenan!




El bello Manu Clavijo cantó un poema de Rosalía de Castro musicalizado por él, que cuenta la historia de una mujer que vagaba por las calles, y que un día, sabiendo que nadie la esperaba en casa, decidió no volver. La canción se titula Soia y es un relato sobrecogedor cantado con la capacidad interpretativa a la que nos tiene acostumbrados.




Este martes, todos felicitaron a Marta Plumilla, la siguiente en escena, por su excelente concierto del día anterior, en el que presentó su disco Sonata (…) interior. Ella salió como si nada y cantó Qué raro, una tremenda historia en la que la protagonista se da cuenta de que la han abandonado y está sola en casa, eso sí, sin dejar de la do el humor y la profundidad. Al terminar su maravillosa interpretación, agradeció a todos los que la apoyaron el lunes pasado, que fueron muchos. Si quieres participar en la campaña de crowdfunding de su disco, pincha aquí.



Los penúltimos de la tarde, SilNé, nos debían la tercera parte de su trilogía. Nos han presentado, del poema de Quevedo acerca de la nariz de Góngora, tres versiones, tres maneras de musicalizarlo. La primera fue la “depre”, la segunda fue la “swing”, y la que nos presentaron esta semana, fue “la canción del verano”. Incluso se molestaron en enseñarnos el estribillo para que todos lo cantáramos, cosa que hicimos con gran ambiente festivo y estival.




Y, como es habitual, la sesión terminó con la actuación del artista que después haría un concierto en el escenario de Libertad Ocho. Al final del malocho cantó “una canción que canto muy poco”, y después, por la noche, hizo un concierto histórico. Su banda es de lo más auténtico, unos señores de la montaña, buenísimos músicos, que me resultaron perfectos para El Tío Antoño, por peculiares e interesantes, comprometidos con la sana diversión. La verdad es que disfruté infinito del concierto. Fue una gran tarde, como todos los martes, que entro en Libertad Ocho a las seis y media de la tarde y salgo quién sabe cuándo. 


La próxima semana celebremos la edición nº 135, y después, concierto de Clavijo y Fernández Fernández, que tras la reciente publicación de su disco homónimo, tienen al público deseoso de verles en directo, yo entre ellos. Ya me despido. Enseguida subo las fotos que cada semana nos manda Marta Plumilla. Gracias a todos por todo.



Andrés Sudón.


4 comentarios:

  1. Bulle mucho bello, los martes. Me quedo con mucho, aunque esta vez sobre todo con la actuación de Miguel de Paul.

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  2. Ante todo te doy las gracias, Andrés, por las detalladas crónicas que cada semana te curras y que desde luego, es un documento gráfico excepcional. Sigo alucinado con los micros de Libertad 8. Es un despilfarro de creatividad así como de compromiso con la palabra y la música. Estoy deseando que llegue el próximo martes (que para mí será el tercero) y ojalá que pueda disfrutar de muchos más. Un saludo

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  3. Andrés hermano de Suso tiene razón, estas crónicas son para el recuerdo. Así es que a mí me gustará recordar que ese día, cayó tal nevada que nos costó un “güevo” salir del Abismo de Helm para llegar al concierto. Menos mal que en el Paso de Rohan no había orcos y al final pudimos pasarlo como enanos!!juajuajua

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  4. Es justo destacar la labor incansable de Andrés Sudón, tanto en la coordinación del acto, como en la elaboracíón de sus crónicas, donde refleja en un hilo conductor la actuación de cada uno de nosotros, dejando un documento vivo en la memoria, destacar también el dato fotográfico de Marta Plumilla, que deja reflejado ese instante para el recuerdo. A mi me agrada sobremanera el respeto y la cordialidad de todos los presentes en cada reunión de micro abierto, y la amistad que genera, mi aplauso de nuevo para todos los participantes.

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