miércoles, 27 de febrero de 2013

Crónica de Micro Abierto Libertad 8 (86). 26/02/13. Monográfico-taller "Soledad"

Ayer, martes 26 de Febrero del año 13, celebramos nuestro tercer monográfico-taller. Lo hicimos en la edición nº 86 de MAL8 (Micro Abierto Libertad 8). Un monográfico-taller consiste en proponer un título y componer cada uno una canción, relato o poema titulado así. En este caso, todos titulamos nuestras pieza Soledad. Os podéis imaginar que fue una tarde de lo más melancólica. Pero eso a nosotros nos encanta. No sólo la melancolía en sí misma, sobre todo poder compartirla con otros melancólicos poetas. Porque poetas somos todos, los que hacemos canciones, los que hacemos poemas, los que hacemos relatos, los que escuchan canciones, poemas y relatos… Fueron diecinueve las personas que trajeron una composición titulada Soledad, pero también hubo hueco para los que no habían hecho los deberes. Así, fuimos veintitrés los participantes en el MAL8 (86).

Andrés Sudón presentando el MAL8 (86)

En este tipo de eventos, a diferencia de las sesiones normales, seguimos un orden estricto de participación: el último que se ha apuntado escribiendo a microabiertol8@gmail.com, es el primero que actúa, y dejamos para el final a las personas que están en la lista de espera. En esta ocasión, la primera en participar fue mi amiga Pi, que nos recitó un poema en tres partes en el que describe un estado de soledad de una mujer que tras haber sido maltratada por “él”, está sola y sigue maltratándose a sí misma.

Pi
En segundo lugar salió otro poeta, Eusebio Priego, quien describió la soledad como “la ausencia de sombra” antes de leernos su poema.

Eusebio Priego
El siguiente participante, Gnomo, también trajo un poema, pero se acompañó a sí mismo con la guitarra para recitarlo. Se le veía un poco nervioso, creo que, quizá para no gastar mucho tiempo, comenzó demasiado rápido. Yo le recomendaría que respirase antes de actuar, unos segundos de posicionamiento. Me gustaría leer su poema más detenidamente.

Gnomo
Nuestra querida Viridiana nos regaló una de sus canciones en este monográfico-taller. Es celebrable, porque no se deja ver cantar asiduamente. Antes de cantar nos invitó a que fuéramos a fumar o al baño o a suicidarnos durante su intervención. Pero todos nos quedamos y disfrutamos de una de sus más bonitas y elaboradas canciones.

Viridiana
Olivia tomé fue la siguiente en escena. Olivia es una artista silvestre, como una bella flor entre las espinas del desierto. Me explico: yo pensaba, al sentir lo que transmite en el escenario, que era una experta perfopoeta, una actriz talentosísima (que lo es, por supuesto). Después descubrí que lo que hay en ella es pura verdad, y que cuando llora y cuando grita, lo hace realmente. Trajo su poema manuscrito en hojas de cuaderno. Comenzó diciendo “he sido incapaz de darle continuidad a mi soledad”. Después habló de ella, de mamá, de papá, y repitió en varias ocasiones “quién me va a proteger”. No gritó, pero lloró y nos hizo su nudo en nuestra garganta.

Olivia Tomé
Para que nos entendiéramos, Manu Clavijo, el siguiente participante, definió la soledad como “no tener pareja”, y desde ese punto de vista trató el tema en su canción Soledad. En ella dice que es “el padre de la soledad”, le habla a ella y le reclama, por ejemplo, “si te vas de puntillas, no vuelvas haciendo ruido”. Una canción muy clavijiana de la nueva era.

Manu Clavijo
Desde Toledo nos visita de vez en cuando Miguel Montana, que, por culpa de la nieve, no pudo participar en el monográfico-talle “Libertad”. Esta vez la carretera estaba despejada y nos trajo su canción Soledad. Nos contó que su primera intención era hacer algo positivo, pero finalmente la melancolía se coló en la canción. Un tema ligero, con suave guitarra rasgueada, en la que comienza diciendo “amiga soledad”.

