sábado, 4 de agosto de 2012

Crónica de Micro Abierto Libertad 8 (57). 31/07/12

Se supone que esta iba a ser la última edición de MAL8 (Micro abierto Libertad 8) hasta después de unas brevísimas vacaciones. Sin embargo, ha habido una confusión, y es el día 14 de Agosto cuando descansamos. De modo que nos tomamos esta sesión como una pequeña despedida. Eso sí, el próximo martes, 7 de Agosto, habrá una gran despedida en la que todos podremos tocar dos canciones o leer diez minutos (o bailar, domar leones…). Podéis apuntaros escribiéndome a microabierto@gmail.com.
 
Yo, Andrés Sudón, comencé la edición nº 57 cantando Como un fantasma, una canción de invierno y desencuentro que me apetecía infinito cantar. Como siempre, fue muy placentero hacerlo en el escenario de Libertad 8, cuyas misteriosas energías favorecen cualquier actuación de corazón.


Y, hablando de corazón, el segundo participante fue el gran corazón del pequeño Manu Calvijo, que nos trajo una adaptación titulada por él Mi moreno sólo está pendiente de mí. Sonaba a canción antigua, como de los años cincuenta, también fresca y universal. Gran trabajo.

Y de los años cincuenta fuimos al principio de los tiempos con Néstor Raluy, que nos cantó Historia del Edén.


En la siguiente actuación asistimos a la consumación de una reconciliación, la de Raquel Lamas con su guitarra azul, con la que cantó una de sus curiosas canciones (de la que no escuché el título).


Tampoco el primer nuevo participante de la tarde, Cristian Navarra, dijo el título de las dos canciones que tocó acompañado por la guitarra de Pablo Sciuto. En ellas puede apreciar cierto lenguaje tanguero pero moderno, muy interesante la lírica de este músico diestro.


El que sí que dijo el título fue el que, supuestamente, tendría que haberlo omitido, ya que su canción se titula Canción sin título sobre mi muerte (lo cual es un oxímoron: Figura literaria consistente en la unión de dos términos de significado opuesto que, lejos de excluirse, se complementan para resaltar el mensaje que transmiten). “Cómo explicar lo que viene después”, dice. Dani Fernán se abre como una flor mostrando su esplendor. Tremendo su concierto del jueves.


En la crónica anterior MAL8(56) comenté que habíamos logrado nuestro propósito de la crónica MAL8 (55), y en esta edición hemos hecho acto de contrición con Sara y Alberto, a los que debíamos la oportunidad de tocar dos canciones sin hacerles chantaje emocional. Curiosamente la primera canción que tocaron habla de mirar con otros ojos a una persona que está cambiando, es decir, darle una oportunidad. Gracias por darnos esta oportunidad, Sara y Alberto. La canción se llama Mira. La segunda canción se titula Eres tú. Su música es agradable y hecha con gusto y trabajo, Sara canta muy bien, y se la ve con ganas de soltarse en el escenario.


Hacía mucho que no pasaba por aquí Silvia Palomo. Vino con una canción bajo el brazo que nos cantó con carisma. En Al filo de los cuarenta, asegura mantener el mismo espíritu que cuando soñaba años atrás, primero con una bandurria, después con una guitarra.


A continuación sucedió el momento más emocionante de la tarde. Laura Pedreira salió al escenario y dijo que ella es músico, pero que lo que más le gustan son las canciones, aunque no tuviera en ese momento una para mostrar. Bien, tocó una pieza instrumental de un compositor brasileño. Voy a intentar describir la sensación: Coppel le hizo una canción al piano de Libertad 8 en la que le dice reiteradamente “recuerda al viento”; pues es probable que el piano sintiera el viento en las manos de Laura Pedreira. El aplauso fue un huracán.


La siguiente actuación también fue emotiva. Salieron Paula de Alba y Laura Sánchez a cantarnos una canción han compuesto juntas, Estaba escrito. Se las veía muy emocionadas por el momento. Paula tocaba la guitarra y cantaba casi al unísono con Laura mientras se miraban con complicidad, las dos llenas de sol del sur. He de decir que yo conocía esta canción como Canción de Laura.


Por primera vez también, nos visitó la cantautora chilena Yas. Nos cantó una canción titulada Déjame.


Coppel anda siempre investigando, por eso siempre trae cosas ricas a MAL8. Esta vez nos encantó con una adaptación que ha titulado Ver a un hombre llorar. Su voz se convirtió en un centro de gravedad. Otro gran momento de la tarde cercana a la noche.


Otro nuevo participante fue Pablo Ager, yo le escuchaba por primera vez, aunque he oído mucho su nombre. Nos cantó dos canciones tituladas Cobarde y Contradicción. Como dijo él, las canciones no eran de muy buen rollo, pero justo es el tipo de canción que a mí me encanta, sobre todo bien cantadas, como es el caso. Esperamos verle más por aquí.


El maestro Pablo Bermejo no trajo una nueva canción titulada Manos frías, que nos cantó con los ojos cerrados, sumido en su interior.


El penúltimo nuevo participante fue el argentino Martín Leni, que nos cantó dos canciones tituladas Amanece y Llueve. Un gran músico. Creo que le volveremos a ver por aquí.


Ya muy cerca del final pudimos escuchar una nueva canción de Marta Plumilla. Puede que la canción se lame Eso, pero no estoy seguro. En la canción nos pone en situaciones existencialistas, y desde esa sensación solicita información. Hay que escucharla. Mágica Plumilla.


Antes de la actuación final, tuvimos a los últimos nuevos participantes del MAL8 (57), El club secreto, un dúo que interpretó dos canciones de su repertorio, Para matar al ruido de las calles y Llueve.

Como es costumbre, la última actuación fue la de los que después tocarían en ese mismo escenario. Fueron Alberto Alcalá y Patricia Lázaro, tándem de lujo. Hicieron dos canciones de sus respectivos repertorios, como aperitivo del banquete que dieron después.

Con ellos terminó la edición nº 57 de MAL8, en la que participaron seis nuevos cantautores de las diecisiete actuaciones que presenciamos. La próxima edición sí que es la última de la temporada. Aquí os espero. Gracias a Fernando por las fotos, también a Inés (cuyas fotos pondré enseguida).

Gracias, personas.

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