Miguel Montana
Donato nos regaló una bonita tarde. Descubrimos sus dotes de percusionista. Pero luego os lo cuento, ahora voy a hablar de sus dotes como cantautor. Yo siempre he apreciado especialmente las canciones maduras, cuya verdad es amplia y honesta, cuya belleza es simple y grande. Así es el trabajo que he escuchado hasta ahora de Donato. Antes de cantar comentó “qué cruel es cuando no se desea”, y en la canción nos habló de sus cordial relación con ella: “seguiré componiendo mis poemas / con el corazón pegado a mi guitarra”. Quiero emborracharme escuchando las canciones de Donato.

Donato
Antes de comenzar con el espectáculo, pasé lista. Algunos faltaron, como Suso Sudón, quien finalmente no pudo venir y se quedó sin leernos este poema. El siguiente participante tampoco estaba al principio, ya avisó que llegaría tarde. Su nombre es Sure. En su canción expuso el punto de vista de una persona que sufre la soledad por ser nuevo en una ciudad. En Madrid es habitual, muchos en la sala se habrán sentido identificados. Sure en Soledad, le habla a otra persona y, sobre todo, a la mismísima soledad.

Sure
El grado de melancolía en el ambiente sobrepasaba los límites del ocio. Menos mal, pensé, que ahora viene Julio Hernández, cantautor cubano a quien se le da especialmente bien dar calorcito con su guitarra, hace cosas dificilísimas transmitiendo certera frescura. Sin embargo, Julio dijo antes de cantar que tenía pensado hacer una cosa divertida y bailable, pero que a él también le atrapó el espíritu melancólico. Lo de bajar el grado de melancolía lo dejamos, entonces, para luego. A cambió nos obsequió con una bellísima canción de azules (perdón) arpegios y maduros versos, “dile a tu corazón que no me juegue a ser Dios”, con mayúscula.

Julio Hernández
Una persona de fuera de Madrid, José González, me escribió diciéndome que él quería participar con un poema, pero que no podía asistir. Me lo envió y yo lo leí en el micrófono. Lo leí muy bien, modesta aparte, pero habíamos quedado en que pediría al público que lo grabaran para poder subirlo a Youtube, cosa que no hice. De modo que para compensar mi olvido, pego aquí dicho poema:

LA SOLEDAD...en los diarios.
Se apagó la navidad,
Hércules entran en Mali girando sus aspas,
rehenes sin rostro se ocultan en cheques regalo.
Marionetas, vagabundos, víctimas.

Fotos en blanco y negro en un dos por cuatro,
ojos cerrados bailando en la oscuridad,
desahucios, llantos de injusticia.
Vagabundos, marionetas, víctimas.

Corrupción en cadena, manipulación televisiva,
colegios cerrados, hospitales fantasmas,
Pesadillas con decreto de ley.
Víctimas, vagabundos, marionetas.

-Soledad-
Y entre las grietas, un resplandor,
“un mar de fueguitos”,
asedio en Génova, respirando justicia.
Lucha, esperanza, libertad.

La insurrección de los débiles,
claveles sembrando las calles
y 13 rosas en la memoria.
Libertad, esperanza, lucha.

Ojos abiertos,
asambleas, movimientos e igualdad social,
sonrisas en las plazas, abrazos, un futuro por delante.
Esperanza, lucha, libertad.


Andrés Sudón leyendo el poema de José González
Bien. Y tras la lectura del poema de José, hicimos un paréntesis en el monográfico-taller Soledad para que sucediera algo con muchas probabilidades de bajar el grado de melancolía. La magnífica María Rozalén vino al MAL8 (86) para hacer algo que tenía muchas ganas de hacer: cantar con su madre. Su madre, una gran mujer, el palo de la astilla que es María, os podéis hacer una idea. Cantaron juntas, y supe de dónde le venía esa certera habilidad para entonar a Rozalén. Fue un momento muy bonito, y realmente difuminó la nube gris que había en la sala. Tampoco mucho, porque, como pedía el momento, cantaron una canción también melancólica, Piensa en mí, popularizada por Luz Casal. En todo caso las risueñas presencias de las manchegas, sacaron a nuestros corazones del fango.

María Rozalén y su bella madre
Con gran expectación por parte de todos, llegó el momento de escuchar la canción de Marta Plumilla. En su introducción dijo que “la soledad está sobrevalorada, al menos no es para mí”. Y nos cantó Soledad, en la que dice a su interlocutor que no haga nada por ella cuando, por ejemplo, la vayan a matar, pero que puede “interferir” en su soledad. La música, la letra y ella, te atrapan sin remedio y sin peligro. Otra obra maestra, para mí, de Marta Plumilla

Marta Plumilla
A pesar de la melancolía reinante, la tarde estaba saliendo muy bien, gran nivel en las canciones y en los poemas, así como en las interpretaciones de los artistas valientes que participaron en este experimento. El siguiente fue uno de los máquinas del MAL8, Lope Villano. Antes de cantar Soledad, hizo una interesante reflexión: todos parecíamos estar afectados por la soledad, y él pensó que no hay que menospreciarla, ya que muchas obras que han pasado a la historia “se han gestado en soledad”. Y nos invitó, ya en la canción a verlo de otra manera, “ámala, a tu pequeña soledad”

Lope Villano
El siguiente participante fui yo mismo, Andrés Sudón. En los anteriores monográficos-taller había presentado canciones bastante profundas e intensas, de un lirismo sobrecogedor (jajaja). Pero en esta ocasión traje una historia con moraleja, una canción muy tranquila y llevadera. Me ha escrito Pablo Bermejo para hablarme de ella, os pongo sus palabras para que leáis algo no tan subjetivo como mi propia opinión sobre mi canción: tu canción de soledad me ha gustado mucho, me gustó, en particular, la elegancia de llamar "otras movidas" a negocios turbios, el contraste "copa de vino/cara de agua" y el final, cambiando el sujeto de la estrechez. Además, cosa rara en ti, hasta la melodía es algo pegadiza”.

Andrés Sudón
Y tras mi liviana canción llegó por fin el momento de arramplar con la melancolía. Enrique Sánchez ha compuesta para esta ocasión una de sus canciones más audaces. Se titula Soledad, claro. Enrique ha publicado hoy en Facebook una foto con la letra, la pego a continuación para que lo veáis por vosotros mismos:



Enrique Sánchez
El aplauso fue largo y tendido, todos deseábamos un poco de su espíritu naif e irónico. El siguiente en escena fue el poeta Diego Mattaruco, que participó en este monográfico-taller con verdadero espíritu de laboratorio. Por primera vez desde que le conozco (le he visto muchas veces), le vi leyendo lo que recitada, de modo que realmente es humano, porque aprenderse esos trabalenguas maravillosos tiene mucho mérito. Pero no solamente por eso. Nos dijo que su poema era susceptible de ser una canción o un rap en el futuro. De hecho comenzó el poema midiendo el tempo en cuatro por cuatro. Como siempre, Matarrucco hizo una demostración de destreza lingüística y semántica.

Diego Mattarucco
El último de la lista oficial fue Pablo Bermejo. Sucedió algo curioso. Su canción fue concebida tras un encuentro fortuito con María Rozalén. Ella subía hacia Tirso de Molina, “hacia la plaza donde está la alegría”, y él bajaba al “laberinto oscuro de las calle de Lavapiés. Según él toda una metáfora de la vida misma en la que “ella sube y yo bajo”. Sin embargo no es del todo cierto, porque Pablo Bermejo sube. Su actuación fue una de las más entretenidas y alegres de la tarde. Manu Clavijo y yo comenzamos a hacerle coros setenteros, y Donato sacó por fin el cajón de la funda y se puso a acompañarle a la perfección, lo cual nos llevó a las palmas. Fue uno de los momentos más alegres de la tarde. Aunque ya os sabemos que tampoco fue esta sesión de MAL8 el club de la comedia precisamente.

Pablo Bermejo
La lista de espera era de tres personas. El primero fue Javi Muelas, que nos regaló una rumba-tango en la que propone sacar lo mejor de uno mismo para salir de la soledad. También se unió Donato con su cajón a esta actuación. Y también hizo que saliéramos del halo de melancolía en el que nosotros mismos nos habíamos metido.

Javi Muelas
La siguiente fue la poeta Marla. Me había comentado los días previos que aún no tenía nada escrito, que no le salía. Pues, para no salirle, hizo un poema brutal. Marla tiene una bonita voz que sabe modular, y escribe muy bien en todos los sentidos. El ritmo regular y la rima suave del poema lo convierten en una canción, creo que se podría cantar fácilmente. Lo que más me gusta del contenido de sus poemas es la verdad que veo en ellos, la valentía de la verdad que transmite. Parece rozar algún tópico, pero es salvado esquivado por la autenticidad de lo dicho.

Marla
El último de la lista de espera con una composición titulada Soledad, fue Miguel de Paul. En su canción nos cuenta la sensación de soledad que supone una despedida. A pesar de que la armónica no estaba de parte de la armonía, Miguel defendió con fuerza y seguridad su bonita canción.

Miguel de Paul
Y después de la lista de espera del monográfico-taller Soledad, pasamos a la lista de espera de personas que no traían composición por llegar nuevos o por no haberse enterado. Por suerte, en esta edición, nadie se quedó sin actuar.

El primero de esta lista de espera fue J. P. Woo, que aprovechó para sacar una canción adecuada para el momento. Según entendí yo, la canción se titula Yinye en soledad, y es la historia de un gato que se queda solo después de que los demás gatos de la zona fueran asesinados por un hijo de puta (esto no está entre comilla, porque es cosa mía).

J. P. Woo
Los siguientes fueron Dos, que nos cantaron una canción titulada Ojos de mar. De nuevo Donato hizo uso del cajón y les acompañó magistralmente improvisando en esta bella canción de este bello dúo.

Dos
Y, como su nombre indica, salió Willy Tornado a cantarnos su canción Es todo lo que necesito. Gran intérprete, gran fichaje para el MAL8.

Willy tornado
Y, por último, salió a cantar la persona que después hizo un concierto en el ese mismo escenario de Libertad 8, Manu Míguez. Fue el broche perfecto a una tarde melancólica. La voz de Míguez atrapa y te hace flotar en su aire. Creo que cantó Hojas secas (según me chivó Virginia Montaño). En todo caso fue una canción preciosa, dulce y melancólica que cerró una tarde especialmente intensa.

Manu Míguez
Quiero dar las gracias a todas las personas que han participado en este monográfico-taller. Me parece muy bonito imaginarnos a todos componiendo en nuestra soledad una canción titulada Soledad para después enseñárnosla una tarde de martes como la de ayer (ya casi antes de ayer). Gracias a Marta por las fotos y a vosotros por posar. Nos vemos el martes en una sesión ordinaria de Micro abierto Libertad 8, la edición nº 87.

Andrés Sudón.

6 comentarios:

  1. Joder, que envidia.
    Andrés, no sabes lo que me jodió no poder estar ayer disfrutando de vosotr@s.

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  2. El jodimiento es mutuo, Kamikaze!! Fuerte abrazo!

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  3. Para mí el momentazo de la tarde fue la canción de Andrés. Mayúscula.

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  4. gracias guapo ... me he sobresaltado cuando he leído que "parezco rozar algún tópico" ... pero tomo tu crítica como parte de lo que conlleva exponerse al público con la creación propia. un beso Andrés, y gracias otra vez.

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  5. En realidad no es una crítica. Hay quien vive de escribir tópicos y frecuentar lugares comunes. No es tu caso. Besos.

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